Empieza un nuevo año y con él los nuevos propósitos.
La gente elabora listas de cosas que quiere hacer a lo largo del 2016, como: dejar de fumar, ir al gimnasio, ponerse a dieta, comer sano, ahorrar, etcétera…
Un inventario poco realista, porque a medida que van pasando los días, los deseos se desvanecen y se quedan en múltiples pequeñas frustraciones imposibles de llevarse a cabo, ni siquiera, las primeras semanas del año. Entonces, se consuelan pensando que quizás en el 2017 elaborarán otra y se propondrán nuevamente conseguirlas.
Según el psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire en el Reino Unido, sólo el 12% de las personas consigue lo que se propone.
Los hombres que tienen éxito lo hacen acompañados de otros con los mismos objetivos. En cambio, las mujeres que lo logran son las que hablan de ellos con otras personas.
El fracaso del no poder cumplir tus metas se debe a que nos planteamos objetivos demasiado grandes y generales, solemos renunciar demasiado pronto y olvidamos las motivaciones que nos mueven para conseguirlos.
Ahora estamos ante una nueva era: ya no nos planteamos los proyectos para el nuevo año, sino para el resto de nuestras vidas.
Candy Chang, nombrada una de las personas más creativas del mundo por “Creativity50” un listado anual publicado por la revista especializada en marketing y publicidad AdAge, junto con el portal Creativity-Online, propone una nueva y artística forma de cumplir nuestros sueños, el “Before I die, I want” (antes de morir quiero).
Esta artista de New Orleans estaba atravesando una depresión por la pérdida de una persona muy especial para ella cuando empezó a debatirse sobre la importancia de la vida, llegando a la conclusión que a pesar de las cosas malas que te suceden, vale la pena vivirla.
Según Chang, la importancia de la vida es conseguir cumplir tus sueños antes de morir. La idea la tenía clara, pero ahora la quería compartir, expresarla al mundo, para que todos pudiesen interactuar y sirviese de herramienta y de ayuda como le había sucedido a ella.
Así que llamó a unos amigos para que colaborasen a llevar a cabo su idea, y en una fachada abandonada de una casa de New Orleans hicieron la instalación, sobre un fondo de pizarra, donde escribió: “Before I die, I want ____________” (antes de morir quiero). Bajo este título, líneas en blanco para que la gente pudiese escribir lo que quisiese hacer antes de morir.
Al día siguiente Candy fue a ver el edificio abandonado donde habían tapiado la fachada con pizarra con el “Before I die I want” y se encontró que no quedaba un espacio libre, había frases escritas por todas partes.
En el mismo año, 2011, el “Before I die, I want” se había traducido a más de 25 lenguas, en más de 60 países y se habían instalado 375 pizarras.
A finales de 2013 salió a la venta el libro “Before I die, I want”, con fotografías de todos los lugares del mundo y multitud de frases de personas que habían escrito en los muros las cosas que querían antes de morir.
En la actualidad, hay más de 1.000 pizarras repartidas por el mundo. Sueños escritos por personas de todas las edades, sexos, razas, clases sociales y religiones.
En su página web propone un apartado “Build your own wall” (“construye tu propia pared”) donde facilita las herramientas para quien le apetezca construir su propio performance con “Before I die I want”.
Candy Chang, cada vez que ve una pared con el “Before I die I want”, recuerda que no es la única persona en el mundo que trata de dar sentido a su vida y que realmente son los sueños los que pueden consolar y animar a las personas en momentos difíciles.