Cuando uno piensa en Internet, lo puede hacer como en uno de los mayores inventos de la humanidad, que casi sin darnos cuenta ha cambiado la forma de relacionarnos, de acercarse al conocimiento, pero, sobre todo, sobre nuestra perspectiva del mundo. Con un poco más de 50 años de historia, ha supuesto toda una revolución en todos los aspectos: económico, cultural y también de ocio.
Nuestros hijos y nietos prácticamente han nacido sabiendo consultar Wikipedia o chatear con sus amigos por Messenger. Hoy en día se hace imposible que los pequeños permanezcan desconectados más de unas cuantas horas. Incluso se ha observado cómo estos han cambiado sus hábitos de consumo, dejando de pasar las "horas muertas" delante de la televisión a interactuar a través de internet. Pero, ¿qué peligros encierra la red?
Es cierto que, a mayor uso de internet, mayor exposición a sufrir alguno de los peligros que se han popularizado en los últimos años, los cuales van a tener, en algunos casos, importantes consecuencias, tanto para la autoestima del menor, como para sus relaciones sociales. Uno de los más preocupantes, por su reciente aparición, es el ciberacoso o cyberbullying, por el que un acosador usa las redes sociales para atacar e intimidar a sus víctimas.
Igualmente, la ciberadicción se está convirtiendo en un problema creciente entre los jóvenes, que no saben cuándo "desconectarse", lo que les afecta tanto en su rendimiento escolar como en sus relaciones sociales. Estos son dos de los ejemplos de los peligros más importantes a los que están expuestos nuestros jóvenes y menores. En otra categoría, en la que estaríamos todos expuestos, serían los ciberdelitos, robo o suplantación de identidad, robo de dinero, de datos de las tarjetas del banco,…
Los expertos han analizado estos problemas desde distintos ángulos, tanto desde la sociología, la psicología y la educación, y han concluido que es precisamente en este último ámbito, desde la educación en la familia, desde donde se previene mejor el sufrir alguno de estos riesgos. La familia, al igual que lo hacen con los peligros "reales", debe de enseñar al menor a usar los medios digitales, pero sin abusar de ellos; igualmente debe de conocer dónde y con quién interactuar y con quién no.
"No hables con extraños", es una frase que usan las madres cuando sus hijos salen al parque a jugar, pero que no suelen usar cuando ven a su hijo conectado a internet. Todo ello requiere de un esfuerzo de los padres, primero por estar informados y al día sobre la tecnología, su uso y su abuso, y luego por sabérselo transmitir de forma didáctica a sus hijos.
De esta forma, y tal y como afirman los expertos, se puede prevenir mucho de los riesgos de internet, pero ¿estamos preparados como padre para hablar a nuestros hijos del uso correcto de Internet?