Esta semana es el Campeonato del Mundo de ciclismo en ruta en Richmond (EE.UU.), y los grandes corredores españoles tendrán su protagonismo en carrera. Alejandro Valverde y Joaquim Rodríguez son las bazas principales con las que cuenta el combinado nacional y buscarán alzarse al fin con la ansiada y deseada medalla de oro que tanto se le resiste a España. Precisamente hace un par de años, en 2013, también hubo una situación similar a la actual, aunque la película no terminó con final feliz. Es por ello que nos disponemos a recordar tal frustrante momento con el fin de reconocer las maniobras a evitar este próximo domingo.
Florencia y su recorrido estaban en el punto de mira del equipo español desde hacía algunos años. El circuito era propicio para una selección que haría todo lo posible por traer el dorado metal a casa en la prueba más prestigiosa del Campeonato del Mundo. “Purito” Rodríguez, con un bronce logrado en el año 2009 a sus espaldas y Alejandro Valverde, cansado de segundos y terceros puestos, afilaban el cuchillo ante la gran cita.
Y desde luego, a primera vista, la carrera no decepcionó y fue según lo previsto, con España atenta e Italia desgastándose a la par que controlaba todos los movimientos importantes hasta la última y definitiva subida a Fiesole. El ganador del Tour de Francia en 2014, Vincenzo Nibali, rompió el grupo de favoritos y atacó en la búsqueda de ser profeta en su tierra. A ello respondió “Purito” con firmeza, agarrándose al italiano como si fuera una lapa. Por detrás, Valverde temporizaba junto con el colombiano Rigoberto Urán y el portugués Rui Costa.
En la bajada de Fiesole, el cafetero, por entonces en el equipo Sky, se pasaba de frenada y caía al suelo, dando al traste con sus opciones de triunfo. Solo cuatro corredores optarían a la victoria y dos de ellos eran de la selección española. Mejor imposible. Incluso Joaquim Rodríguez acabó marchándose en solitario y haciéndonos soñar con el oro.
Pero por detrás arrancó Rui Costa. El ciclista del Lampre aprovechó un tramo de bajada y curvas para dejar atrás a Nibali y Valverde. El murciano actuó en ese momento de manera errónea y no reaccionó al ataque, fiando todo a que el de Parets del Vallès luchase por el triunfo final. El portugués, en un alarde de valentía e inteligencia neutralizó al catalán del Katusha y le arrebató en la misma línea de meta el preciado metal. “Purito” no pudo hacer nada, estaba completamente desfondado. Logró la medalla de plata más amarga de toda su carrera deportiva. Alejandro Valverde sumaría otro tercer puesto más de tantos y España tuvo a dos corredores en el pódium, pero ninguno en lo más alto. El oro volaría al país vecino, a Portugal.