Si desde siempre Cortina se presenta como un plató cinematográfico “al natural”, su Joya, el Cristallo Hotel Spa & Golf, es el ejemplo más seductor: “location” de excelencia para películas del pasado y del presente, ha adaptado sus salones neoclásicos a las exigencias de la septima arte. No sólo estudio y marco escenográfico, sino marco de la vida real con personajes de ensueño que a menudo escogieron este sitio para sus vacaciones a la sombra de los Dolomitas: reyes y reinas, nobles, actores, artistas y divas como come Brigitte Bardot, Frank Sinatra, Peter Sellers, Claudia Cardinale, Vladímir Nabókov, Ira Furstenberg y Alberto Sordi.
Con la complicidad del paisaje impresionante del Tofane, la elegancia de la estructura y la atmósfera de fin de siglo, el Cristallo Hotel Spa & Golf representa desde hace aproximadamente cien años una de las metas internacionales más suspiradas, hecha célebre por películas cinematográficas que han inmortalizado su encanto, pero también por personajes famosos que de él hicieron su Buen Retiro. Los espacios del hotel más blasonado de los Dolomitas han albergado a personajes de la pantalla grande, italianos e internacionales, y han sido escenario de su vida detrás de los reflectores. De Brigitte Bardot a Frank Sinatra, de Peter Sellers a Claudia Cardinale, hasta llegar a Jerry Calà, Claudio Amendola y Christian De Sica. Historias de cotidianidad poco ordinaria, entre la ficción – de la septima arte – y la realidad.
Si ya a comienzos del siglo XX los registros del hotel conservaban las firmas de personajes ilustres como León Tolstói, es a fines de los años Veinte que el Cristallo atraviesa una edad de oro propiamente dicha: noches de música, tés danzantes y una frenética vida mundana, cuyos principales protagonistas son los miembros de la cultura y de la alta nobleza italiana e internacional como Humberto de Saboya, el Duque Amadeo de Aosta, el Rey Fuad de Egipto y Gabriele d’Annunzio. La segunda guerra mundial interrumpe durante un periodo la serenidad de los acontecimientos ampezzanos, pero luego el hotel se recobra a pleno ritmo en los años de la “Dolce Vita”, volviendo a ofrecer a sus huéspedes, entre los que se encuentran el premio Nobel Saúl Bellow y Vladímir Nabókov, la atmósfera elegante y exclusiva que siempre lo ha distinguido.
Los fabulosos años Sesenta representaron un periodo de gran fermento cultural que también llegó hasta el valle de Ampezzo, dejando una marca indeleble de su paso en el interior del Cristallo. Algunos testimonios se encuentran grabados en películas cinematográficas célebres, verdaderos documentos de valor que destacan el encanto irresistible de este cinco estrellas de lujo a gran altura.
En 1962 Frank Sinatra reservó para sí y para su “troupe” la estructura completa y en exclusiva durante el mes de septiembre, con motivo de la filmación de la película El coronel Von Ryan – que, entre otras cosas, vio una de las primeras apariciones de Raffaella Carrà. Un Sinatra conocido como solitario, pero que durante su estancia ampezzana demostró un espíritu expansivo insospechable. Brad Dexter, intérprete de la misma película en el papel de un sargento de las SS, no fue menos excéntrico cuando a su llegada hizo empalidecer al portero del hotel que, por un día, temió el retorno de los años de la guerra.
En cambio, el año 1963 fue el de la célebre película La Pantera Rosa del director Blake Eduards, que llevó a Cortina, y en especial al Cristallo, a David Niven en el papel de un ladrón gentilhombre, a Peter Sellers, inolvidable inspector Clouseau, y a la encantadora Claudia Cardinale en su primera experiencia hollywoodiana, en el papel de una rica princesa.
En esos mismos años, en el Cristallo se inaugura el Monkey, uno de los clubes nocturnos más selectos de toda Italia, frecuentado por la juventud dorada de la época, con sus célebres fiestas, cuna de amores y de grandes pasiones. El club se convirtió enseguida en un punto de encuentro de la flor y nata de los jóvenes de los años Sesenta y Setenta, entre los que se encontraban facultosos industriales, miembros de la realeza, actores cinematográficos, artistas y escritores que comenzaron a frecuentarlo cada vez con mayor asiduidad. Entre ellos se destacan los nombres de Brigitte Bardot, los Príncipes de Liechtenstein, Ira Furstenberg, Luca Cordero di Montezemolo y Marta Marzotto.
En el lujoso marco de la Cortina invernal se ambientaron los cuatro episodios de la película Las vacaciones, que llevaron por primera vez al Cristallo al maestro Vittorio de Sica, a Renato Salvatori, a la fascinante Michelle Morgan y a Alberto Sordi. A éste último Cortina le gustó tanto que volvió en 1974 para rodar Mientras hay guerra hay esperanza, película de la que era director e intérprete.
En tiempos más recientes, los hermanos Vanzina hicieron de Cortina la casa del cine italiano con actores alegres, despreocupados y vivaces. Así nació en 1983 la primera de una afortunada serie de películas que se convertirán en culto, Vacaciones de Navidad, con Jerry Calà, Christian De Sica, Claudio Amendola y Stefania Sandrelli, naturalmente ambientada en el lujoso cinco estrellas que da a los Montes Pálidos.
Y nos encontramos en 2011. Carlo y Enrico Vanzina están nuevamente en el Cristallo, 28 años después, rodando una nueva película en compañía una vez más de De Sica, una seductora Sabrina Ferilli y un simpático Ricky Memphis. Vacaciones de Navidad en Cortina es la enésima confirmación del sólido vínculo del cine de diversión con los paisajes dolomíticos.
Aquí, en el corazón de Cortina d’Ampezzo, la más exclusiva de las localidades alpinas, surge el Cristallo, un sueño entre pasado y presente. Inaugurado en 1901, es una histórica estructura cinco estrellas de lujo, perteneciente a ese reducidísimo grupo de hoteles que puede preciarse de haber tenido entre sus huéspedes más apegados a las personalidades más significativas del siglo XX. El antiguo edificio ha sido completamente reestructurado: un sabio trabajo de diseño de interiores, fruto de largos y minuciosos estudios, ofrece hoy un sugestivo juego de perspectivas interiores en los tenues matices pastel típicos del gusto neoclásico nórdico de Gustavo III de Suecia. El perfecto connubio de lujo y confort le ha valido al Cristallo el prestigioso reconocimiento internacional World Travel Awards 2005, 2006, 2007, 2009 y 2010, que cinco veces lo ha proclamado el mejor Ski Resort de Italia, y que en las ediciones 2007 y 2009 lo proclamó el mejor Ski Resort de Europa. También fue galardonado con el reconocido Seven Stars and Stripes Award 2011 con una doble mención, tanto por la hospitalidad de lujo, recibiendo seis estrellas sobre siete, como por la Cristallo Ultimate Spa.