Si la bruja de Hansel y Gretel aterrizase con su escoba en España se pondría las botas. Encontraría a los niños más gorditos de Europa. Concretamente, el 30% de los menores entre 2 y 17 años tiene sobrepeso, porcentaje que se rebaja ligeramente entre las niñas, un 27%. Entre ellos, un 10% son obesos/as. Por ello, mediante el desarrollo por cuarto año del Plan de Fruta en la Escuela, impulsado por la Comisión Europea y cofinanciado por los Estados Miembros participantes, se pretenden crear hábitos de consumo saludables entre los más pequeños para prevenir los problemas de sobrepeso desde la infancia. El incremento de la obesidad preocupa tanto en Europa, con un 18% de menores afectados, que la Comisión Europea ha incrementado hasta los 150 millones de euros el presupuesto para desarrollar el plan el próximo curso, impulsando por primera vez ayudas para financiar las medidas de acompañamiento ante la importancia vital que tienen para educar en salud.
Los niños españoles son líderes en Europa. A pesar de vivir en un país que entre sus atractivos turísticos explota la calidad de su alimentación y su famosa “dieta mediterránea”, encabezan el ranking de obesidad infantil de la Unión Europea con un 10% de niños obesos y un 30% con sobrepeso, según la Encuesta Nacional de Salud. Cifras sólo superadas ligeramente en Italia, Grecia y Malta. Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), abrió la última asamblea de este organismo celebrada en Ginebra con un mensaje de alerta: “nuestros niños están engordando” y anunció una comisión internacional destinada a luchar contra la obesidad infantil en el mundo ante la gravedad del problema, que supera al del tabaquismo y adquiere proporciones globales convirtiéndose en el quinto factor de riesgo de defunción en el mundo, responsable de la muerte de 2,8 millones de adultos al año.
Entre las principales causas del significativo incremento de la obesidad infantil se encuentra el ya conocido bajo consumo de frutas y verduras. Según la Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) solo el 20% de los niños consume los 400 gramos diarios recomendados por la OMS. El sedentarismo y el exceso de tiempo frente al televisor se alzan como otros dos grandes culpables. Y destaca una cuarta causa señalada por el Eurobarómetro: según sus datos, el 96% de los encuestados considera que la publicidad de alimentos influye decisivamente en los hábitos alimentarios de los niños. Información que se complementa con la extraída de un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en colaboración con la Asociación Madrileña de Salud Pública, en el que se revisaron más de 17.500 anuncios emitidos en horario infantil y se concluyó que “el 64% de esta publicidad puede tacharse de poco saludable”.
La alimentación natural y el consumo de frutas y verduras son los mejores aliados contra la obesidad infantil y el sobrepeso, problemática que afecta cada vez a más menores en nuestro país, preocupa mucho en Europa y, también, en el mundo entero… contradictorio mundo en el que conviven 870 millones de personas con malnutrición y 1.400 millones con problemas de sobrepeso y obesidad que afectan gravemente a su salud, según los datos de la OMS.
Fruta en el colegio para combatir la obesidad
Por cuarto año consecutivo, y ante la creciente problemática que suponen el sobrepeso y la obesidad infantiles, España se ha sumado al programa europeo Fruta en la Escuela. Este plan, cofinanciado por la Unión Europea y los Estados Miembros participantes, pretende crear hábitos saludables en la población europea empezando por educar en la importancia de una alimentación natural y sana a los más pequeños. ¿Cómo conseguirlo? Llevando fruta a los colegios para que los estudiantes almuercen en el recreo alimentos saludables y adquieran el hábito de hacerlo, algo que los docentes afirman que ha dado resultado. El plan está intrínsecamente relacionado con la Política Agraria Común (PAC). De hecho se financia a través de una de sus partidas presupuestarias, porque los niños de hoy son los adultos de mañana y, si aprenden a apreciar y comer más fruta y verdura, la consumirán más que los adultos actuales, lo que se espera conlleve un incremento de los ingresos agrícolas, según las previsiones de la Comisión Europea. Y es que si los agricultores se quedan sin ingresos, dejarán de producir alimentos… ¿qué comerá entonces el mundo?
El Plan de Fruta en la Escuela va encaminado a lograr algunos objetivos que establece la PAC como son estabilizar los mercados, garantizar la seguridad del abastecimiento y asegurar al consumidor suministros a un precio razonable. La Comisión Europea concede ayudas para lograr esos objetivos. En última instancia, se pretende que el plan incremente la apreciación de los jóvenes hacia la fruta y la verdura y eso fomente su consumo, incrementando los ingresos agrícolas en el futuro y reduciendo a su vez las enfermedades cardiovasculares motivadas por la mala alimentación, que han convertido la obesidad (y sus derivados) en una de las principales causas de muerte del planeta.