Cuando uno compra ropa o accesorios de una marca conocida de diseñador se pone a esculcar en los detalles que garanticen su calidad y autenticidad, pero ¿nos ponemos a analizar lo mismo cuando comemos? Usualmente confiamos en lo que el proveedor declara en las etiquetas de alimentos, a fin de cuentas, quién podría manipular un alimento si es que actualmente las empresas aplican la trazabilidad. Lamentablemente, el fraude alimentario es más común de lo que se cree por la complejidad de la cadena de suministros en un contexto de globalización. Las leyes varían entre una región y otra, aumentando los riesgos y vulnerabilidades de la cadena de suministro internacional generando que el fraude se puede dar en diversos sectores y países.
El fraude alimentario se define como la sustitución, adición, manipulación o tergiversación deliberada e intencionada de alimentos, ingredientes alimentarios o sus envases con el fin de obtener una mayor ganancia económica1. Es altamente nocivo para la salud del consumidor ya que se pueden haber añadido sustancias tóxicas o disminuido la calidad nutricional. El resultado es un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos, reacciones alérgicas y fallecimientos2. Su efecto nocivo no se detiene allí, genera pérdidas económicas sustanciales por la competencia desleal a la que se enfrentan las empresas que si buscan cumplir los estándares de calidad.
Esta problemática es mucho más antigua y común de lo que pensamos, siendo que culturas tan antiguas como la romana, griega y babilónica ya contaban con evidencia de la cotidianidad de esta mala praxis3. La situación no ha cambiado, seguimos contando con alertas internacionales de adulteración de alimentos en productos de uso cotidiano como carnes, cereales, aceite de oliva, leche, azúcar o productos marinos. De hecho, los casos siguen en aumento en muchos países y sectores de la industria alimentaria. No todo es negativo porque tenemos la ventaja de que frente a eras pasadas contamos con herramientas analíticas y técnicas moleculares para su detección como espectrometría de masas o las pruebas en reacción en cadena de la polimerasa (PCR)3. Por ejemplo, la técnica de PCR nos permitiría detectar si un producto que declara estar únicamente formulada únicamente con carne de res, efectivamente lo está.
No obstante, estos métodos no se pueden aplicar de forma rutinaria y transversal, menos en países en vías de desarrollo donde los costos y la tecnología son una limitante. Sumado a ello, las técnicas se ven limitadas porque no siempre se sabe qué elemento o molécula ha sido alterado y por tanto no se sabe bien qué se busca. ¿Eso significa que no hay nada que podamos hacer frente al frente al fraude alimentario? La respuesta es no, existen estrategias como la impulsada por la Association of Oficial Analytical Chemists (AOAC) a través del programa Standard Method Performance Requirements (SMPR). Otro enfoque son las certificaciones que tienen una mirada integral de la cadena de suministros considerando el tipo de producto alimenticio, historial de fraude, mercado, proveedor/cadena de suministros, precio internacional de los insumos y las pruebas analíticas2, 3.
Afrontar y mitigar el fraude alimentario implica un trabajo conjunto entre países siendo importante que se sensibilice sobre el tema y se visualicen los efectos detrimentales que tiene sobre la salud del consumidor y el riesgo que implica. También es relevante considerar el rol que tiene la ciencia y tecnología sobre la trazabilidad y aseguramiento de la calidad de los alimentos. En ese sentido, es de importancia que investigadores, legisladores y la industria generen guías metodológicas de cadenas de suministro individualizadas para cada tipo de producto, ya que, con ello se podría detectar el cómo y en qué etapa se produce el fraude.
Bibliografía
1 Robson K, Dean M, Haughey S, Elliott C. A comprehensive review of food fraud terminologies and food fraud mitigation guides. Food Control. 1 de febrero de 202.
2 Program HF. FDA. FDA; 2024. Economically Motivated Adulteration (Food Fraud).
3 Escobar N, Beas S, Gras N, Ronco AM, Escobar N, Beas S, et al. Fraude alimentario: Pasado, presente y futuro. Rev Chil Nutr., febrero de 2023;50(1):106-16.