Vivimos insertos en el paso del tiempo. Su aparente direccionalidad, determinada por eventos únicos que nos conducen en un flujo secuencial, progresivo y lineal, se entrelaza sin embargo con los ciclos de la naturaleza y el cosmos. Los estados fundamentales de las ideas y las cosas son inmanentes al tiempo, si bien se definen y distinguen geográfica, política y culturalmente, son indefinidamente recurrentes.
Esta muestra reúne perspectivas heterogéneas sobre temas presentes a lo largo del tiempo, decantadas en obras que forman parte del acervo prehispánico y contemporáneo del Museo Amparo. Se presentan como imágenes y objetos que se piensan mutuamente, recurriendo a un ejercicio que contrapone referentes de distintas épocas, y en algunos casos, de distintas disciplinas, para buscar afinidades y correspondencias, desencadenando el principio cambiante del conocimiento.
Anualmente, desde su apertura en 2021, las Salas de Arte Contemporáneo se han mantenido en flujo mediante el intercambio de obras puntuales en cada núcleo de la exposición. De esta manera, se han integrado tanto piezas resguardadas en bóveda como obras recientemente incorporadas al acervo, abonando así a los discursos planteados en la muestra.
Las obras que conforman esta tercera rotación constituyen señuelos que conducen a escenarios diversos del pasado y del presente cristalizados en el imaginario colectivo. En cada bloque de la muestra están presentes iteraciones de cuatro nociones centrales: el tiempo, el territorio, las fuerzas de la naturaleza y las pulsiones humanas. Estos conceptos se entrelazan con discursos que abordan ponderaciones en torno al impacto de la sobreexplotación de los recursos naturales; la noción de muerte y renovación; el territorio como escenario determinado por las dinámicas del poder, la violencia o la memoria; los imaginarios alimentados por la cultura, la naturaleza o la entelequia; los bordes que demarcan lo informe y la alucinación; la historia oficial a contrapelo, la resistencia cultural y el quiebre de ideales. Las incógnitas latentes en cada uno de estos diálogos afirman que el pasado no desaparece, y tampoco el presente, ambos se acumulan y activan.