El bajo obstinado de mi obra es el espacio, por así decirlo.
Concibo una exposición como una pieza para voces que abarcan varias salas.
Escribo una partitura, como si se tratara de una notación musical, con pasajes
densos, puntos aislados, repeticiones, ecos, ritmos, clústeres y pausas.
Juntos forman el espacio sonoro.(Silvia Bächli)
Desde finales de la década de 1970, la artista suiza Silvia Bächli (nacida en 1956 en Baden) se ha dedicado al dibujo como práctica continuada, que depende profundamente del cuerpo y sus movimientos, y se entrelaza con ellos tanto en la esfera doméstica como en el paisaje. Sus dibujos pueden interpretarse como rastros de registros sensoriales —un paseo por el campo, un cuerpo que siente dolor, un poema provocador— y gestos corporales —la extensión del brazo, la fuerza de la mano o el ritmo de la pincelada—.
En esta exposición, Bächli ha creado una partitura en ocho movimientos para el espacio expositivo: una secuencia de grupos rítmicos de dibujos o “conjuntos” colgados a diferentes alturas e intervalos, que, sala tras sala, van sumando significado en su persistente acumulación. Cada dibujo y cada conjunto encarnan un preciado acto de cuidado y atención, de profunda observación y reconsideración, en que los espacios blancos de las hojas y las paredes son tan importantes como las formas en color.
Bächli trabaja insistentemente con medios modestos y limitantes: papel blanco de diferentes tamaños, calidades y tonos sobre el que aplica tinta china, carboncillo, gouache o pastel. Su proceso es secuencial: la artista dibuja en hojas dispuestas en una pila, una tras otra, y va disponiendo constelaciones de obras en la pared de su estudio que son consecutivamente interrogadas, reorganizadas y rechazadas, hasta que descubre algo que le parece adecuado y sorprendente.
Partitura arroja luz tanto sobre la continuidad como sobre los cambios progresivos que se dan en su obra: desde sus fragmentos de cuerpos nerviosos en blanco y negro y sus figuras femeninas ensimismadas, hasta sus interpretaciones en naranja quemado de la estructura reticular o sus recientes superficies expansivas en color. La muestra incluye das, la instalación de Bächli en el Pabellón Suizo de la 53a Bienal de Venecia, en 2009, además de una instalación mural en colaboración con Eric Hattan.
La exposición va acompañada de una nueva publicación en inglés y español coeditada con Bom Dia Books y diseñada por Studio Manuel Raeder, e incluye textos escritos para la ocasión del poeta y crítico Quinn Latimer, el escritor Chris Fite-Wassilak y una charla entre Silvia Bächli y Bárbara Rodríguez Muñoz, comisaria de la muestra.
Silvia Bächli (Baden, Suiza, 1956). Vive y trabaja en Basilea. Se le han dedicado importantes exposiciones individuales, entre ellas en el Museum Langmatt, Baden, Suiza (2023); Weserburg Museum für moderne Kunst, Bremen, Alemania (2022); Fidelidade Arte, Lisboa (2021), Culturgest, Oporto (2021); Fondation espace écureuil, Printemps de septembre, Toulouse (2021); Kunsthalle Karlsruhe (2019); Centre culturel suisse, París (2017, con Eric Hattan); Pinakothek der Moderne, Múnich (2014), y Kunstmuseum St. Gallen (2012).
Comisariada por Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de Exposiciones y de la Colección del Centro Botín.