En Shared breath (Aliento compartido), Beatriz Cortez y Fidencio Fifield-Perez presentan exploraciones de la migración a través de paisajes, tiempos y lugares. Utilizando papel tejido, pintura acrílica y acero soldado, cada uno de ellos articula modos en los que la identidad y el ser se moldean mediante el movimiento personal a través de grandes distancias, y cómo la tierra y su ecología se mueven a través de nosotros de maneras tanto imperceptiblemente lentas como innegablemente reales. Sus prácticas ofrecen perspectivas divergentes pero interconectadas de la migración como un proceso natural y metafísico más allá de las realidades económicas o políticas.

Para Fifield-Perez, la migración plantea una cuestión de arraigo. En pinturas como The garden (2023), él representa su experiencia vivida a través de objetos empacados en un camión de mudanzas. Trazando una mudanza de un extremo al otro de los Estados Unidos, la parte delantera del camión está llena de elementos esenciales. Sin embargo, lo que el espectador ve predominantemente son plantas, regalos de amigos y familiares. Su cuidado y movimiento a través del país representan un rizoma conectivo en el corazón del yo, incluso cuando éste es transitorio. En contraste, el papel tejido refleja límites restrictivos en Some strange rain (2021). La cuadrícula, asociada desde hace mucho tiempo con la obsesión de la modernidad por el control y la racionalidad, sirve como una representación de la documentación burocrática y como una herramienta deconstructivista que desafía las nociones de estructura y regulación. Superpuestas están las plantas, evocando vida, respiración y crecimiento en medio de sistemas restrictivos.

El trabajo de Cortez se centra en temas similares, aunque con una temporalidad invertida. En lugar de enfocarse en la migración individual, Cortez la considera en una escala geológica, casi cosmológica. Su nuevo cuerpo de trabajo en curso, Migrante (2024-), consiste en huesos de ballena soldados, animales para quienes la migración es el núcleo de sus vidas. A través del acero, estos huesos conectan nuestro presente con el tiempo profundo de la historia geológica. Las ballenas han existido durante millones de años, sobreviviendo a los mismos océanos en los que una vez nadaron. Como una concha marina, Migrante (ear bone) tiene un efecto de resonancia acústica que da la impresión de que uno escucha este antiguo océano, transportando al espectador a un pasado donde estos huesos pudieron haber vivido. La presencia de estos huesos en tierra firme refleja una verdad geológica: gran parte de la superficie de la Tierra fue una vez océano. La deriva continental, los cambios ecológicos radicales e incluso las acciones humanas sobre el clima producen un paisaje que se mueve a través de las personas, en lugar de una visión antropocéntrica en la que los humanos se mueven a través de la tierra.

Tanto Fifield-Perez como Cortez comparten la experiencia de haber desarraigado sus vidas para trasladarse miles de millas a los Estados Unidos. Aunque su trabajo surge de esta realidad compartida, exploran la migración más allá de los límites individuales o humanos. Las plantas de Fifield-Perez, como en Wet willow (2022) o en proyectos anteriores como Dacaments, han sido cultivadas, viajadas, injertadas y mantenidas, experimentando el tiempo de manera similar a las personas. Cortez explora con frecuencia este tema del tiempo, como se ve en trabajos anteriores como Nómada 13, un jardín futurista lleno de plantas antiguas. Los huesos de acero en Migrante funcionan de manera similar como marcadores temporales de la memoria humana colectiva, evocando cuerpos sin nombre y sin marcas, perdidos en paisajes durante la migración. Juntos, Cortez y Fifield-Perez despojan las metáforas, las estructuras políticas y las presiones económicas de la migración global, revelando la esencia de lo que significa viajar y transformarse.

Beatriz Cortez (n. 1970, San Salvador; vive y trabaja en Los Ángeles y Davis) recibió la maestría del California Institute of the Arts (2015) y completó un doctorado en literatura Latinoamericana de la Universidad del Estado de Arizona (1999). Ha presentado solo shows en Storm King Art Center, New Windsor (2023); Williams College Museum of Art, Williamstown (2023); Commonwealth and Council, Los Angeles (2022); Pitzer College Art Galleries, Claremont (2022); Institute of Contemporary Art, San Diego (2021); Craft Contemporary, Los Angeles (2019); Occidental College, Los Angeles (2019); Clockshop, Los Angeles (2018); y el Vincent Price Art Museum, Monterey Park (2016). Dentro de una selección de sus exposiciones colectivas más prominentes se encuentran Manetti Shrem Museum of Art, Davis (2024); Montalvo Arts Center, Saratoga (2024); 60th Venice Biennale (2024); Tufts University Art Galleries, Medford (2022); Los Angeles Contemporary Exhibitions (2021, 2016); Michigan State University Broad Art Museum, East Lansing (2021); Museo de Arte Contemporáneo, Panama (2021); 18th Street Arts Center, Santa Monica (2020); Wattis Institute for Contemporary Arts, San Francisco (2020); Henry Art Gallery, Seattle (2019); Museo de Arte Moderno de Bogotá (2019); TEOR/éTica, San José (2019); Ballroom Marfa (2019); Socrates Sculpture Park, New York (2019); John Michael Kohler Arts Center, Sheboygan (2018); Hammer Museum, Los Angeles (2018); y el Whitney Museum of American Art, New York (2017). Cortez ha sido galardonada con la Latinx Arts Fellowship, Mellon Foundation (2023), New School Vera List Center Borderlands Fellowship (2022-24), Artadia Los Angeles Award (2020), Rema Hort Mann Foundation Emerging Artist Grant (2018), Artist Community Engagement Grant (2017), y California Community Foundation Fellowship for Visual Artists (2016). Cortez ha participado en residencias en el Atelier Calder, Saché (2022); California Studio Manetti Shrem, University of California, Davis (2022); y el Longenecker-Roth, San Diego (2021).

El trabajo de Cortez forma parte de las colecciones del Paso Museum of Art; Ford Foundation, New York; Institute of Contemporary Art, San Diego; Lawrence University, Appleton; Los Angeles County Museum of Art; Michigan State University Broad Art Museum, East Lansing; Museo Comunitario Kaqjay, Patzicía; y del Museo de la Imagen y la Palabra, San Salvador.

Fidencio Fifield-Perez (n. 1990, Oaxaca; vive y trabaja en Davis) recibió la maestría de artes de la Universidad de Iowa (2015) y la licenciatura del Memphis College of Art (2013). Ha realizado exposiciones individuales en Highpoint Center for Printmaking, Minneapolis (2023); Vanderbilt University Fine Arts Gallery, Nashville (2021); Quincy Art Center (2022); Craft Alliance Center of Art + Design, St. Louis (2019). Dentro de una selección de sus exposiciones colectivas más prominentes se encuentran Galveston Artist Residency (2023); Cleveland Museum of Art (2020); International Print Center New York (2020); The Luminary, St. Louis (2019); Nerman Museum of Contemporary Art, Overland Park (2019); y Museum of Contemporary Photography, Chicago (2019). Fifield-Perez ha participado en residencias en Crosstown Arts, Memphis (2022); Oak Spring Garden Foundation, Upperville (2021); Salina Art Center (2020); Ox-Bow, Saugatuck (2019); y The Studios en MASS MoCA, North Adams (2019).

La obra de Fifield-Perez forma parte de las colecciones Bernard A. Zuckerman Museum of Art, Kennesaw; Cleveland Museum of Art; Minia University, Cairo; Le Bonheur, Memphis; y University Galleries of Illinois State University, Normal.