El género postapocalíptico es una categoría dentro de la ficción, se enfoca en narrativas situadas en un mundo que ha sido transformado drásticamente por una catástrofe de gran magnitud. Estas historias exploran las consecuencias de, por ejemplo, cambios climáticos extremos, invasiones extraterrestres, epidemias devastadoras, impactos de meteoritos o virus letales. En este contexto, el colapso de la sociedad obliga a los personajes a enfrentar y adaptarse a las nuevas y desafiantes realidades.

Este concepto ha sido plasmado en el ámbito de la moda durante varios años, pero ha ganado una renovada popularidad gracias a las películas Dune: Part One (2021) y Dune: Part Two (2024). También encuentra una fuerte inspiración en el diseño de vestuario de muchas otras producciones cinematográficas como Star Wars, The Hunger Games, Mad Max, etc.

Diseñadores como Rick Owens, Rei Kawakubo y Yohji Yamamoto han explorado esta propuesta durante décadas, estableciendo las bases para un estilo que ahora ha sido retomado y reinterpretado por creadores contemporáneos en sus nuevas colecciones, a este movimiento se le conoce como avant apocalypse.

Esta corriente se puede describir como una fusión de los innovadores diseños de Owens, Kawakubo y Yamamoto con una estética desértica y desolada, pero a la vez futurista, siendo incluso influenciada por las tendencias del Y2K. El resultado combina elementos minimalistas y una visión experimental, reflejando tanto la creatividad como la adaptabilidad y evolución dentro de la industria.

Los elementos que la componen son principalmente prendas deconstruidas que revelan la arquitectura de la ropa, mostrando secciones de piel descubierta. La intención es que estas piezas den la impresión de haber sido confeccionadas en condiciones adversas y entornos hostiles, con un uso mínimo de tela o sin la oportunidad de realizar cortes o acabados estilizados y elaborados.

Todo tiene un aspecto crudo y rudimentario, lo que permite que las personas que siguen este movimiento modifiquen y creen sus propios atuendos, incluso sin poseer experiencia previa en costura.

Otras características distintivas que se incluyen son el uso de múltiples capas, transparencias que pueden incorporar sensualidad y sutileza, siluetas no convencionales y cortes asimétricos.

Vemos texturas fluidas y telas cuidadosamente rasgadas, complementadas con accesorios que evocan equipos de combate y armamento, como si estuvieran preparándose para la batalla, y algunos otros inspirados en las tribus nómadas del desierto, añadiendo elementos funcionales y decorativos.

La paleta de colores está dominada por tonos neutros y tierra, beige, negro, marrón, verde, gris y tonos apagados, en general, evocando los matices de un paisaje árido.

Esta estética del fin del mundo también está dominada por la idea de usar indumentaria de manera no tradicional o de forma “incorrecta”. Es un estilo que no necesariamente sigue las normas usuales de la moda.

Podemos encontrar personas que transforman faldas en tops o vestidos improvisados, crean capas superpuestas con trozos de tela o pasan los brazos a través de los agujeros del cuello de una camiseta para lograr diferentes efectos. Esta versatilidad y vanguardia en la vestimenta subrayan la adaptabilidad, el ingenio y las ilimitadas posibilidades de cada artículo.

En respuesta al creciente descontento acerca de la explotación laboral y los impactos ambientales adversos de la moda rápida, muchos jóvenes están optando cada vez más por el remake y piezas adquiridas en tiendas de segunda mano. Esta moda distópica fomenta el reúso, reutilización y transformación, presentando una propuesta sin duda valiosa en la lucha contra el desperdicio y la sobreproducción.

Algunos sostienen que este renacimiento postapocalíptico puede atribuirse tanto al interés de la sociedad moderna por el futuro, la tecnología, la inteligencia artificial, la ciencia ficción y al impacto duradero de la pandemia vivida hace algunos años. Otras teorías sugieren que está vinculado con el movimiento "antimoda" y la búsqueda de individualidad en una era dominada por la producción en masa.

Pero sea cual sea la causa, esta tendencia revela una fascinante evolución en la percepción y la práctica de la moda, destacando un cambio hacia valores de sostenibilidad, originalidad y autenticidad.