Mario Sandoval tenía 32 años cuando llegó a Francia en 1985. Oficial argentino egresado de la Escuela de Policía Federal de Buenos Aires, trabajó primero en la seguridad privada de la empresa Néral, antes de pasar rápidamente al campo intelectual y a la enseñanza universitaria, dando clases en el Instituto de Altos Estudios de América Latina entre 1999 y 2005, así como en La Sorbona y en la Universidad de París-Este Marne-la-Vallée.

Gracias a sus estrechos vínculos con Colombia, participó en las negociaciones para los acuerdos de paz y la liberación de Ingrid Betancourt en 2008. Entretanto, el director del Instituto de Altos Estudios en Defensa Nacional (IHEDN) se entera de una responsabilidad vinculada a los primeros años de vida de Sandoval, potencialmente perturbadora para su posición institucional. Sandoval se retira de estos cargos. Anteriormente, se había cruzado con el camino de la inteligencia económica y había conocido a Alain Juillet y Philippe Clerc, dos referentes franceses en la materia. En 2006, este último lo contrata en la Asamblea de Cámaras de Comercio e Industria francesas. De a tres, organizaron cursos de formación en seguridad e inteligencia económica entre América Latina y París, y luego crean la Asociación internacional franco-hablante de inteligencia económica1.

El destino empezó a cambiar en 2007-2008. Mario Sandoval, quien ya estaba en el punto de mira del medio argentino Página122, fue marcado primero por el diario colombiano El Tiempo3-4 y de nuevo por Página125 en 2008. Se lo acusa abiertamente de haber participado en los crímenes de la dictadura argentina entre 1976 y 1983.

De repente, hay pánico en los pasillos de los ministerios franceses. Mario Sandoval es consciente del tipo de maniobra que lo empieza a arrinconar.

Veinte años antes, su país natal apenas había arañado la superficie de su enfrentamiento fratricida entre facciones revolucionarias castro-comunistas y el Estado argentino. El enfrentamiento armado terminó en 1983, pero la guerra se convirtió en una guerra judicial y cognitiva. En 1982, la Junta Militar, victoriosa contra la lucha armada, perdió contra Inglaterra en la Guerra de las Malvinas, una guerra, cabe recordarlo, sutilmente provocada por Londres en la Isla de Georgia del Sur.

Para mantener a Buenos Aires por debajo de la línea de flotación después de 1983, la inteligencia británica ayudó a los ex-revolucionarios a criminalizar a las fuerzas armadas y a juzgarlas por la vía civil. Fue el comienzo de un political warfare de 40 años, salpicado de juicios fabricados a favor de víctimas elegidas a dedo.

Los funcionarios del Estado que cometieron crímenes intolerables al servicio del “terrorismo de Estado” instan al unísono las organizaciones de derechos humanos. Sin lugar a duda, se han cometido crímenes en los dos campos. El error decisivo cometido por las fuerzas armadas fue luchar contra una fuerza irregular sin un marco ético y jurídico claramente establecido. El vacío administrativo fue entonces aprovechado por el adversario, que dio la vuelta a la historia y atacó a los militares, acusados injustamente de “crímenes contra la humanidad”.

En 2013, Mario Sandoval se defiende una primera vez de la difamación mediática llevando a los dirigentes argentinos ante los tribunales6.

En 2012, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), una ONG dirigida por el triple agente Horacio Verbitsky y generosamente financiada por Londres y Washington, toma la iniciativa y acusa a Sandoval de haber participado en la represión (alegando “596 casos de tortura seguida de muerte y privación ilegal de la libertad agravada”).

Los argumentos expuestos en la causa son apuntados por distintas voces7 como aberrantes e infundados. Mario Sandoval, por su parte, afirma haber sido analista del Ministerio del Interior argentino entre 1976 y 1979, antes de ser removido de su cargo por el gobierno en 1983. En 2019, toma la iniciativa de crear un comité de apoyo, cuya página web8 está repleta de análisis.

A partir de entonces, el franco-argentino y sus colaboradores franceses9 se vieron sometidos a una avalancha informacional10, rigurosamente programada.

Mario Sandoval fue extraditado de Francia en 2019 y condenado a 15 años de prisión en diciembre de 2022. Su destino se une al de unos 3.000 presos políticos11 procesados selectivamente en el marco de esta guerra cognitiva y judicial.

Notas

1 Acceso al sitio de la Asociación internacional franco-hablante de inteligencia económica.
2 Para ampliar en la figura de Sandoval según Pagina12, consultar este artículo.
3 Para conocer lo publicado sobre Sandoval en el diario El Tiempo, recomendamos este artículo.
4 Para ampliar, acceder a la siguiente lectura.
5 Acceso a un artículo sobre Sandoval publicado en Página12.
6 Enlace al artículo Denuncia de Sandoval contra los Kirchner.
7 Puede conocer las posturas en torno a tales argumentos en el siguiente link.
8 Acceso al sitio web CasppaFrance.
9 Sobre Sandoval y sus colaboradores, consultar la siguiente publicación.
10 Para ampliar sobre la avalancha informacional, acceder al siguiente artículo.
11 Acceso al sitio Prisionero en Argentina.