El tema de la anexión del Partido de Nicoya sigue atizándose en Nicaragua, donde se sigue argumentando que la agregación del viejo Partido de Nicoya —división administrativa que había creado España en el Virreinato de Nueva España, en la Capitanía General de Guatemala o en el Reino de Guatemala, como también se llamó— al Estado de Costa Rica, en 1824, esconde una historia de “argucias de Costa Rica”, reconociendo que ello fue resultado de un “descuido y de disputas por poder de la clase política nicaragüense”.
Con motivo del bicentenario de esta agregación, realizada el 25 de julio de 1824, la prensa nicaragüense repitió, desde principios de julio de este año, algunos de estos argumentos que a continuación comento.
Los antecedentes históricos
El Partido de Nicoya comprendía en esa época tres localidades, los pueblos de Nicoya, Santa Cruz y Guanacaste. Este último no se adhirió en 1824, haciéndolo poco tiempo después, en 1826, el 24 de septiembre y el 1 de octubre, en ambas fechas que reafirma su incorporación. El 28 de julio de ese mismo año se realiza un cabildo abierto en la municipalidad de Nicoya para rebatir acusaciones del gobierno nicaragüense al costarricense y reiterar la anexión a Costa Rica, y el 16 de agosto, la alcaldía de Nicoya reafirma por juramentación la anexión a Costa Rica y jura la Constitución de Costa Rica. Del mismo modo, el 30 de agosto, la alcaldía de Santa Cruz reafirma por juramentación la anexión a Costa Rica y el 17 de setiembre, La Costa y Lagunilla de Santa Cruz juran la Constitución de Costa Rica.
En 1834, la totalidad de las municipalidades de la región del Partido de Nicoya aceptaban la incorporación al territorio costarricense, y en 1835 desapareció el Partido de Nicoya, dando lugar al departamento de Guanacaste, hasta su constitución en provincia en 1848, ampliada con otras regiones costarricenses.
Con motivo de esta celebración del bicentenario, en Nicaragua se hicieron algunas publicaciones insistiendo en esas “argucias”, tratando de mantener la idea que se ha tenido políticamente por diversos gobiernos nicaragüenses, entre ellos el actual, del matrimonio gobernante de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Uno de los argumentos que se han usado en esa dirección es que el Partido de Nicoya dependió, dentro de la administración de la capitanía general, en ocasiones, para algunos aspectos tanto de León de Nicaragua como de Guatemala, situación que también tuvo Costa Rica. Sin embargo, Nicaragua no reivindica el territorio de Costa Rica como parte suya.
Como es natural, en Nicaragua ha habido historiadores que han tratado de justificar las tesis nicaragüenses de que Costa Rica se “adueñó” de las tierras del Partido de Nicoya. Para ellos, los costarricenses “engañaron a las autoridades nicaragüenses y realizaron trampas y dilaciones, lo que se combinó con una clase política nicaragüense que no le prestó atención a esos territorios mientras se enfrascaban en luchas de poder, en los días inmediatos a la independencia de España”.
La independencia de España se declaró en Guatemala, la sede de la capitanía general, el 15 de septiembre de 1821. La decisión de independencia de Guatemala se comunicó al resto de las provincias y territorios que la constituían con la finalidad de reunirse en un congreso posteriormente para definir la situación de la región, si continuaban unidos o se separaban.
El comunicado de Guatemala provocó las Actas de Independencia de El Salvador, el 21 de septiembre; la de Honduras, el 28 de septiembre; dos actas en Nicaragua, la primera del 28 de septiembre y la segunda del 11 de octubre; la de Costa Rica, el 29 de octubre, y la del Partido de Nicoya, también del 19 de octubre de 1821.
Es obvio y lógico que si en esas fechas estos territorios se declararon independientes de España, lo hacían también de sus respectivas jurisdicciones territoriales de Centroamérica, tanto de Guatemala como de León de Nicaragua en lo que correspondía, tanto por parte de Costa Rica como por el Partido de Nicoya.
Libres e independientes estos territorios, en esa etapa embrionaria, antes del surgimiento de los estados de cada país centroamericano y de la constitución de la República Federal de Centroamérica, en 1824, es igualmente válido que la provincia de Costa Rica, ya independiente desde 1821, invitara al Partido de Nicoya, también independiente desde 1821, a integrarse al territorio costarricense.
El 16 de agosto de 1823 las autoridades de Granada, Nicaragua, ya habían reconocido el deseo de los nicoyanos de adherirse a Costa Rica, lo que se reafirmó cuando el 9 de septiembre de 1823 las autoridades de León igualmente conocieron de los nicoyanos la intención de adherirse a Costa Rica.
El 3 de marzo de 1824 el gobierno del Estado de Costa Rica propuso a la municipalidad de Nicoya incorporarse a Costa Rica. Desde ese momento se dio un proceso de acercamiento político que culminó con la integración del Partido de Nicoya a Costa Rica.
Nicoya, respecto a Nicaragua y Costa Rica, tenía una estrecha relación comercial con regiones y pueblos de Costa Rica, primero a través de Esparza y de Puntarenas y luego a través de Bagaces y las Cañas. Por eso, el 5 de marzo de 1824, las autoridades costarricenses enviaron una comunicación a los ayuntamientos del Partido, invitándolos a deliberar "a ver si convenía reunirse a su provincia sin contrariar las voluntades".
En un primer momento el ayuntamiento de Guanacaste, hoy la ciudad de Liberia, fue el primero en convocar a un cabildo abierto para decidir tan importante cuestión. En un interesante documento, los miembros de la corporación confesaron que apenas recibida la nota se inclinaron por la anexión "por el cúmulo de circunstancias y ventajas que la acompañan". Sin embargo, en un cabildo abierto realizado el 23 de mayo de 1824, la población de Guanacaste (Liberia) en su mayoría se manifestó contraria a esa unión con Costa Rica, porque sus habitantes estaban más ligados a la región de Granada de Nicaragua, lo que hizo que se mantuvieran separados unos meses de la decisión que tomarían Nicoya y Santa Cruz.
El 27 de junio de 1824, la convocatoria de Costa Rica fue conocida por la municipalidad de Santa Cruz por la mayor parte de su pueblo. Los santacruceños decidieron aceptar lo que determinara la municipalidad de Nicoya, decisión que expresaron con toda claridad: "haciendo esa noble municipalidad (Nicoya) lo que tenga por conveniente, reciba nuestro parecer en el tanto de su determinación".
En Nicoya, por su parte, el 4 de julio de 1824, se produjo un primer pronunciamiento, donde:
Se hizo saber la invitatoria de la provincia de Costa Rica de cinco de marzo de este año en orden a ver si convenían reunirse a su provincia sin contrariar las voluntades, después de bien meditado dijeron de común acuerdo: que no se inmute ni se altere la demarcación antigua de ese partido a la provincia que ha sido agregado antes de ahora (si no es que la Asamblea Nacional Constituyente del Centro de América determine otra cosa que le sea más conveniente al partido); igualmente se acordó se dé cuenta con esta acta al gobierno de Costa Rica para el uso de sus determinaciones y que igualmente se le rindan las gracias a aquel gobierno por haber tenido en consideración este partido que no puede ser disidente.
Y, el 25 de julio de 1824, los habitantes del Partido de Nicoya expresan libremente su deseo de anexarse a Costa Rica, como ellos mismo lo manifestaron, “de la patria por nuestra voluntad”. Esta decisión se tomó por un plebiscito, en el que votaron poco más de 900 personas, para formar parte de Costa Rica, momento en que se integran al territorio costarricense, añadiendo en ese sentido lo que era el Partido de Nicoya.
El acta del 25 de julio señaló las ventajas que para los miembros del Partido de Nicoya tenía la adhesión o anexión a Costa Rica:
Ventajas que se nos proporcionan en el comercio por el puerto de Punta de Arena […] pronta administración de justicia y fomento de los ramos, la seguridad, quietud y régimen político que quedan abiertos bajo la demarcación de aquel Estado como lo indica la naturaleza y lo reclama la conveniencia pública […] identidad de intereses y demás relaciones que ligan a este partido […] mejoras que redundan a estos pueblos por las ventajas con que ha confederado el Estado de Costa Rica a los demás del Centro América según se manifiesta del derecho que se nos ha acompañado […] participación inmediata y recíproca de los beneficios y adelantamientos que se palpan en el estado de Costa Rica […] la población de Santa Cruz de este mismo partido, quienes siendo del mismo parecer, y habiendo al efecto convocado a la mayor parte de su vecindario contestaron el oficio que se acompaña a esta acta […]
Reparando las actuales indigencias en que se hallan los pueblos de este partido contemplándolos desde esta fecha (a excepción del Guanacaste), como partes integrantes del estado de Costa Rica se ha tenido en consideración que para remediar por un pronto la escasez del numerario para las ocurrencias necesarias y mientras se establecen fondos de que deberá determinarse por los tribunales correspondientes, se pongan en este pueblo y el de Santa Cruz las terceras de tabaco, previas las formalidades acostumbradas, y con sus productos, reservarlos para el auxilio en cualquier evento, o perturbación en el orden: deberán ser protegidos los mismos pueblos de este partido para la creación de las escuelas, como tan interesantes a la educación e ilustración de la juventud […]
Los jefes militares referidos hicieron presente a esta municipalidad que para no ser perturbado en la libre agregación al estado de Costa Rica a que se ha constituido este partido […] se determine y disponga que las fuerzas de auxilios que deberán resguardarnos como partes integrantes del mismo atendiendo a las conjuraciones y disensiones de la provincia de Nicaragua de donde podremos acaso, ser sorprendidos.
El Acta de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica es clara en la decisión de esa agregación, que Nicaragua todavía hoy trata de alterar y tergiversar.
La posición de Nicaragua
En los argumentos esgrimidos en la prensa nicaragüense se establecen las viejas raíces de las culturas precolombinas, que habitaron la región comprendida desde la península de Nicoya hasta la región de Managua, en la actual Nicaragua, especialmente con las culturas existentes a la llegada de los españoles, los chorotegas y nicaraos. Igualmente, se pudo hacer la relación de que estas culturas dependían en muchos aspectos de la cultura azteca, para haber significado una posible dependencia con México.
Ciertamente Colón tocó el territorio de Costa Rica en septiembre de 1502, y la conquista y penetración del país se realizó hasta 1519, cuando las expediciones españolas cruzaron el istmo de Panamá y llegaron al golfo de Nicoya, por el océano Pacífico. De allí en adelante se escribió la historia de la conquista y la colonización de la región de Nicoya, de lo que llegó a ser Nicaragua y Costa Rica, proyectada esa entrada hasta Honduras.
Reconocen los historiadores nicaragüenses que Nicoya empezó a tener autonomía desde 1555, cuando se le nombró un corregidor, hasta las Reformas Borbónicas, cuando en la nueva administración colonial de la Capitanía General de Guatemala, a Nicoya se le dio la doble dependencia, de Guatemala y de León, para distintos aspectos de su administración, reconociendo igualmente que en ese período Nicoya también, por un breve plazo, estuvo bajo la dependencia de Costa Rica.
Reconocen igualmente en la prensa nicaragüense que “los pobladores de Nicoya tenían más cercanía con los comerciantes costarricenses, debido a la posición geográfica de la provincia”. De la misma manera reconocen que “al proclamarse la independencia de las repúblicas centroamericanas de España, Costa Rica tuvo el acierto de definir su gobierno de forma pacífica, contrario a lo que ocurrió en los otros cuatro países de la región”.
Destacan de la misma manera que “en Nicaragua, hubo una lucha encarnizada por el poder entre los fiebres (después llamados liberales) y los serviles (conservadores), que produjeron dos guerras civiles entre 1821 y 1828, la primera entre Crisanto Sacasa y Cleto Ordóñez, y la segunda entre Manuel Antonio de la Cerda y Juan Argüello”, situación que los nicoyanos rechazaban, de la cual se sentían amenazados, por lo que buscaban el apoyo y la seguridad que les daba Costa Rica, como lo establecieron en el acta de anexión.
En la república federal se planteó la situación de la anexión. Provisional y definitivamente se aceptó esa decisión. Según la prensa actual nicaragüense eso se dio porque “las autoridades nicaragüenses actuaron tardía y débilmente con acciones para revertir la anexión de Nicoya a Costa Rica”, reconociendo que en dos ocasiones se discutió esa situación.
Ningún argumento nicaragüense posterior se pudo invocar para retomar la jurisdicción nicaragüense sobre Nicoya, argumentos como la superación de las guerras civiles internas de Nicaragua, que la república federal había desaparecido y que sus resoluciones carecían de valor.
En el planteamiento de la recuperación de Nicoya que desean los gobiernos nicaragüenses mezclan situaciones políticas, como la presencia de los filibusteros norteamericanos en Nicaragua, en 1855, 1856 y 1857, donde William Walker incluso llegó a proclamarse presidente de Nicaragua y estableció la esclavitud.
Con este motivo, la amenaza filibustera en Nicaragua provocó la acción del gobierno de Costa Rica, que tomó la decisión de ir a combatir a Nicaragua contra la tropa filibustera y liberar a Nicaragua de su opresión. Alrededor de esta acción se unieron los gobiernos de Centroamérica.
Según se cita en la prensa actual nicaragüense, Costa Rica tenía intención de apropiarse del río San Juan y del lago Cocibolca, lo que no es cierto. Las acciones militares triunfantes de Costa Rica en 1856 contra los filibusteros, en territorio costarricense, en las batallas de Santa Rosa, 20 de marzo; de Sardinal, el 10 abril, y de Rivas, el 11 de abril, en territorio nicaragüense, pudieron permitir, si eso se hubiera querido, que Costa Rica se hubiera apropiado de toda esa parte sur del territorio nicaragüense, incluyendo la margen sur del lago y de todo el río San Juan. Eso no sucedió porque no había interés territorial costarricense en la guerra contra los filibusteros norteamericanos. El interés era acabar con su presencia por el peligro que ello significaba para la soberanía, la independencia y la libertad de Centroamérica.
En la información divulgada en la prensa nicaragüense se omite la presencia del ejército costarricense en esa hazaña bélica, y se reconoce su presencia de forma leve hacia 1857, cuando terminada la guerra se firma el tratado de límites entre Costa Rica y Nicaragua, el Tratado Cañas Jerez, en el cual se reconoce por Nicaragua la incorporación del viejo Partido de Nicoya, como parte del territorio de Costa Rica, ya en ese momento formando parte de lo que se llama la Provincia de Guanacaste. En el tratado se le da al país el reconocimiento de la margen derecha del río, lo que sí ha ocasionado en la historia de Nicaragua y Costa Rica divergencias por el derecho de uso del río que tiene Costa Rica, hasta que en el gobierno de Laura Chinchilla, 2010-2014, un aspecto relacionado con ese conflicto se dilucidó en la Corte Internacional de la Haya, favorablemente a Costa Rica.
Todavía así, de parte de los nicaragüenses se sigue atizando y creando confusiones en torno a esta situación histórica, incluso haciendo mal uso de citas de historiadores costarricenses, respecto a los estudios de las jurisdicciones y límites entre estos dos países.
Para historiadores y periodistas nicaragüenses estos 200 años de la anexión de Nicoya han sido “200 años de un controversial divorcio de Nicoya y Nicaragua”. Con 200 años de divorcio, hay que decirlo, cualquier matrimonio es inexistente. La realidad se impone. El Partido de Nicoya hoy es parte integrante e indivisible del territorio de Costa Rica.
Mapa mostrando los límites del Partido de Nicoya y y de la entonces provincia de Guanacaste de Costa Rica antes de la anexión de Nicoya. Museo Nacional de Costa Rica, San José.