El Valle del Orcia, que despliega los más espléndidos panoramas toscanos englobando las encantadoras provincias surcadas por el río Orcia, se hace imperdible para cualquier visitante.
Se trata de una comarca asentada sobre una fértil llanura -compuesta por las localidades de Castiglione d’Orcia, descrita más adelante; Montalcino, famoso por su excelente vino ‘Brunello’ y sus tesoros de la memoria, otra joya de arte e historia; Pienza, “ciudad ideal del Renacimiento” como veremos en otro siguiente párrafo; Radicofani, dotada de una de las más espectaculares fortalezas de la región Toscana; y San Quírico d’Orcia, atravesada por la Via Francigena (un camino medieval explicado más adelante) -se reconfirma un territorio envuelto en un paisaje de memorable ensueño evocando los fondos extraídos de las pinturas renacentistas.

De hecho, como se puede observar, los testimonios pictóricos de los cuadros y frescos permanecen diseminados en el valle, a la vez que las arquitecturas plasmadas en las villas antiguas crean sugestivos escenarios, gracias a la bien respetada Tutela del Paisaje del territorio. Pueblan la intacta y privilegiada comarca, castillos, fortalezas y torres, antaño teatro de aventuras que marcaron la historia, gracias a su posición estratégica a lo largo del Camino Francigeno (Vía Francigena), que conduce hasta Brindisi, en la región sureña de Apulia del país, para proseguir por mar a Jerusalén, como recuerdan las Cruzadas medievales.

En este valle, el primer impacto se recibe admirando el ambiente natural, que deja extasiado en cuanto se pone un pié en esta zona intacta, auténtica, con gran orgullo de ofrecerse al forastero. Un contexto sereno donde la vida se desenvuelve lentamente con plena serenidad y autenticidad... silencio, excelente enogastronomía local, ritmo tranquilo y afabilidad acogen al visitante. dispuesto a recorrer sus cuestas hacia arriba y hacia abajo como cualquier pueblecito enganchado en las colinas que se elevan en el valle. Imperdible, hay que saborearlo para creer... En definitiva, este valle de la provincia de Siena, es un extraordinario ejemplo del diseño del pre-renacimiento, que ilustra los ideales del Buon Gobierno y la vocación estética que ha inducido a esta concepción. Celebrado por los pintores de la Escuela Senesa, el valle del Orcia se ha convertido en un icono del paisaje influenciando profundamente la evolución del concepto paisajístico. La localidad de Pienza representa la primera aplicación del concepto humanístico renacentista de la urbanística, y ocupa un lugar determinante en el proyecto de “ciudad ideal”, que ha interpretado un papel significativo en los sucesivos impulsos urbanísticos en Italia y fuera de sus fronteras, y cuyo principio se concentra en el núcleo de edificaciones alrededor de la plaza central de Pienza: un resultado indiscutible de obra maestra del genio creativo humano.

Además de Pienza, la más conocida a nivel internacional, cabe destacar el pequeño burgo de Castiglione d’Orcia, situado en una sugestiva ubicación panorámica desde varios puntos de la localidad, mantenida perfectamente por un alcalde devoto a su honorable misión durante diez años consecutivos. Castiglione, como indica su nombre, éste deriva de un antiguo castillo que debe su importancia histórica gracias a la colocación estratégica en plena Via Francigena, el ya citado camino de la antigua y devota peregrinación que conduce hasta Bríndisi, en Italia.

Así pues, la fortaleza que pertenecía a la dinastía de los Aldobrandi, domina desde lo alto del pueblecito, cuyos restos son visitables, como la muralla y otros ambientes que nos hablan del glorioso pasado. Por su lado, el palacio municipal se asoma a la plaza titulada Vecchietta, que recuerda al pintor Lorenzo di Pietro, apodado el Vecchietta, criado y formado, en Castiglione. Y a pocos metros, la Iglesia de San Esteban y Santa Digna, en cuyo interior sorprende una maravillosa tabla del mismo maestro Vecchietta. Se hace hincapié en la visita de la Sala de Arte de San Juan, montada en el antiguo oratorio de San Giovanni: un edificio que comprende una única sala, ubicada en el centro histórico de la localidad e imperado por el barroco altar mayor, donde se expone un lienzo de escuela florentina de inicios del siglo XVII. Aquí se despliegan tres obras extraordinarias de elevadísima calidad: la Virgen con el Niño, atribuída al taller de Simone Martini; la Virgen con el Niño y Ángeles del Vecchietta; y la elegante Virgen con el Niño y Ángeles de Giovanni di Paolo. Un tesoro que no deja de asombrar al visitante.

No se puede dejar de citar al Parcovivo, que organiza visitas guiadas al manantial y a a la zona histórico-naturalística, entre las 10,30 y las 12 de la mañana. Castiglione actualmente comprende otras fracciones como Campiglia d’Orcia, Gallina, Vivo d’Orcia y la zona termal pública de los Baños de San Filippo y la Ballena Blanca, (un verdadero oasis), mientras justo en frente de Castiglione, a la sombra de la Torre de Tentennano, surge otro pequeño burgo medieval conocido como Rocca d’Orcia.

En definitiva, un rosario de perlas que tutelan magistralmente su ancestral aparición en un emocionante panorama. Un auténtico lujo ecológico.