Recientemente, tuve el privilegio de visitar Colombia y, como muchos que viven en el extranjero, saben que uno de los mayores anhelos es saborear nuevamente la comida con la que crecieron. Por eso, estaba emocionada por revivir esos sabores que habían quedado en el recuerdo desde hace mucho tiempo.
Durante la temporada navideña, se vuelven a degustar platos como la natilla, un manjar dulce que se acompaña con los famosos buñuelos. Había olvidado que las personas disfrutan de comerlos juntos. Esto se complementa con vino dulce, una tradición que sigue a las novenas. En Nochebuena, el jamón es imprescindible, especialmente con su compañero principal, la salsa de ciruela. A menudo se sirve con una ensalada fría que puede incluir duraznos, mangos, fresas, queso salado y yogur. Quedé impresionada por la variedad de sabores y combinaciones que había olvidado.
Visitar la tierra del café me brindó la oportunidad de volver a probar bebidas como el chocolate con queso. Dependiendo de la región, se puede preparar con agua, leche o endulzado con panela, un extracto de caña de azúcar sin refinar. Sin importar cómo se prepare, el ingrediente esencial en este chocolate es el queso que se derrite, aportando un toque salado a la bebida dulce y caliente, convirtiéndola en un favorito para los colombianos.
Tras varios días repletos de encuentros con familiares y amigos, también pude explorar lugares que continúan cautivándome y ofreciendo excelentes experiencias gastronómicas. Uno de estos lugares es el famoso restaurante ‘Crepes and Waffles’, donde descubrí fusiones de sabores inimaginables antes, como el queso azul, pan de centeno o zucchini. Estas combinaciones resultaron ser provocativas y sumamente interesantes para los comensales. Además, la accesibilidad de este restaurante en diferentes centros comerciales y sus amplios horarios son destacables. Disfruté de una sopa mexicana suave y una refrescante limonada de hierbabuena que me sorprendió por su delicioso sabor.
También tuve el placer de visitar ‘La Puerta Falsa’, un lugar emblemático para probar el mejor ajiaco de Bogotá. Ubicado en el bullicioso centro de la ciudad, este pequeño lugar mantiene su autenticidad a pesar de su alta demanda. Es recomendable ir con tiempo, preferiblemente al mediodía, ya que no abren por la noche. Su ajiaco es excepcional, y tanto la calidad como la cantidad justifican el precio. Además del famoso ajiaco, también ofrecen tamales y el clásico chocolate con queso, que resultó ser otro éxito.
Como es común en Latinoamérica, el consumo de cerdo es popular, y uno de mis deseos culinarios era saborear el famoso chicharrón. Me llevaron a ‘Chicharrón la República’, un lugar de autoservicio bastante pequeño pero reconocido por ofrecer uno de los mejores chicharrones. Ubicado en el centro de Bogotá, es una visita obligada para los visitantes de la región. Su atención es excelente, el sabor es incomparable y la experiencia, ideal para quienes están de paso por la ciudad.
Para concluir, una experiencia que me cautivó profundamente fue la visita a un lugar llamado ‘Testigo’, ubicado en el barrio San Victorino en Bogotá. A pesar de que este barrio es conocido por ser un auténtico caos debido a su bullicioso comercio callejero, el restaurante en cuestión ofrece un contraste sorprendente. Situado dentro de un pasaje llamado Pasaje Rivas, ‘Testigo’ no solo presenta auténtica comida criolla colombiana, sino que también realiza un trabajo culinario que eleva sus platos a la categoría de gourmet.
Lo fascinante de este lugar va más allá de su ubicación en un entorno tan animado. Dentro de sus propuestas culinarias, destacan creaciones que incorporan ingredientes y técnicas más refinadas, transformando la experiencia gastronómica en algo único. Además, su carta incluye una variada selección de bebidas sin alcohol, como la combinación de limón con tamarindo, uchuva y carozo, ofreciendo sabores que raramente se encuentran en otros lugares. Fue un hallazgo extraordinario que añadió un toque distintivo a mi experiencia culinaria en Bogotá.
Cada día vivido fue una oportunidad para apreciar la importancia de la gastronomía en la cultura, cómo une a las personas y representa la identidad de cada lugar. Colombia, un país que conserva su sabor auténtico y se adapta a las nuevas tendencias gastronómicas. Siempre es un placer regresar y dejarse cautivar por sus sabores.