El Museo Reina Sofía presenta la primera gran exposición sobre la figura del poeta, dramaturgo y novelista francés Raymond Roussel (París, 1877 – Palermo, 1933). Organizada en colaboración con el Museo de Arte Contemporãnea de Serralves (Oporto), Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel dará cuenta de la enorme influencia que Roussel ejerció en creadores contemporáneos, tanto en el campo de la literatura como en el de las artes visuales.

La exposición estará compuesta de aproximadamente trescientas piezas entre pinturas, fotografías, esculturas, ready mades, instalaciones y vídeos, además de numerosos libros, documentos, revistas y manuscritos originales, con los que se hará patente el fuerte peso que tuvo Roussel sobre algunos movimientos de vanguardia, especialmente el surrealismo. Algunos de los artistas más destacados cuyas obras pueden verse en la muestra son, entre otros, Marcel Duchamp, Francis Picabia, Max Ernst, Salvador Dalí, Jean Tinguely, Joseph Cornell, Rodney Graham, Marcel Broothaers, Man Ray, Roberto Matta, Guy de Cointet, Ree Morton, Terry Fox, René Daniëls, Cristina Iglesias o Francisco Tropa.

Raymond Roussel nació en una familia acaudalada de la alta burguesía, educada y culta, nostálgica de las grandezas de la antigüedad. Su madre había reunido una prestigiosa colección de arte en esa línea, que fue además punto de encuentro de ilustres literatos y artistas de la época: el novelista Paul Bourget, la cantante Rose Caron, la pintora Madeleine Lemaire o el músico Reynaldo Hahn, entre otros. Ese ambiente de “mundanidad, […] lujo y […] dinero”, en palabras de Patrick Besnier, implicó para Roussel un “ideal estético convencional, indiferente a las vanguardias que se estaban gestando a la sazón”. Efectivamente, ese gusto por lo clásico y lo académico le acompañó toda la vida y nunca simpatizó con las vanguardias. André Breton le definió como un “hombre plenamente decidido a no seguir otra inclinación que la de su espíritu”.

Tras su trágica muerte a los cincuenta y seis años, Raymond Roussel dejaba tras de sí una obra poética, novelística y teatral sin precedentes en la historia de la literatura. Sus universos, en los cuales abundan la fantasmagoría, los paisajes fantásticos y una fascinación por la ciencia y los inventos, siguen siendo motivo de admiración y estudio.  Autores de la talla de André Breton, Guy de Cointet, Michel Leiris o Foucault se declararon admiradores de Roussel, tanto por su escritura lúcida y retorcida como por su complejidad estética, fruto de una sensibilidad que no conoció límites.

Situada en el espacio A1 del edificio Sabatini, la exposición arranca con la pieza de Jacques Carelman Le Diamant (“El Diamante”), una escultura de gran formato inspirada en un episodio de Locus Solus, raramente expuesta con anterioridad y que ha sido restaurada para la ocasión. La primera sala sitúa a Raymond Roussel en su contexto a través de extensa documentación y varias fotografías, en su mayoría procedentes de la
Bibliothèque Nationale de France, y que relatan su infancia, su juventud, sus vínculos familiares y sus intereses, y enmarcan a otros creadores contemporáneos al escritor.

LOS ÍDOLOS

La sala dedicada a los ídolos despliega una cosmogonía de los personajes que más hondo calaron en el imaginario de Roussel: los escritores Jules Verne y Victor Hugo, el dramaturgo Victorien Sardou y el astrónomo, inventor y escritor Camille Flammarion. Roussel fue un apasionado admirador de todos estos autores, con quienes se identificaba de un modo casi total. El hombre de ciencia, el inventor, el creador de cosas nuevas, era una figura que fascinaba al autor de Locus Solus, quien a su vez fantaseaba con la gloria del científico. Esa aspiración se puede rastrear en los fantásticos e imposibles aparatos y máquinas que aparecían en sus novelas.

En este espacio sobre los Ídolos se exhiben primeras ediciones y manuscritos originales de los autores citados, así como tres dibujos de Victor Hugo. Una de las piezas más curiosas que se pueden ver, empero, es La estrella cósmica. Se trata de una galleta con forma de estrella que Flammarion le dio al escritor en una ocasión en la que éste le visitó. La estrella, que Roussel guardó en una cajita de cristal y plata con la misma forma, acompañada de una etiqueta explicativa que conmemoraba el encuentro, se perdió tras su muerte. Fue hallada por Dora Maar años más tarde y es ahora una de las reliquias más peculiares de la exposición.

EL TEATRO Y LOS VIAJES

Raymond Roussel era un insaciable espectador de obras teatrales. Cuando le gustaba una obra, podía ir a verla todos los días que estaba en cartel. Intentó recobrar en sus propias adaptaciones la exaltación de los montajes que le marcaron en su infancia: le pedía al teatro una forma de éxtasis, la certidumbre de que el mundo maravilloso existía efectivamente. Tanto Impresiones de África como Locus Solus fueron llevadas al teatro.

La primera, adaptada por el propio Roussel y estrenada en 1911, no tuvo una gran repercusión, a pesar de que se reestrenó un año más tarde, creando cierto escándalo y una profusa crítica, principalmente negativa. Entre el público asistente a esas representaciones, sin embargo, se hallaban figuras como Apollinaire, Duchamp o Picabia, que valoraron la inventiva calmada, fría, incluso ingenua con que las incongruencias de la obra eran mostradas. Locus Solus fue adaptada también, aunque por otro autor, y lo destacable era la espectacular escenografía que salpicaba el montaje.

El escándalo que suscitó atrajo a los dadaístas parisinos a Roussel. Otra obra, más tardía, L’Étoile au front (“La estrella en la frente”), escrita en 1924, ofrecía una visión más austera que remitía finalmente al trasfondo de la obra: la genialidad, cuya marca es esa estrella en la frente que Roussel tenía la convicción de poseer. 

Este ámbito dedicado al teatro arranca con una alegoría, tanto del viaje como de la dramaturgia: el lienzo Le Navire Dans la Tempête (“El navío en la tormenta”), cedido por el Musée de l’Orangerie de París, que Henri Rousseau realizó en 1899 inspirándose en La Tempestad de Shakespeare. También se podrán ver manuscritos, primeras ediciones y obra gráfica inspirada en los montajes teatrales de Roussel, así como de representaciones que le marcaron: la adaptación de Tosca, de Victorien Sardou, representada por Alphonse Mucha en un cartel promocional, es un ejemplo.

Asimismo se exhibirán testimonios, en imágenes y textos, de los numerosos viajes que realizó. En 1920 dio la vuelta al mundo. Hizo cuatro viajes exóticos y recorrió muchas veces el continente europeo. Su muerte acaeció en Palermo, precisamente en uno de esos viajes. No buscaba inspiración en ellos; como él mismo decía, la finalidad de sus travesías era puramente “de documentación literaria”. Como dice Patrick Besnier, Roussel consideraba el mundo “una extensión o un doble de sus libros preferidos”, y disfrutaba de hacerlos, como se puede saber por su correspondencia. Michel Leiris afirma que “todos los viajes de Roussel tuvieron que ver con algún chantaje”, lo cual alude probablemente a su homosexualidad y a una doble vida de la que, sin embargo, no queda ninguna constancia.

ROUSSEL, EL SURREALISMO Y DUCHAMP

El entusiasmo por Raymond Roussel fue prácticamente unánime entre los integrantes del movimiento surrealista, quienes le enviaron una carta de admiración —firmada por Robert Desnos, Paul Éluard y André Breton, entre otros—, y su nombre aparece en varios de sus manifiestos y panfletos. Roussel nunca satisfizo las reiteradas peticiones de los surrealistas de aparecer en sus publicaciones, pero tras contraer una deuda de gratitud hacia ellos por la airada respuesta que armaron ante el escándalo que levantaban sus montajes teatrales, les confió el manuscrito de su obra póstuma, Comment j’ai écrit certains de mes livres (“Cómo escribí algunos libros míos”), publicado en 1935. En él, Roussel explica el curioso procedimiento que utilizó para escribir varios textos, inventando dos frases fonéticamente iguales pero de sentido muy distinto que luego relacionaba mediante un relato que llevaba de una a la otra.

El libro es un mosaico de textos donde se incluyen documentos que refieren a su vida — en especial sus aptitudes para el ajedrez—, un conjunto de textos tempranos de su juventud y algunos embriones de novelas que no llegó a terminar. La fascinación de los surrealistas por Roussel radica, por un lado, en esta forma de escritura homófona, basada en los sonidos y los dobles sentidos de las palabras; por el otro, en una capacidad descriptiva y una complejidad estética muy desarrolladas. Su habilidad para crear mundos imposibles con la mayor de las verosimilitudes resultaba atrayente para ellos, y también la prevalencia de lo artificial por encima de lo natural, la concepción pura del arte por encima de la realidad, explica Annie Le Brun. Como Paul Éluard clamaría: “Que Raymond Roussel nos muestre todo lo que no existió. A algunos de nosotros sólo nos importa esa realidad”.

En este contexto se podrán ver numerosas obras de Salvador Dalí, entre las que destacan Enigma sin fin (1938) o Lilith – Hommage à Raymond Roussel (“Lilith – Homenaje a Raymond Roussel”, 1966); varios collage de Max Ernst —Le Rossignol Chinois (“El ruiseñor chino”, 1920) y cuatro de la serie La femme 100 têtes (“La mujer sin/cien cabezas”, 1929)—; Goethe et la Métamorphose des Plantes (“Goethe y la metamorfosis de las plantas”, 1940), de André Masson; obras de Francis Picabia, como Balance (1919–22), Brouette (“Carretilla”, ca. 1922) o Totalisateur (“Totalizador”, 1922), ambos de la colección permanente del Museo; rayogramas y muñecos articulados de Man Ray (así como imágenes de la que fuera su pareja y musa, Kiki de Montparnasse), algunos cedidos por el Centre Georges Pompidou; el emblemático lienzo Locus Solus (1941–42), de Roberto Matta, procedente de la colección Ulla und Heiner Pietschz de Berlín; y varias obras de Joseph Cornell. Por otro lado, se exhibirán imágenes prácticamente inéditas de representaciones de Locus Solus, cedidas por el poeta estadounidense John Ashbery, y también revistas y documentación variada cedida por la Bibliothèque Nationale de París o la Biblioteca Kandinsky acerca de Breton, Desnos y otros miembros destacados del movimiento surrealista.

Siguiendo la línea de influencias que Roussel ejerció en artistas clave de las vanguardias, el recorrido de la exposición dedica un espacio a Marcel Duchamp. Como explica François Piron, comisario de la muestra, a partir de la década de los cuarenta Duchamp afirmaría públicamente y en numerosas ocasiones lo importante que era Roussel para su obra, sobretodo como desencadenante de sus investigaciones en torno a Mariée mise à un par ses célibatarires même (“La novia desnudada por sus célibes, incluso”, 1912–23), conocida como El Gran Vidrio. En esta sala se podrán ver obras célebres del creador francés, además de la mencionada, que proceden de importantes colecciones, como por ejemplo Coffee Mill (“Molinillo de Café”, 1911), de Tate Modern; Trébuchet (“Perchero”, 1917), cedido por el Muze'on Yisrael de Jerusalén; o la pieza de Richard Hamilton en 1971 a partir de Duchamp, Sieves (“Tamices”, 1971), que forma parte de la colección del Museo.

ÁFRICA Y LA ANTROPOLOGÍA
 
La exposición también se ocupa de los Patafísicos; se incluye una de las obras más destacadas de la muestra: la instalación Sister Perpetua’s Lie (“La mentira de la hermana Perpetua”, 1973), de la artista norteamericana Ree Morton, y que ha sido cedida por la Generali Foundation de Viena. La pieza conformada por un libro y doce grabados del creador suizo Markus Raetz, procedentes del Kunstmuseum de Berna e inspirados en Impresiones de África, junto con obras de Terry Fox, cedidas por la galería Ronald Feldman Fine Arts, y dos piezas de la colección del Museo, de Rebecca Horn y George Brecht, completan el espacio.

En esta sala, la proyección de Impresiones de África, adaptación televisiva realizada en 1977 por Jean-Christophe Averty; documentos y cartas de Michel y Eugène Leiris; fotografías de Man Ray en homenaje al autor francés y tres objetos guineanos procedentes del Museo de Antropología de Madrid aproximarán al público a una visión de Roussel desde la antropología. Se completará con la proyección de Les Maîtres Fous (“Los Maestros Locos”, 1955) de Jean Rouch, pionero del cinéma vérité, que incluyó en esta pieza numerosas alusiones a trabajos de Rousseau, Duchamp y Dalí.

IMAGEN Y LENGUAJE

Una de las invenciones más emblemáticas de Raymond Roussel fueron las Máquinas de leer, que inspiraron a artistas como el canadiense Rodney Graham, cuyas obras Camera Obscura Mobile (“Cámara Oscura Móvil”, 1995–96) y Reading Machine for Lenz (“Máquina de leer para Lenz”, 1993) estarán expuestas. Otras piezas, como una selección de los Cibachromes de Raymond Hains, cuatro proyecciones de Marcel Broothaers, dos esculturas de Jean Tinguely y una vitrina con la primera edición firmada de La vuelta al día en 80 mundos de Julio Cortázar, así como el Tarot musical de Michel Butor, inspirado en un episodio de Locus Solus, estarán también presentes en este espacio. También se podrá ver la instalación Impressions d’Afrique II (“Impresiones de África II, 2002”), de la creadora española Cristina Iglesias, una serie de paneles calados con letras que conforman textos inspirados en la novela.

Otra de las salas importantes dentro del recorrido será la sala dedicada a Guy de Cointet, dedicada a este artista francés que combinaba en sus obras imagen y lenguaje. Una instalación conformada con objetos inspirados en Raymond Roussel abrirá el espacio, acompañada de una serie de dibujos procedentes de galerías y colecciones particulares. Podrán verse también dos proyecciones, ( ) de Morgan Fischer y Asociaciones de John Smith, así como dibujos de Mike Kelley y Allen Ruppensberg e importante documentación del Fondo Cointet de la Bibliothèque Kandinsky de París.

Las últimas salas de la exposición estarán dedicadas a los artistas Francisco Tropa, que representó a Portugal en la pasada edición de la Bienal de Venecia y que exhibirá su obra Diana y Acteón, y al multifacético creador ítaloamericano Vito Acconci. En el espacio dedicado a su obra se podrá oír Antarctica, una grabación en la que recita textos propios basados en Roussel. También se mostrarán la colección completa de la revista 0 a 9, que lanzó a finales de los sesenta, cuando iniciaba su carrera como poeta, y de Locus Solus, revista de poesía y prosa experimental que John Ashbery editó junto con otros escritores a principios de los sesenta.

El corredor de salida a Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel exhibe el proyecto de tumba que el autor solicitó en 1931 a la funeraria parisina Lecreux para su sepultura en el célebre cementerio parisino de Père-Lachaise, donde se halla enterrado junto a tantos otros genios de la literatura y las artes.

CATÁLOGO

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con textos de Patrick Besnier y Annie Le Brun, que contextualizan la inspiración y los escritos de Raymond Roussel en el ambiente cultural en el que vivió. También se incluyen escritos de los comisarios de la muestra, Manuel Borja-Villel, João Fernandes y François Piron, así como una entrevista que Piron realizó a John Ashbery acerca de la recepción de Roussel en Francia y Estados Unidos, y la influencia del autor sobre toda una generación de artistas y escritores de los años setenta.

La publicación aborda también la presencia de Roussel en Salvador Dalí y Marcel Duchamp mediante distintos ensayos. Se completa con una antología de textos escritos por artistas —André Breton, Robert Desnos, Dalí, Jean Cocteau o Paul Éluard— acerca de la influencia que ejerció Roussel en su trabajo

ACTIVIDADES PARALELAS

Encuentro Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel
Participan: João Fernandes, comisario de la exposición y director del Museu de Arte Contemporãnea de Serralves (Oporto) y François Piron, comisario de la exposición, crítico de arte y comisario independiente.
Fecha: Miércoles 26 de octubre
Hora: 19.30h
Lugar: Auditorio Sabatini

A propósito de… Locus Solus
Itinerario enmarcado en el programa de visitas guiadas a exposiciones temporales del Museo.
Fecha: Jueves, del 27 de octubre al 28 de febrero de 2012
Hora: 19.15h
Lugar de inicio: Punto de encuentro, Edificio Sabatini
Duración: 1 hora aprox.
Sin inscripción previa, máximo 25 personas
Nota: esta visita contará con lazos de inducción magnética a disposición del visitante. Asimismo, los días 17/11 y 15/12 se ofrecerá en lengua de signos española.

Concierto de Patrick Bastien. Une danse de sons
Espectáculo del multiinstrumentista francés Patrick Bastien que transporta el imaginario de Raymond Roussel a las melodías y los sonidos.
Fecha: Jueves 27 de octubre 2011
Hora: 19.00h (primer pase) y 20.00 (segundo pase)
Lugar: Sala de Protocolo del Edificio Sabatini (1ª planta)