El museo presenta una instalación de once obras de la colección permanente de los siglos XIV al XVII cuyos marcos, tres de ellos originales, ejemplifican la relevancia artística de este elemento. Provenientes de España, Francia, Italia, Alemania y Países Bajos, evidencian una amplia variedad de estilos según el período en el que fueron realizados y el criterio de las modas, fundamentalmente del mobiliario, constituyendo siempre un valor añadido a las pinturas a las que acompañan, embellecen y protegen.

Aunque no son numerosos los marcos originales que han llegado a formar parte de la colección, sí se han conservado muchos antiguos de gran relevancia. El propio barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza prestó una especial atención a este singular aspecto del coleccionismo y llegó a solicitar dos estudios de los marcos de su colección en la década de 1980.

Los seleccionados para esta exposición muestran una alta calidad técnica y estilística que los convierten en piezas únicas y valiosas en sí mismas y, además, aportan una información adicional que contribuye a conocer de forma más completa el contexto histórico y artístico de las pinturas que encuadran.