En la Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, España, el pasado mes de junio de 2022 asistieron por primera vez como invitados los cuatro mandatarios de Japón, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur, llamados el Asia-Pacífico 4 o AP4, considerados los aliados principales de la OTAN y de los Estados Unidos en dicha región geopolítica.
De especial relevancia fue la participación de Fumio Kishida, primer ministro de Japón. De esa manera, la OTAN mostró su especial interés en los asuntos internacionales de la región Indo-Pacífica y de la China como desafío en la zona.
En la declaración final de la Cumbre se definió claramente a la Federación de Rusia como un adversario de los valores e intereses de los países miembros de la OTAN, especialmente después de la invasión de Rusia en Ucrania. Pero también se mencionó a la República Popular China como un competidor, un desafío y a la vez como un posible rival en el futuro cercano, especialmente en el Indo-Pacífico.
De manera que, desde la Cumbre de Madrid, la OTAN supera su carácter de organización atlantista y empieza a proyectarse en el Asia-Pacífico y a perfilarse como organización de carácter global. En dicha región es Japón el aliado más antiguo y sólido, tanto de los Estados Unidos como de la misma OTAN.
Recordemos que Japón es el único miembro asiático del G7 o club de las 7 grandes economías, exceptuando a Rusia y a China.
En la Cumbre del G7 de Williamsburg, Estados Unidos, en 1983, el entonces primer ministro japonés Nakasone Yasuhiro defendió la indivisibilidad de las políticas de seguridad nacional de los países integrantes del G7, todos, por cierto, miembros destacados de la OTAN. Para Japón su acercamiento hacia la cooperación con la OTAN es una especie de extensión de su trabajo de equipo con el G7 y de sus vínculos como aliado preferencial de los Estados Unidos en Asia.
Es importante recordar que Japón se convierte en aliado de los Estados Unidos desde finales de la Segunda Guerra Mundial y que, desde 1951, se había firmado el Tratado de Cooperación y Seguridad entre Japón y los Estados Unidos.
Asimismo, Estados Unidos mantiene acuerdos bilaterales de seguridad con sus principales aliados de la zona de Asia-Pacífico. Por ejemplo, un Tratado de Defensa Mutua suscrito con Corea del Sur desde 1953 y, recientemente, durante la administración Trump, un acuerdo militar y de seguridad con la India.
Más recientemente han surgido también alianzas políticas multilaterales de los Estados Unidos en la región. Por ejemplo, el Quad o Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, integrado por Estados Unidos, Japón, Australia y la India; es decir, una coalición política de democracias liberales que, en su Cumbre de Tokio, Japón, del 24 de mayo de 2022 expresó que busca consolidarse como contrapeso a China en la región del Indo-Pacífico.
Existe también el AUKUS, integrado por los Estados Unidos, Reino Unido y Australia, un acuerdo marco con dos de sus aliados vitales, uno europeo y otro en el Océano Pacífico para promover el suministro de tecnologías de avanzada y de submarinos nucleares a Australia.
Se trata de una alianza entre tres democracias liberales anglosajonas con el objetivo manifiesto de frenar la influencia y el poder de China a nivel global y sobre todo en el Mar de China Meridional.
El presidente Joe Biden aseguró que los fines son únicamente disuasivos y pacíficos pero el gobierno chino lo percibió negativamente y como una provocación iniciando como represalia presiones comerciales sobre Australia.
Existe también el Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF), creado el 23 de mayo de 2022 en Tokio, Japón. No es una zona de libre comercio sino una alianza política y económica que: «Busca un Indo-Pacífico libre, abierto, justo, inclusivo, interconectado, resiliente, seguro y próspero». Está conformado por Estados Unidos, Japón, Australia, India, Corea del Sur, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Tailandia y Vietnam. Con la ausencia notoria de China y Rusia.
Sin embargo, durante la administración de Donald Trump, Estados Unidos se autoexcluyó del Acuerdo Transpacífico conocido como TPP que se había negociado y firmado durante la administración de Barak Obama. En este caso, sí se trata de un acuerdo de libre comercio que continúa existiendo como TPP11 sin la participación estadounidense.
Son integrantes del TPP11 Australia, Brunéi, Canadá, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam… y tres países latinoamericanos: Chile, México y Perú.
Todo parece indicar que desde las salidas de tropas de Irak y luego del abrupto retiro de Afganistán, Estados Unidos le está bajando el perfil al Medio Oriente como zona de alto riesgo y prioridad geopolítica y estratégica y de seguridad para trasladar su atención hacia la zona del Indo-Pacífico.
De tal manera que ya los principales riesgos o desafíos no están ni en Irak, ni en Afganistán, ni en el Oriente Medio, sino en Ucrania y en el Indo-Pacífico. Y los nuevos desafíos serían principalmente la Federación Rusa y la República Popular China.
En la reciente Cumbre de Madrid la OTAN definió a la Federación Rusa como «la más significativa y directa amenaza para la seguridad, la paz y la estabilidad del Área Euroatlántica» y así también afirmó que «las ambiciones de la República Popular China y sus políticas coercitivas desafían nuestros intereses, seguridad y valores».
En la misma declaración la OTAN defiende y promueve sus valores comunes principales que son la libertad individual, los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho.
En ese sentido cobra dimensión el grupo contrapuesto de los BRICS, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sur África, dentro del cual el liderazgo lo tienen China y Rusia. Es interesante el papel de la India que aparece tanto en el bloque que lideran los Estados Unidos como en el bloque que lideran China y Rusia.
Pero es evidente que, una vez más, el sistema internacional se escinde entre dos bloques enfrentados por diferentes valores, sistemas políticos y económicos, así como intereses geopolíticos y agendas de seguridad.
Está presente el bloque de las democracias, tanto occidentales como orientales, liderado por los Estados Unidos y la OTAN con los valores de libertad individual, democracia, estado de derecho y derechos humanos y el bloque de las autocracias bajo el liderazgo de Vladimir Putin y de Xi Jinping.
Los dos puntos del planeta con mayor potencial de conflicto militar entre ambos bloques son el territorio de Ucrania y sus alrededores y el estrecho de Taiwán y sus alrededores, especialmente Japón, Corea, Guam y Filipinas.
Trabajar por la paz, por la estabilidad, por las soluciones negociadas y pacíficas en ambos puntos, es decir en Ucrania y en el estrecho de Taiwán es trabajar por la paz en sus zonas más cercanas y trabajar por la paz a nivel mundial.