Me llega un video que publicó en los medios Roberto Savio, un dilecto amigo virtual, académico italiano con quien tengo interesantes diálogos de todo tipo. Actualmente reside en un pueblito cerca de Roma, pasando su «cuarentena» preventiva. Acá en Chile, en mi departamento en Viña del Mar, provincia de Valparaíso, estoy en lo mismo.
En el video, mi amigo analiza el plan de paz que propone Trump para que se supere el conflicto de Medio Oriente. Sugiero escuchar este video antes de seguir leyendo el presente artículo.
Mi reclusión obligada por las indicaciones sanitarias chilenas y el escuchar este video, me hace pensar que el coronavirus también podría ser un desafío para un mundo sin guerras. Sólo falta la voluntad política para ello. Pero también una manera diferente del modo en que nos relacionamos. Comparto estas reflexiones en ese espíritu. Lo hago con el más profundo respeto y con el cariño que le tengo a este amigo deseándole que en su actual «retiro» obligado allá en su casita cerca de Roma se encuentre muy bien y que se cuide mucho.
El plan de paz que propone Trump para que se supere el conflicto de Medio Oriente surge desafortunadamente desde un personaje que de por si genera mucho anticuerpo. Por eso, haciendo caso omiso acerca de desde donde se origina el Plan, es conveniente rescatar algunos aspectos que parecen ser válidos. Para ello conviene repasar en primer lugar de manera muy sucinta los simples hechos de este conflicto y en segundo lugar comentar las afirmaciones que se hacen en el video.
Un repaso a los hechos
Pongámonos en el contexto de este conflicto para más adelante comentar el video. Los simples hechos, desde el nacimiento de Israel y muchos previos al mismo, nos muestran la aversión de parte del mundo árabe a aceptar la diversidad como alternativa necesaria y conveniente. No se acepta respetar al otro/a que es diferente y que reconociendo su legitimidad aprendemos mutuamente. Ese aspecto crucial en las relaciones humanas, más desenvueltas en cuanto civilización, en medio oriente no ha funcionado. Los simples hechos así lo demuestran.
La solución al conflicto palestino israelí al cual hace referencia el video, sólo es posible reconociendo el derecho a vivir y la necesidad de convivir de ambos pueblos, tanto los árabes palestinos que viven allí desde mucho tiempo, como el de los judíos que retornan a la tierra donde por última vez hace unos 2.000 años tuvieron autonomía. El judío es un pueblo que durante casi todos esos 2000 años sufrió de parte de la Europa cristiana todo tipo de agresiones y discriminaciones. No tenía lugar alguno que lo proteja, que lo ampare, siempre añorando su patria bíblica. Tiene una enorme ligazón emocional, espiritual, histórica y finalmente poblacional con esa zona denominada «Palestina» donde la ONU en 1947 recomendó la partición de lo que quedaba del territorio administrado por los británicos, para la creación de dos países autónomos, uno árabe y el otro judío. La mitad del territorio original el Imperio británico lo destinó a la creación de «Transjordania», actual Jordania. Pero el mundo árabe rechazó la partición aprobada en la ONU, invadiendo esas tierras y atacando al recién constituido estado de Israel.
El único país del planeta con la misión de amparar al pueblo judío es Israel. En eso consiste esencialmente el sionismo. Es un movimiento político laico donde el mundo religioso del judaísmo casi no participó. Sus líderes eran en su enorme mayoría laicos, socialistas. No hay otro lugar en el mundo, fuera de Israel, que le ofrezca al pueblo judío esa garantía de tener un Hogar Nacional seguro y autónomo. En otras partes el judío nunca se sintió seguro. Y cuando se sentía «seguro» la realidad le volvía a golpear ya que surgía el antisemitismo. Dependiendo de los gobernantes de turno en la Rusia zarista, en la Europa central y Oriental, fue discriminado, perseguido, asesinado, expulsado. Ese fenómeno respecto «al judío» culminó con el nazismo ante la indiferencia de buena parte del mundo.
El conflicto de palestinos e israelíes después de 70 años, ya no es el de todo el mundo árabe ya que parte del mismo se da cuenta de que Israel «se ganó» su derecho a existir y que el problema no es Israel sino los dirigentes corruptos de la ANP (Abbas), los dirigentes de Hamás que dominan en Gaza y los de Hizbulá que dominan en Líbano y Siria. Los de la ANP desean mantener este conflicto artificialmente para seguir haciéndose las víctimas a fin de recibir dineros que les envían desde otras partes y tanto Hamás como Hizbulá apuntan a que Israel desaparezca.
Lo señalado se traduce en aspectos esenciales de este conflicto que toda persona no ideologizada o prejuiciosa puede conocer, entender, comprender y reflexionar:
Desde su nacimiento como estado, Israel no ha sido aceptado por sus vecinos y ha estado sujeto hasta la actualidad a diversas agresiones, frente a las cuales gracias a su disciplina, a su claridad de rumbo como país, a su espíritu de cuerpo, se ha sabido defender, a veces contraatacando. No hay que perder de vista que Israel apenas tiene 22.000 km cuadrados de superficie. (Similar a la provincia de Antofagasta en Chile). Es la estrategia de un país pequeño en territorio.
Las diversas agresiones por parte de árabes, llevan a que Israel ocupe territorios que luego devuelve a cambio de paz, lo que se demuestra por los tratados de paz con Egipto y Jordania, a quienes devolvieron todo lo conquistado. Nunca más han deseado atacar a Israel.
Que los palestinos de la ANP no han deseado nunca firmar un tratado de paz con Israel y formar su país porque eso sería legitimar al estado de Israel y terminar con su papel de pobres víctimas de lo cual sólo pueden usufructuar mientras logren mantener el statu quo actual. Que tanto la organización Hamás como Hizbulá anhelan «borrar a Israel del mapa» de manera que nunca participarían en ninguna negociación ni aceptaran la paz en la zona.
Que en las diversas negociaciones los dirigentes palestinos siempre han puesto condiciones que para cualquier país serían imposibles de aceptar dado que significaría su desaparición. Las ofertas de las delegaciones israelíes has buscado que la paz se concrete en un tratado. Como ilustración, en el año 2000 durante las negociaciones entre Barak y Arafat por el lado palestino, Israel ofreció casi toda la Cisjordania, reconocimiento de la parte árabe de Jerusalén como capital árabe palestina, apoyo tecnológico y la posibilidad de generar dos países confederados viables y colaborativos en todo aspecto. Fue rechazado por Arafat.
Que la tesis que defienden muchos «ideólogos» que se autodenominan de «izquierdas o progresistas» de que sería posible tener un solo país donde convivan todos, es un muy loable deseo, pero imposible de concretar en medio oriente. Al poco tiempo un país así desaparecería en una guerra civil y tendríamos un nuevo intento de genocidio al pueblo judío. La solución al conflicto sólo es posible por la coexistencia de dos países autónomos y viables en lo económico y social, lo que en la práctica no desean los dirigentes árabes actuales. Líbano, Siria, Yemen, Gaza, son algunos testimonios de cómo el convivir en la diferencia es un tema difícil en el mundo árabe.
A esta altura hay tres situaciones que el mundo y los países deberían aceptar y reconocer:
Que es injusto e inmoral éticamente que al pueblo palestino se lo mantenga en situación de secuestro por parte de sus dirigentes manteniendo un «estado de guerra permanente con cese al fuego contra Israel» (que así lo llaman los dirigentes árabes), sacrificando el bienestar de su pueblo, el palestino, y obligando a Israel a asumir una tarea defensiva que le lleva importantes recursos que se podrían usar en beneficio de ambos pueblos;
Que el único motivo por el cual se mantiene ese conflicto no es por territorios ocupados como maliciosamente se hace aparecer por prejuicios ideológicos, ni por recursos naturales o por otros motivos del estilo, sino por la corrupción de los dirigentes palestinos actuales y por el fundamentalismo político religioso de organizaciones que no se interesan por aceptar la diversidad y la convivencia entre los pueblos.
Que la guerra que declararon los árabes apenas nace el Estado israelí y que la mantienen unilateralmente hasta ahora, la han perdido y eso lo tienen que aceptar en bien del pueblo palestino. De lo anterior se desprende que lo rescatable del plan de Trump es una conclusión que hace buen tiempo la he difundido en mis análisis en acerca de este conflicto (ver Una visión políticamente incorrecta).
Que con los actuales dirigentes árabes palestinos no es posible negociar ya que no desean reconocer a Israel a través de un tratado de paz dado que no aceptan de hecho su existencia como país. Que la paz es posible a través de una intervención unilateral internacional que promueva el surgimiento de una nueva dirigencia árabe palestina, que escuche al pueblo palestino subyugado por las armas de sus dirigentes y potencien un movimiento político que priorice la paz y la convivencia, que desplacen a los actuales dirigentes y formen su país lo antes posible. Que se generen las bases para una sociedad democrática y moderna en un país de mayoría árabe palestina viable, autónomo, desmilitarizado donde la seguridad interna, que de hecho trata de neutralizar la accion de los fundamentalistas, quede a cargo de Israel. Lo demás, se tendrá que ir dando en el curso de la convivencia y colaboración mutua.
Que Cisjordania (Judea Samaria) puede ser un territorio donde se genere un nuevo estado palestino que, conectado con Gaza (una vez que el pueblo palestino en Gaza sea también liberado de la organización Hamás que los subyuga), acepten ser parte de ese país autónomo árabe palestino y convivan confederadamente con Israel. De hecho casi todas las ciudades y pueblos árabes están en Judea Samaria ocupando alrededor del 35 al 40% de su superficie. Los asentamientos judíos son un 2 a 3% de esa zona. Hay mucho espacio y la tecnología israelí podrá hacer del pueblo palestino un pueblo que viva en dignidad y bienestar con la esperanza de generar un estado democrático libre de fundamentalismos violentos.
En definitiva, tres puntos finales:
A. No es hora de medir superficies. Es hora de darle al pueblo palestino su bienestar y al pueblo israelí la posibilidad de seguir aportando tecnología, ciencia, cultura y creatividad a la humanidad, como lo ha hecho hasta ahora a pesar de sus limitaciones al vivir en un ambiente de tensión motivado por las frecuentes agresiones que surgen de un estado de guerra al que esta sometido.
B. Este conflicto se soluciona sólo si el mundo árabe acepta lo señalado en el punto 6, y los países civilizados del mundo de una vez por todas deciden priorizar la paz en lugar de la guerra, la convivencia y colaboración en lugar de alimentar un conflicto artificial, e intervienen para que la paz se imponga en esa zona.
C. De producirse un tratado de paz y la formación de un estado árabe palestino viable y autónomo, una confederación de dos países diferentes pero respetuosos y colaborativos entre sí, se generarían nuevas esperanzas para Medio Oriente y para el mundo. Puede significar un gran debilitamiento para los fundamentalismos político religiosos que funcionan en la exclusión, el odio y la violencia.
Comentarios finales a los argumentos del video
De lo que Savio señala en su video, hay que decir lo siguiente:
Se señala que en el mundo árabe hay diversos países que están tratando con Israel. Ciertamente así es. Eso demuestra que muchos países árabes ya no desean seguir apoyando un estado de guerra permanente con cese al fuego contra Israel que mantienen sus más cercanos vecinos y que es hora de firmar la paz y formar el país autónomo y viable de mayoría árabe palestina.
Se señala que en las calles de palestina no hay manifestaciones populares respecto al Plan de paz. Por supuesto que no las hay ni las puede haber. El pueblo palestino está atrapado por sus dirigentes que poseen las armas, con regímenes dictatoriales de hecho.
Se señala que los palestinos no podrán tener su Ejército. Por supuesto que no. Esa es la idea. ¿A quién van a atacar si hacen la paz con Israel? ¿De quienes se van a defender? ¿Para qué necesitan gastar en armas si lo único que se debe garantizar es la seguridad interna, aspecto que Israel lo puede hacer para ambos países sin problema como ya lo ha demostrado con eficiencia? Incluso eso puede significar que Israel también pueda bajar sus gastos de defensa. Al no existir un estado de guerra desde el sector palestino contra Israel, quedando sólo Hamás e Hizbulá posiblemente ya no será necesario buena parte de lo que ahora se necesita para la defensa.
Al contrario de lo que se señala en el video, el tema de la menor superficie que le quedaría a los árabes palestinos no es razón para que quienes viven en esa zona no puedan conformar su Estado autónomo. La situación actual ya no es la del año 2000; tampoco es la de las tantas negociaciones frustradas con las delegaciones palestinas. La guerra que insisten en sostener contra Israel la tienen perdida. Eso lo tendrán que asumir. Deberán pensar en el bienestar de su pueblo, el árabe palestino. En Cisjordania se puede y se debe constituir ahora, tal cual, un Estado palestino árabe con sus fronteras claramente reconocidas y conviviendo confederadamente con Israel. Es lo mejor que le puede pasar al pueblo palestino. Yo he estado por allá: todo se puede hacer. Los odios son artificiales, han sido inculcados por los dirigentes árabes actuales a los niños y jóvenes. Con una educación adecuada para los niños sobre la base de valores de tipo humanista, inculcando el respeto mutuo, la confianza retornará más pronto que tarde.
Lo que no se puede hacer es pretender que los denominados refugiados palestinos que están en otros países sigan en inaceptables campamentos y en esa calidad de refugiados: deben ser aceptados como ciudadanos de esos países. Y el mundo europeo y norteamericano ha de colaborar y apoyar ese proceso. Como dato, los árabes palestinos son los únicos refugiados ad eternum: ya llevan 70 años… El argumento del retorno de los refugiados árabes palestinos a Israel es una de las condiciones preferidas para frustrar las negociaciones ya que es claro que tratándose según los mismos árabes palestinos de unas 2 millones de personas es una exigencia totalmente inaceptable para cualquier país. Más aun para el pequeño Israel. Que se haga como Israel lo hizo en la década de los 50 en que llegó cerca de un millón de personas expulsadas desde países árabes y que ahora son ciudadanos israelíes con sus hijos y nietos integrados al país, gozando de adecuada educación, salud, cultura. Se puede, pero la mentalidad debe cambiar.
Se señala en el video que algunas organizaciones evangélicas desearían que toda la palestina sea Israel. También hay organizaciones del Islam que desean que toda esa zona sea islámica, ni siquiera árabe palestina. La enorme mayoría de las personas que amamos la paz pensamos que el único modo de salir de ese conflicto es que existan dos países que en sus diferencias se apoyen y complementen. No me gustan los términos país árabe y país judío. Prefiero referirme a un país con su cultura árabe palestina mayoritaria (Cisjordania y en el futuro también Gaza), y otro país con la misión de amparar al pueblo judío con todas sus riquezas culturales y manifestaciones que le son propias. Ambos con su misión: Los de mayoría árabe palestina generar un país que sea respetuoso de la diversidad, donde el fundamentalismo político religioso violento este fuera de la ley, que conviva en paz con el resto del mundo y democrático en el mejor de los sentidos. Los de mayoría judía, con la misión de amparar y proteger a dicho pueblo siendo a su vez democrático también en el mejor de los sentidos. Las democracias necesitan mejorar en todas partes. Pero que ambos países tengan su misión y su modo de ser democrático tendría que ser parte de este proceso.
Por último, apoyemos la causa de la paz en lugar de atrincherarnos en ideologías que normalmente generan conflictos o los alimentan más si es que existen. Trump es una persona muy controvertida, pero no nos quedemos en su persona, ni tampoco en la de Netanyahu. Ambos a estos efectos no cuentan, son pasajeros; realmente suelen generar desconfianza y a veces franco rechazo. Lo que interesa es si la paz es posible. Y lo es. Pero debe generarse no por las vías de negociar con los actuales dirigentes ya que allí no hay salida alguna. Hay que imponerla de manera inteligente porque la mayor parte del pueblo palestino no desea más seguir en guerra con Israel. No desea más a sus dirigentes. Eso está más allá de las izquierdas y derechas. Ya está obsoleta esa manera de mirar el mundo y muy especialmente en el medio oriente musulmán donde la emocionalidad, las creencias, las culturas tribales, trascienden nuestra racionalidad occidental.
Ahora debemos apuntar al Bien Común, al bienestar de los pueblos, a sistemas socio económicos que generen solidaridad, justicia, bienestar mínimo en este planeta, a la solución de los conflictos y a un nuevo modo de gobernarnos. Es lo que yo humildemente pienso.