Cuando niño solía ser muy ingenuo y admiraba a la Nasa, hoy sólo pienso que mi ingenuidad en algo sirvió, pues; sólo me ha dejado decepciones, cuando admito que nos untan de sofismas y falacias.

No me considero un conspiranoico dentro de la jerga utilizada como respuesta ante las inconsistencias del supuesto viaje del hombre a la Luna, mi dilema no se explica ni ensaña en hacer análisis de fotografías o supuestos hechos reportados sobre la superficie lunar.

Mis cuestionamientos van mucho más allá de la simple observación de fotografías o vídeos, recordando la famosa frase de Nicolás Maquiavelo: «Los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos podemos ver, pero muy pocos comprender lo que vemos», como también recordando una frase del padre de la fisiología moderna Claude Burnard: «La ciencia no consiste en los hechos, sino en las consecuencias que de ello se derivan».

Con respecto al mito y a la realidad. La apariencia de las cosas que obtenemos a través de nuestros sentidos físicos y los aparatos que son una extensión de los mismos, nos dan una visión real de las cosas. Un ejemplo de ello lo tenemos en la aparente salida del Sol, cuando en realidad se debe a la rotación de la Tierra. Otro es la ausencia de las estrellas en el cielo diurno, cuando en realidad están presentes, y otro en la irreal solidez de los objetos y los cuerpos que nos rodean. Estas revelaciones científicas nos muestran que lo que percibimos como realidad es el velo puesto ante nuestros ojos. Para la ciencia moderna, la visión de la materia está cercana a suponer que está formada de pensamiento puro, como un producto de nuestra mente (Fernando Oñoro Paternina).

Son varias las inconsistencias por las cuales se pone en duda el gran paso para el hombre y supuesto salto de la humanidad.

La primera, teniendo en cuenta el giro o movimiento de rotación de la Luna, ésta gira en sentido a la manecillas del reloj, es decir, giro retrógrado. La Luna expulsa y al contrario la Tierra absorbe, es quizás el sentido de rotación de la Tierra lo que hace que mantengamos los pies sentados siempre apuntando hacia el centro (efecto centrípeto), la repulsión de la luna la podemos experimentar incluso a los 345.000 kilómetros de distancia, su efecto sobre las mareas en la Tierra.

Si para salir de la tierra necesitamos una velocidad de escape de 11 kilómetros por segundo, ¿cuál será la velocidad de resistencia para vencer la fuerza de repulsión de la Luna para poder entrar en su órbita y alunizar?, ¿Cuál será el diseño aeronáutico que se necesitará para tal misión? ¿Cómo fue el desacople entre el orbitador y el módulo lunar?

Otro interrogante surge inmediatamente, en estudios previos se constató que la superficie lunar no posee regulación térmica, no tiene atmósfera, por consiguiente su temperatura de día es de 150 grados centígrados y de noche está en los 150 grados centígrados bajo cero, es decir, de día extremadamente caliente y de noche extremadamente fría. En este aspecto surgen muchísimos interrogantes para tener en cuenta: el primero el combustible utilizado, si fue cierto según la misión el módulo lunar debió tener refrigerante y calentador para su combustible debido según ellos a que permanecieron sobre la superficie lunar por espacio de 21 horas: desde inicio de la misión (00 horas), se posan a la hora 102:47:03, alunizaje en el mar de la tranquilidad a 0°42´28´´. E inicio de actividades extravehiculares del Módulo lunar (E.V.A.) hasta las 124:23:11 que hacen el despegue de la Luna.

Niels Armstrong fue el «primer hombre que pisó la Luna» seis horas después de haber alunizado a las 2:56 (hora de Houston) en el Mar de la Tranquilidad.

Según la misión del Águila (módulo lunar), este duró posado sobre la superficie lunar 21 horas y pico, siendo sus estructuras y fuselajes de aluminio, entendemos que el aluminio es muy buen conductor del calor, ¿cómo hicieron los astronautas para soportar las inclemencias del clima lunar, de día 150 grados centígrados (extremadamente caliente) y de noche 150 grados centígrados bajo cero (extremadamente frío)? ¿Cómo hicieron con los componentes del combustible teniendo en cuenta la presión sobre la superficie lunar y las condiciones de temperatura, si usaron anticongelantes o calentadores para el combustible y para sostener climatizado el interior del módulo durante 21 horas y pico .¿Cómo hicieron durante el tiempo en que la puerta del módulo lunar permaneció abierta gracias a que uno de los astronautas colocó un zapato para que no se cerrara?

Sigue el interrogante de la bandera, grosso modo en el vídeo se observa una bandera de tela o de cualquier otro material, no se comprende por qué en supuestas misiones posteriores la bandera seguía igual, se sobreentiende que el calor debió haberla chamuscado y quemado totalmente.

¿Cuál fue el misterio de la cuarentena, si la Luna tiene el sistema de pasteurización más eficaz que pueda existir, de día 150 grados centígrados y de noche 150 grados bajo cero, es imposible que con esas condiciones de temperatura sobreviva o pueda existir alguna forma de vida?

Otro detalle, tomarse el atrevimiento de bautizar supuestos mares que no existen en la superficie lunar y que jamás han podido existir, bien sabemos que la luna tiene efecto centrífugo y no puede sostener absolutamente nada sobre su superficie y con una temperatura de 150 grados centígrados cualquier residuo de agua se evaporaría, es decir, la superficie lunar jamás podrá contener durante un minuto cantidad alguna de agua o cualquier otro líquido.

Si algún día tienen la oportunidad de observar la Luna a través de un telescopio, se darán cuenta que ésta aparece como sistema rocoso, lo que parecen cráteres dan la sensación que son explosiones del interior de la luna hacia la superficie y no de afuera hacia adentro por consiguiente no se trata de impactos de meteoros, sino de explosiones de escapes de gases del interior del suelo lunar, esto debió ser en su proceso de formación y enfriamiento.

Considerando el caso del sentido de rotación de la Luna y su efecto centrifugo, se concluye que la famosa ley de gravedad formulada por Isaac Newton pierde vigencia, pues la atracción de los cuerpos no es directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de las distancias que los separa, sino al sentido de rotación del plano en que se encuentren los objetos, por eso es que para salir de la atracción terrestre se habla de velocidad de escape en kilómetros por segundo, es decir, unidades de área, superficie y de tiempo, no aparecen unidades de peso y cuando están en equilibrio la sumatoria de las fuerzas se hace igual a cero, es por eso que una tonelada de hierro y una libra de algodón flotan iguales en un sistema sin fuerzas, por consiguiente, la ley de gravedad no tiene aplicación universal.

Si la famosa «conquista del espacio» y dentro de ella la colonización lunar fuera una realidad, ya se habrían instalado estaciones y sistemas de antenas como puentes para trasmitir señales a grandes distancias, sabríamos que si con un simple satélite artificial a una altura entre 200 y 2.000 kilómetros orbitando sobre la Tierra aprovechamos las comunicaciones, cómo sería si a 345.000 kilómetros de distancia de la Tierra tuviéramos una o varias estaciones de radio y comunicación. Qué tanto habríamos avanzado en la interpretación de ondas de radiofrecuencias interespaciales, abriríamos un horizonte ilimitado con un amplio espectro electromagnético. Sin embargo, la realidad es otra.

¿Ustedes se imaginan una invasión terrícola a la Luna? Bases militares, pruebas nucleares, explotación del suelo lunar en busca de metales preciosos y otros ingredientes para la fabricación y uso de la tecnología. Sólo nos queda la resignación de conformarnos con contemplar su belleza, para seguir soñando y como musa de inspiración para muchos poetas y gritar como lo hacíamos cuando jugamos en nuestra niñez: «¡Luna, dame pan, que tus hijos no me dan!»

Bibliografía

Artículo en Wikipedia sobre la misión del Apolo 11.