“Archivos, apuntes y nuevas propuestas”, muestra obra reciente de Carlos Aguirre (Acapulco 1948), artista clave que ha estado presente en la escena del arte desde los años setenta y ha desarrollado un amplio y complejo trabajo marcado por las premisas del arte conceptual en relación con la investigación del ejercicio del poder y la experimentación gráfica que le han permitido encontrar nuevos materiales y distintas formas de representación. Su creación profundiza en la tensión, ya sea entre la historia de nuestro país con problemas globales vinculados a la crítica política, como con la tensión de fuerzas entre materiales y estructuras formales.
El título “Archivos, apuntes y nuevas propuestas” alude al constante involucramiento que Aguirre ha mostrado por la noción de archivo y la historia y, a la vez, reúne una selección de piezas que quedaron en el tintero de sus cuadernos de apuntes y que ahora las materializa explorando nuevos soportes. Como contraparte, se incluyen obras que enfatizan su constante búsqueda por experimentar y combinar distintas técnicas y materiales relacionados con la fotografía y la gráfica. Así, la exposición ofrece una mirada directa al presente y al tiempo que muestra significativas piezas del pasado.
Investigación y acontecer político siguen siendo de interés central. Desde sus inicios, Carlos Aguirre ha sustentado su obra en una amplia investigación que le ha permitido una relectura crítica y explícita de narrativas históricas oficiales. Ahora, a partir del trabajo de la teoría de la construcción del enemigo, Aguirre toma como ejemplo el discurso de Trump contra México y lo contrapone al del Díaz Ordaz ante el movimiento estudiantil del 68. Con motivo del 50 aniversario del 68 mexicano, Aguirre retoma el tema de la violencia del Estado que ha abordado desde su participación en el Grupo Proceso Pentágono a fines de los setenta. Motivado por los libros de Jacinto Rodríguez Munguía, La conspiración del 68 y La otra guerra sucia, Aguirre se apropia de Emilio Uranga como personaje determinante en la estrategia propagandística de Luis Echeverría en contra del movimiento y en la construcción del estudiante revoltoso y greñudo, como enemigo político social del país. El artista se vale de testimonios, datos, retratos y documentos que ha coleccionado o encontrado en archivos que cuestionan el manejo de la información y logra renovar su lectura al crear asociaciones entre procesos históricos, políticos y sociales pasados con luchas del presente. Caracteriza el trabajo de Aguirre el uso de palabras, imágenes y frases que registra y colecciona día a día a través de distintos medios de información. Como parte de su ejercicio de archivo, convierte los enunciados en material formal y discursivo al incluirlos en sus obras como frases inscritas por medio de plantillas. Así su trabajo logra una particular combinatoria al utilizar esténciles e imágenes impresas o en vinil, teniendo como resultado piezas que contrastan con representaciones de agitación que construyen un discurso estético y narrativo vigente.
A partir de su estancia en Londres, donde Aguirre estudio su maestría en la Central School of Art and Design, comenzó su interés por la teoría del color y en particular en el sistema partitivo y su relación con la impresión offset. De ahí la serie de constantes ensayos que le permitieron ampliar el espectro y las posibilidades en el uso del color. Tintes, sombras y tonos, poco explotados en el arte mexicano, comenzaron a habitar en su producción. De su formación como diseñador industrial viene el gusto del artista por la construcción de instalaciones de estructura simple y apariencia ligera, que lo han colocado como pionero en este campo. En ellas subyace la tensión interna entre figuras geométricas y estructuras simples, donde condiciones límites y la economía de elementos definen la forma. En el trabajo de Aguirre persiste su incansable y constante preocupación por buscar y experimentar con nuevos materiales y técnicas. Innovar en la gráfica con nuevos procesos industriales combinando a la vez técnicas mecánicas con digitales, al tiempo de incluir collage y dibujo meticuloso, tiene como resultado obras únicas que le permiten renovar el sentido crítico de su lenguaje.