Como estudiante de arte, Jenny Holzer se especializó en pintura. Admiraba la obra de pintores abstractos como Kazimir Malevich, Ad Reinhardt, Mark Rothko y Barnett Newman. Sin embargo, a finales de la década de 1970, cuando todavía participaba en el Programa de Estudios Independientes del Museo Whitney de Nueva York, comenzó a interesarse por el arte público, y eligió la escritura como principal medio de expresión.
Sobre esta opción, la artista ha afirmado: “He elegido el lenguaje porque quería que las personas, y no necesariamente las del mundo del arte, entendieran el contenido de mis obras”.
Su primera serie, Truisms (1977─1979), comprende más de 250 enunciados de una sola oración. Similares a los aforismos, las máximas y los clichés, los “lugares comunes” de Holzer reúnen un amplio abanico de posturas teóricas, filosóficas y políticas. Cada frase encierra una idea potencialmente compleja y polémica en una afirmación aparentemente sencilla. Sin privilegiar un punto de vista único, Truisms examina cómo se construyen socialmente las creencias, las costumbres y las verdades.
Entre 1977 y 2001, Holzer produjo 13 series de textos únicos, que ha presentado al público a través de una gran diversidad de medios. Tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001, investigó los documentos del Gobierno estadounidense difundidos en virtud de la Ley de Libertad de Información para profundizar más acerca de lo ocurrido el 11-S y de la subsiguiente invasión de Oriente Próximo. Indagó en el material de las campañas militares estadounidenses desplegadas durante la presidencia de Bush (hijo) y del centro de detención de Guantánamo, así como en documentos del FBI y otras agencias sobre amenazas terroristas y contraespionaje cibernético: memorándums, informes forenses, mapas, comunicados diplomáticos, actas de interrogatorios, apelaciones manuscritas de detenidos, etc. Luego reprodujo fielmente el contenido de esa documentación en pinturas al óleo, letreros led y proyecciones lumínicas.
Con los primeros años del nuevo siglo, la obra de Holzer dio un giro, pasando del uso exclusivo de textos de su propia autoría a la incorporación de poemas y textos en prosa creados por otros autores. En esa época, Holzer utilizó con frecuencia textos de Fadhil Al-Azzawi, Yehuda Amichai, Joseph Brodsky, Henri Cole, Mahmoud Darwish, Anna Świrszczyńska, Wisława Szymborska y Adam Zagajewski. En fechas más recientes, la artista se ha asociado con organizaciones sin fines de lucro —Human Rights Watch, Save the Children, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Not Forgotten Association y Protect Our Defenders— para obtener a lo largo del mundo testimonios en primera persona que revelan historias de la violencia y la injusticia que afectan a tantas vidas, pero también de la valentía y la esperanza que siguen aflorando a pesar de todo.