Los Premios Fortabat fueron claves en la configuración del circuito del arte argentino entre la recuperación de la democracia y la consolidación del mercado del arte a finales de la década de 1990.
Sus casi dos décadas de existencia fueron testigos de un tiempo en el cual la expresión y la creatividad se reestablecían como valores insoslayables para una sociedad en recomposición cultural, política e institucional.
En este marco, y por iniciativa de Amalia Lacroze de Fortabat, se originó este galardón con el objetivo de incentivar la producción artística contemporánea y reconocer a sus máximos exponentes.