El 18 de julio de 1976, coincidiendo con el cuarenta aniversario del golpe de estado militar con el que se inició la Guerra Civil, se inauguraba en el Pabellón Internacional de los jardines de la Bienal de Venecia, la exposición España. Vanguardia artística y realidad social. 1936-1976. En esta ocasión, el Pabellón de España permaneció cerrado porque, tras los acontecimientos de mayo de 1968 y la llegada a la presidencia de la Bienal de Carlo Ripa di Meana, se habían revisado los planteamientos originales de la más antigua e importante de las bienales y se había puesto en cuestión la invitación a participar a países gobernados por una dictadura. Sin embargo, la presencia española fue fundamental a través de esta muestra organizada fuera de las instituciones españolas con la complicidad de Ripa di Meana por un grupo de artistas e intelectuales muy comprometidos políticamente, entre los que se encontraban, Valeriano Bozal y Tomás Llorens, que actuaron como comisarios, o Eduardo Arroyo, Alberto Corazón, y Equipo Crónica, implicados en el desarrollo de todo el proceso y cuyas obras formaron parte de la exposición. Tanto la gestación del proyecto como sus resultados fueron muy polémicos y supusieron el enfrentamiento entre diferentes grupos de artistas y críticos.
La intención de España. Vanguardia artística y realidad social. 1936-1976 era, en palabras de Tomás Llorens, “explicitar cómo el arte español de vanguardia se ha modelado, en su misma constitución interna –y a menudo con características ambigüedades– en el proceso dialéctico de la lucha política y a un nivel mucho más profundo de la lucha de clases en la sociedad española”. La exposición se dividió en diferentes secciones que iban desde la dedicada al pabellón español en la Exposición internacional de París en 1937 y los vanguardistas en el exilio, hasta los planteamientos más recientes vinculados al arte conceptual, pasando por las tendencias próximas al pop y el realismo social, construyendo un nuevo relato de la historia del arte de España durante esas cuatro décadas que, de algún modo, ha determinado el que todavía se asume hoy.
Considerando el papel que jugaron Tomás Llorens y algunos artistas valencianos en el desarrollo de España. Vanguardia artística y realidad social. 1936-1976, no es extraño que en la colección del IVAM se conserven cerca de cuarenta obras de las que se pudieron incluir en la Bienal de Venecia de 1976 según el listado que aparece en su catálogo. Esta muestra, que se incluye dentro de la programación de Casos de estudio, tiene como objetivo contextualizar ese grupo de obras a través de la revisión de una exposición que se ha convertido en fundamental para comprender la producción artística en el estado español durante el siglo pasado.