En la corte de Felipe IV resultaba evidente que la pintura era un lenguaje internacional, que apenas conocía fronteras locales. Es en ese contexto internacional en el que se entiende mejor el arte de Velázquez, sobre todo a partir de 1623.
Las obras que más le influyeron fueron las de artistas muy bien representados en las colecciones reales, como Tiziano, Tintoretto o Rubens, y una de sus principales experiencias formativas fue su viaje a Roma en 1629, donde entró en contacto con el arte antiguo y renacentista y con los pintores modernos.
Esta exposición persigue llamar la atención sobre esa realidad. Para ello se han elegido sesenta y un cuadros relacionados con Velázquez, las colecciones reales españolas o la pintura española del Siglo de Oro. Más de veinte de esas obras fueron realizadas por artistas italianos, Flamencos o franceses, entre los que figuran Tiziano, Rubens, Luca Giordano, Jan Brueghel, Antonio Moro, Giovanni Lanfranco, Claudio de Lorena, Salvator Rosa, Massimo Stanzione o Guido Reni. Entre los españoles, hay piezas de Ribera, Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Pereda, Maíno, Sánchez Coello, Mazo, Van der Hamen, etc.