La colección de dibujos, estampas y fotografías del Museo del Prado es una de las más importantes de España por su calidad. Formada por más de nueve mil dibujos, cerca de seis mil estampas, y aproximadamente diez mil fotografías, la diversidad de su procedencia es un buen exponente del modo en que se coleccionaron dibujos en España a lo largo del siglo XIX y XX.
Destacan varios conjuntos: los dibujos españoles, los dibujos italianos, la colección de Goya –con dibujos, estampas y cartas—, las estampas de reproducción de pintura, las fotografías documentales de las obras artísticas del Museo, y el conjunto de fotografías de la escuela romana de mediados del siglo XIX.
Al contrario de la pintura y la escultura, apenas hay dibujos que procedan de las colecciones de los reyes de España. Entre los dibujos con este origen, cabe señalar la Planta y alzado del Museo, de Juan de Villanueva, que por su carácter emblemático estuvo colgado en el Gabinete de descanso de los reyes. Un notable grupo de dibujos antiguos españoles de los siglos XVII y XVIII –entre los que se distinguen los de Alonso Cano y Francisco Bayeu—, tradicionalmente se ha considerado que procedía del obrador de los pintores del rey, y sin embargo tiene su origen en una academia instalada por Vicente López en Palacio, que a su cierre en 1839 pasó al Museo del Prado.
Cuando el Museo de la Trinidad se integró en el Prado en 1871, llegó además de un extraordinario dibujo de Juan Guas para San Juan de los Reyes, uno de los conjuntos más sobresalientes de nuestra colección actual: un álbum con 186 dibujos de Goya pertenecientes a sus álbumes privados, desde el Álbum de Sanlúcar a los de Burdeos. En 1886 la colección de dibujos de Goya se incrementó con 262 dibujos preparatorios para sus grabados, procedentes de la colección de Valentín Carderera. Con estos dos conjuntos, y con las posteriores adquisiciones de dibujos, estampas y cartas de Goya, que llega hasta nuestros días, el Prado es un ineludible punto de referencia para el estudio de este artista.
En 1931, el aristócrata Pedro Fernández Durán legó a su muerte su extraordinaria colección de arte, en la que se encontraban más de dos mil dibujos, la mayor parte de ellos españoles e italianos de los siglos XVI al XIX –con piezas únicas, como un dibujo de Miguel Ángel preparatorio para los frescos del Juicio Final de la Capilla Sixtina—, que ofrecen un representativo panorama de las técnicas y funciones del dibujo.
La fusión del Museo de Arte Moderno y el Museo del Prado en 1971 supuso la incorporación a la colección de un importante y excelente conjunto de dibujos y estampas españolas del siglo XIX, entre los que merecen una mención especial, los de Carlos de Haes y Eduardo Rosales.
Junto a varios legados y adquisiciones realizadas a lo largo del siglo XX y del actual, presentan un interés singular los recientes ingresos de la colección del bibliófilo José María Cervelló, especializada en estampas de reproducción de pintura y escultura, del siglo XVIII principalmente, y la colección de dibujos, estampas y fotografías de la familia Madrazo, que constituye un extraordinario ejemplo del uso de estos medios en el proceso de creación artística.