Su pintura se caracteriza por el uso de colores muy vivos y luminosos, y por un espíritu optimista que alude a las ganas de vivir, a los momentos felices de la vida cotidiana.
Trata temas muy diversos: visiones de ciudades como Barcelona, Praga, París, Venecia o Nueva York, paisajes de Cadaqués, fachadas, interiores de bares o de su estudio, escenas de calle…
La luz juega un papel muy importante en la pintura de Ramon Moscardó, ya sea la del sol brillante del Mediterráneo o de los reflejos y la transparencia del mar, como la que se proyecta en interiores y define distintos ambientes.
En los paisajes, el pintor nos sitúa ante imágenes espectaculares. Observa algunas de las escenas desde un punto de vista elevado y lejano, pero la atmósfera es tan clara que parece que los distintos elementos, definidos con detalle, estén al alcance de la mano: no hay distancias, todo es un conjunto vibrante, rítmico y vigoroso.
Cuando pinta interiores, las figuras adquieren un papel protagonista; además, a menudo establece diálogos sutiles entre los personajes, que se expresan a través de las miradas y los gestos. Demuestra una gran intuición pictórica y una larga experiencia a la hora de dar vida y naturalidad a la figura humana.
Ramon Moscardó expone en la Sala Parés desde 1978, y también lo ha hecho en Estados Unidos, en diversas ocasiones; en Hong Kong y en las principales capitales europeas. Su obra se puede ver en importantes colecciones privadas y públicas.