La obra de Joan Miró sigue viva, todavía interroga nuestros tiempos. Uno de los referentes de las primeras vanguardias del siglo XX se resiste a ser colocado en el mausoleo de la historia del arte, aquel lugar en el que la creación pierde toda posibilidad de conflicto.
La exposición “Joan Miró, orden y desorden” explora los trazos de indisciplina que el artista fue dejando a lo largo de su trayectoria. Ya en sus inicios la disciplina, el aprendizaje, se convierten para él en un cautiverio del que empezará a liberarse al llegar a París.
A partir de aquí, Miró desplegará un singular recorrido en el que el orden artístico y cultural es siempre cuestionado. Su pintura se convierte en un conflicto permanente que explota entre 1969 y 1973; sus personajes mantienen una pugna entre realidad y representación; y su obra se expande hacia la sociedad con su prolífica labor en el campo de la obra pública, los carteles entendidos como grafitis urbanos y su participación en la celebración teatral de la muerte del dictador, Mori el Merma.