Mirat Projects abre el 21 de diciembre una exposición inédita presentando el trabajo de artistas internacionales, tanto modernos como contemporáneos. Hasta el 27 de febrero, Objeto-Forma-Color explorara los experimentos formales con el objeto, la forma y el color en la pintura, la escultura y el diseño. Obras de maestros como Kasimir Malevich, Yves Klein, Sam Francis, Jason Martin, Victor Vasarely, Carlos Cruz-Diez, Yayoi Kusama, Franz West y Andy Warhol formaran parte de la exposición colectiva, según dos líneas de trabajo entrelazadas: por un lado, el rechazo suprematista de cualquier utilidad práctica, por otro lado, la adopción lúdica de lo funcional. Mientras Malevich generó un movimiento de reducción formal basado en la originalidad, Warhol exploró las implicaciones de los ready-made y su infinita reproducción. Hoy, los elementos casi escenográficos de Franz West continúan de desconcertar el mundo del arte. Como visitante de la exposición, nos preguntaremos: ¿Es una escultura, un asiento incómodo o un chiste atrevido? La confusión sigue a medida que interactuamos con el objeto, explorando su forma biomórfica, su textura industrial y sus tonos kitsch.
En vísperas del siglo XX, las abstracciones de Malevich marcan una ruptura radical con la mímesis. “He conquistado la capa del cielo coloreado, he recogido los colores, los he puesto en una bolsa, y lo he atado con un nudo. ¡Iza las velas! Las profundidades blancas y libres están delante de tí.” Con esta declaración, la conquista de un nuevo mundo se proclama. Kazimir Malevich anuncia un siglo de experimentación sobre los límites de nuestra percepción. Solamente quedan en Suprematism (1927) planos de colores, astronaves desconectadas de la tela, flotando ingrávidas hasta un punto de equilibrio misterioso. Klein lo deja claro: el color requiere una percepción no-racional. Diseñada un año antes de su muerte, Table bleu (1961) es una de las últimas creaciones de Klein y refleja su primer monocromo: el cielo, del cual se proclamó descaradamente propietario legítimo. El usuario experimenta la superficie horizontal de la mesa como si fuera un espacio tridimensional. ¿El vacío azul de Klein puede absorber el Brillo Box (1963) de Warhol?
Cuando la forma se desvanece en lo informe, el fondo adquiere un sentido nuevo. Nunca es tan evidente como en la obra de Sam Francis, Untitled (1989). La superficie blanca entabla un diálogo con las manchas de color. Una sensación de profundidad se crea en este desierto vivo, sin ninguna figura firme para dirigirnos. Más recientemente, el artista británico Jason Martin propone una topografía de pintura en Cap (2008). La mirada sigue las ondulaciones del pincel, la aparición y desaparición de la materia: una exploración guiada por el mismo cuerpo del artista. En Eternity (1984), George Condo desatura el espacio interior, orientado hacia un agujero brillante y enigmático. ¿Qué instrumentos se pueden todavía inventar para representar lo que no se deja representar? Delante la apertura cruda, la artista super-star Yayoi Kusama lanza una red para capturarla. Lo microscópico y macroscópico se entremezclan en lunares abstractos por todas sus calabazas.
El producto artístico llega a ser el punto de partida para la construcción de mundos distintos. ¿Según qué reglas el nuevo sistema estético está gobernado? La mirada da un volumen concreto a los patrones geométricos de Vasarely, el Papa del arte óptico. Sin embargo, Carlos Cruz-Diez deconstruye el volumen para revelar la autonomía y las dificultades de captación de los colores. El espectador es el productor para Vasarely y el objeto fotosensible en Chromointerférence (2010) de Cruz Diez. Objeto, Forma, Color constituye la oportunidad de experimentar tanto la heterogeneidad de las propuestas modernas y contemporáneas, como sus hilos comunes. Esta exposición presentara las interrogaciones críticas de once artistas sobre el objeto, la forma, el color y nos invitara a explorar sus universos inéditos.