La exposición que el IVAM dedicará a José Iranzo Almonazid, conocido artísticamente como Anzo (Utiel, 1931-Valencia, 2006) trata de reivindicar la obra de uno de los creadores valencianos más originales y visionarios del panorama artístico español. Durante los casi veintiocho años de historia del IVAM la obra de Anzo apenas ha estado presente en alguna exposición colectiva, y es por ello que el museo, en su línea de recuperar el trabajo de creadores y creadoras que han vivido en los márgenes de la historia del arte oficial, considera imprescindible reflexionar y poner en valor la obra de este creador casi olvidado que gozó, sin embargo, de gran fortuna crítica durante los años sesenta y setenta del siglo XX.
Durante sus años de formación, la obra de Anzo se alineó con la práctica de una figuración expresionista y la inmersión, poco tiempo después, en la pintura informalista. En 1964 su obra experimentó un cambio radical, tanto plástico como conceptual, al asumir las tesis renovadoras que dieron lugar a la creación del grupo Estampa Popular de Valencia -del que fue miembro fundador- en un contexto de gran agitación antifranquista en la ciudad y, más en concreto, en la universidad.
1967 será un año clave en su trayectoria, ya que participó en la Bienal de Sao Paulo, e inició su serie de obras Aislamientos, un conjunto de pinturas y grabados que no terminará hasta veinte años después, en 1985. En ellos el artista abordaba el pesimismo, la alienación e incomunicación del individuo atrapado en el laberinto de las estructuras de dominación, a través de obras realizadas con materiales inusuales en la época, como fotolitos, aceros pulidos, plásticos, rodamientos y representaciones de circuitos de computadora.
Precisamente la exposición del IVAM, que no se concibe como una muestra antológica o retrospectiva al uso, toma como objeto de estudio esta serie, su corpus de obra más visionaria e innovadora, para recrear, a través de sus pinturas, documentos de archivo, libros y películas documentales, el debate intelectual surgido en los años sesenta y setenta en torno a los espacios distópicos, es decir, ambientes claustrofóbicos, alienantes y antiutópicos.
Para la organización de esta muestra, el IVAM cuenta con la indispensable colaboración de la Fundación Anzo que, impulsada y dirigida por la hija del creador Amparo Iranzo, conserva y tutela buena parte de su legado artístico. De hecho, actualmente la Fundación Anzo trabaja en la recuperación y restauración de su obra, así como en la confección de un catálogo razonado.