El Museo del Prado, la Real Academia Gallega de Bellas Artes y la Fundación Catedral de Santiago organizan conjuntamente una exposición monográfica con obras realizadas por el Maestro Mateo para la catedral de Santiago de Compostela que ofrece al visitante la oportunidad de conocer en profundidad un período dorado en la historia de la basílica, comprendido entre los años 1168 y 1211.
Esta exposición reúne las nueve esculturas conocidas que se conservan de la desaparecida fachada exterior del Pórtico de la Gloria, incluida la recientemente descubierta; otros elementos que también formaron parte de ella como un rosetón y dos dovelas; y piezas clave para entender el coro pétreo, como San Mateo y Caballos del cortejo de los Reyes Magos, que hasta el siglo XVII ocupó los primeros tramos de la nave mayor catedralicia. Un total de catorce piezas, algunas de las cuales vuelven a reunirse después de casi quinientos años, que por primera vez salen de sus ubicaciones habituales para mostrar en el Prado un relato nuevo y completo del trabajo del Maestro Mateo y su taller durante más de cuatro décadas en la catedral compostelana, período durante el cual el templo fue sometido a una profunda transformación artística y teológica.
Respetando los trabajos realizados durante el obispado de Diego Gelmírez, que de 1101 a 1140 supusieron un gran impulso para el proceso constructivo de la catedral ya que se consagraron los altares de la girola y la capilla mayor, se construyeron las fachadas del crucero –Portada de Platerías y Portada del Paraíso- y se iniciaron las obras de la nave longitudinal del templo, el Maestro Mateo acometió la conclusión de la basílica al menos desde 1168, fecha de concesión de una pensión vitalicia por parte del rey Fernando II de León, documento que puede contemplarse en la exposición.
Mateo y su taller llevaron a cabo importantes obras en tres ámbitos destacados: la denominada “cripta”, el Pórtico de la Gloria y la desparecida fachada occidental. Realizó, además, el coro pétreo que se instaló en los cuatro primeros tramos de la nave central de la iglesia.
La “cripta” o “catedral vieja” fue construida para salvar el desnivel existente entre las naves de la iglesia y la plaza del Obradoiro y sirve de sustento al pórtico, con el que presenta innegables semejanzas formales y, especialmente, iconográficas, introduciendo en la Península Ibérica nuevas formas artísticas en las que se suman influjos franceses, italianos, e, incluso, islámicos.
La parte más significativa del proyecto mateano es el Pórtico de la Gloria, una de las obras cumbre del arte europeo en la transición de los siglos XII al XIII, en cuyos dinteles, colocados el 1 de abril de 1188, el propio Mateo quiso dejar constancia que él había dirigido las obras de la catedral “desde sus cimientos”. Esta obra se encuentra actualmente en proceso de restauración para recuperar su profusa policromía y solucionar los problemas de conservación.
Además, el Museo del Prado ofrece la oportunidad de acceder a contenidos que contextualizan la muestra a través de unas tabletas que estarán a disposición del visitante gracias al apoyo de Samsung como colaborador tecnológico de la institución.