El Sudán del Sur está ubicado en el centro de África, con capital en la ciudad de Juba. Carece de costas y es una de las regiones más pobres del cinturón central de miseria del África. Las esperanzas de desarrollo de los sudaneses del sur, dedicados ahora mayoritariamente a la agricultura, están puestas en la explotación de sus recursos petrolíferos, considerando que allí se produce la mayor parte del petróleo sudanés. Pero el problema es que el oleoducto que transporta el oro negro debe llegar al mar rojo, en el vecino Sudán, que quiere seguir teniendo un porcentaje de las ganancias petroleras. Ante esta situación, el turismo de aventura se plantea como otra potencial fuente de ingresos, puesto que el nuevo país cuenta con una extensión de parques naturales vírgenes y una gran variedad en lo que se refiere a su fauna.
Un ejemplo de esta variedad de parques naturales es el Parque Nacional de Boma, donde es posible vivir, entre otras aventuras, también la experiencia del safari. Como las fuentes de agua se secan despuès de la temporada de lluvias, enormes manadas de animales migran en Boma. Se estima que este movimiento es mucho mayor que la famosa migraciòn del Serengueti, donde cerca de 2,000,000 de animales se trasladan en bùsqueda de pasto y agua. En el sur de Sudán, como en el Serengeti, la migración se lleva a cabo durante todo el año. El lento movimiento depende de la hierba y las lluvias, pero sin embargo mayo y noviembre son los meses en los que suceden los mayores movimientos.
En mayo los animales se desplazan de norte a sur, desde las inundadas llanuras del Sudd regresan al Parque Nacional de Boma, porque las lluvias han comenzado. En noviembre, por el contrario, se desplazan de sur a norte en busca de pasto, ya que la estación seca está muy avanzada. En los 22.800 kilómetros cuadrados del Parque Nacional de Bona (2.280.000 hectáreas o 5.631.000 acres), las principales especies son el elefante, la jirafa Rotchild, el hipopótamo, el cocodrilo del Nilo, el tiang, la gacela mongalla, el león, el leopardo, el caracal, el serval, el chacal, la hiena, el bùfalo del Nilo, el topi, el avestruz o la gacela de Grant, entre otros.
La protección de esta fascinante migración afronta muchos problemas. Uno de ellos es la violencia entre los diferentes grupos que viven en la región, aunque “la seguridad ha mejorado considerablemente en los últimos tiempos”, según explica Paul Elkan, de la WCS, que lleva viviendo en la zona desde 2006.
¿Sobrevivirá la migración de Sudán del Sur? Nadie lo sabe. Si lo logra, será por una combinación de desarrollo económico y ayuda del exterior. En cualquier caso, Sudán del Sur nace regalando al mundo un tesoro que todos consideraban perdido para siempre y que en cambio ahora espera llevar rapidamente al mundo moderno.