Amanece en el Mediterráneo. Todos lo que está expuesto en la galería está muerto aunque puede tener relación con seres vivientes mas allá de las puertas. Los seres vivos en ocasiones se ven obligados a refugiarse en un nuevo lugar con la esperanza de que sea acogedor. Espacios insospechados serán habitados. Piedras muertas se despertarán de su largo sueño. Les haremos bailar. La movilidad creará nuevos encuentros. Encuentros nuevos que crearán nuevas formas de vivir. Habrá que reconocer la serendipia. Los encuentros son necesarios. La forma es sólo una decisión. Las decisiones son importantes. Otro fin del mundo es posible. Nos ocuparemos de los vivos antes de enterrar a los muertos, dejarles alargarse un poco mas. Hay que abrazar el pasado pero hay que evitar la nostalgia a toda costa. No cualquier sitio será confortable. Estos días las ilusiones son demasiado reales. El sol se pone en el Mediterráneo.
La nueva exposición de André Romão presenta trabajos recientes, un vídeo y una serie fotográfica, en los que reflexiona sobre temas como el encuentro, el movimiento o el diálogo. La obra de Romão parte habitualmente de episodios históricos, ya sean documentados o no, para crear narraciones, complejas y a contracorriente En ellas la disciplina temporal o los limites geográficos se desdibujan al igual que la distinción entre realidad y ficción. El artista toma como punto de partida la producción de textos sobre los que desarrolla estas piezas, como un encuentro mudo entre cuerpos nuevos, manteniendo siempre el común denominador de la tensión entre estos y los sistemas políticos e históricos.
El vídeo El friso occidental (encuentros) es un collage digital de los fragmentos supervivientes del friso occidental del Partenon de Atenas. Estos fragmentos, dispersos entre distintos museos, vuelven a la vida gracias a un proceso de animación digital que permite a los atenienses reunirse otra vez para desfilar juntos. El viaje cinemático alrededor del friso enfrenta también al batería Quim Albergaria con las imágenes en movimiento en una grabación sin ensayo previo y en una sola toma en la que el músico respondía en un diálogo entre su cuerpo y las frías piedras del friso. Frente a la indicación de Romão de “despertar las piedras muertas” Albergaria decidió ponerlas a bailar.
Siguiendo la misma línea de oposición sistemática entre lo vivo y lo muerto, lo fuerte y lo frágil, lo individual y lo colectivo, la exposición presenta una serie de fotografías tituladas Sunrise, en las que distintos ejemplares de escarabajos de Indonesia y de las Filipinas habitan esculturas de Henry Moore, Emilio Greco y John Chamberlain. En un futuro distópico las migraciones forzadas por los desastres ecológicos han generado encuentros imprevistos en un entorno hostil. Los cuerpos frágiles de los insectos en contraposición al metal de las enormes esculturas, la colisión entre lo natural y lo creado por el hombre.
André Romão (Lisboa, 1984) estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa y en la Accademia delle Belle Arti di Brera en Milan. Ha mostrado su trabajo en la Kunsthalle Lissabon o en el MACRO-Museo d’Arte Contemporanea Roma y ha tomado parte en exposiciones en Spike Island en Bristol, en la Fundación Gulbenkian de Lisboa, en el Museu Serralves de Oporto, en Futura en Praga y en Syntax en Lisboa entre otros. Vive y trabaja en Lisboa.