Necesito el mar como el aire que respiro. El mar es mi fuente de energía, de paz interior, de serenidad y de inspiración. Si estoy cansado o estresado hay solamente un remedio eficaz para mí: ir al mar. Desde los primeros minutos, el murmullo de las olas, el viento salino, el yodo en el aire, y la vista del mar infinito me distienden, yo me vuelvo a encontrar a mi mismo, las tensiones desaparecen y vuelve a aparecer mi sonrisa.
Montreal es una gran isla en el río San Lorenzo. Aunque, lógicamente, está rodeada de agua (como es el caso de cualquier otra isla), es también cierto que es agua dulce que rodea a Montreal y no agua de mar. Bueno, esto no es lo mismo para mí. El agua dulce no tiene el mismo efecto para mí o para los otros fanáticos del mar como yo.
Para los de Montreal, como yo, que necesitamos hacer una escapada al mar de tanto en tanto, la primera idea que nos viene es tomar el coche y conducir hasta Maine, EE.UU. ¿Por qué ir a los EE.UU.? ¿Por qué no ir a la costa atlántica del Canadá? Usted se preguntará, sin duda. La razón es simple, la costa atlántica de Canadá se encuentra a un mínimo de 12 horas de Montreal, mientras que los pueblos de la costa del Maine están a sólo 5 horas y media de ruta de la metrópolis de la provincia de Quebec.
Ogunquit es uno de los pueblos más bellos de la costa sur del Maine. Un pintoresco pueblo con una población de 1400 habitantes. Ogunquit significa "laguna costera" en el idioma nativo de los Abenakis. Antiguamente era parte de la aldea de Wells que fue fundada en 1641. El primer aserradero fue establecido en Ogunquit en 1686 y además fue el astillero que se desarrolló a lo largo del río Ogunquit, cerca del mar. Aparte de la construcción de goletas y bergantines, los astilleros locales han desarrollado el famoso "Ogunquit dory". Esto es un bote de madera con fondo plano, paredes altas y líneas simples que todavía se utiliza para la pesca.
Desde el comienzo, la pesca ha sido una importante fuente de ingresos en Ogunquit, como es el caso del resto de Maine. Al comienzo, como los barcos de pesca no estaban protegidos contra las tormentas del Atlántico por un dique, para protegerlos los pescadores tenían que llevar sus barcos hasta la playa todas las noches. Decididos a crear un anclaje seguro, los pescadores formaron la Asociación de Fish Port Cove, y así cavaron un canal a través de las tierras para conectar Fish Cove con el río Josías. La resultante cuenca de mareas se llamaría Perkins Cove (la ensenada de Perkins). En este punto, se extiende un puente que se convirtió en una de las escenas más fotografiadas del Maine.
Conectado al continente en 1888 por un puente que cruza el río Ogunquit, el antiguo pueblo fue descubierto por los artistas que se fueron asentando en la región debido a la belleza del pueblo y de su costa. Así se convirtió en una colonia de artistas y una atracción turística. En 1898 se estableció la Ogunquit Art Colony (colonia del arte Ogunquit) y ya desde esa época era frecuente ver en Perkins Cove a los artistas y los pescadores desarrolar sus profesiones respectivas, unos cerca de los otros.
Ogunquit es un destino para los visitantes de diferentes estados americanos y para muchos quebequenses. De hecho, es muy común escuchar el acento quebequense en las calles, las tiendas y los restaurantes.
Qué es lo que atrae a tanta gente en Ogunquit? Un gran atractivo es su hermosa playa de arena clara que abarca una gran extensión tanto a lo ancho como a lo largo. Una playa que está rodeada por hermosas dunas. Debido a su longitud de más de 5 kilónmetros, es ideal para aquellos que quieren dar largos paseos ya sea por placer, por deporte o por una caminata romántica. Su playa con pendiente suave y de poca profundidad hace de este un lugar seguro para familias con niños pequeños.
Las mareas son muy pronunciadas, de manera que la laguna detrás de la playa se llena y se vacía con corrientes rápidas y las olas entran de manera espectacular. Este fenómeno hace la alegría de los niños y de los adultos por igual, quienes se divierten haciendo surf con todo tipo de objetos flotantes.
No sólo las familias con niños disfrutan en este lugar; de hecho, todos se sienten muy bien en este pintoresco pueblo, porque todo en Ogunquit respira serenidad. Las parejas románticas (o no) y también las personas solteras parten felices de haber pasado unos días allí. Además de la belleza del lugar, la atención es muy simpática y cálida, los habitantes locales son muy amables, sonrientes y siempre tienen un comentario agradable a obsequiarle. Durante los últimos 100 años Ogunquit se convirtió en un destino para los turistas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) y varios hoteles son operados por personas LGBT, así como también restaurantes, bares, teatros y tiendas.
El pueblo está compuesto de hermosas casas de madera, de arquitectura típica de Nueva Inglaterra. Las casas están mantenidas de manera tan admirable que parece que las repintan a cada año, y quizás así es. Los jardines están mantenidos con el mismo cuidado, hasta se podría decir que el césped y los arbustos están cortados por sastres perfeccionistas, y todo ellos adornados con flores multicolores.
Las tiendas están decoradas con el bello estilo de Nueva Inglaterra. Por supuesto, hay tiendas que venden camisetas y sudaderas bordadas con el nombre de Maine u Ogunquit, y se encuentran también vasos y vajillas decorados con estos nombres. Al igual que en todas las aldeas a orillas del mar hay recuerdos con temas marinos. Pero lucen también las tiendas con linda ropa para hombres y mujeres, así como también las galerías que representan a artistas locales.
Hay muchos hoteles a precios razonables, y también à precios irrazonables. Algunos están en la playa o con vistas al mar. En todos los casos, el servicio y la hospitalidad son irreprochables. En verano, les aconsejo reservar con antelación; sobre este tema Véronique, mi mujer, comienza a estar de acuerdo conmigo.
Los restaurantes y los cafés tienen bellas terrazas, en algunos casos con un paisaje marino como telón de fondo, donde uno puede ofrecerse momentos agradables durante un aperitivo o una comida. Sin duda, los pescados y mariscos son de rigor.
El abadejo es el pescado más popular de la región, pero se encuentra también platija, lenguado, fletán... Los mariscos, como langostas, almejas, vieiras y mejillones son el orgullo local. Usted puede comer estas delicias en los restaurantes más, o menos, elegantes. En realidad, Véronique y yo preferimos los cafés simples, que son tan característicos de la región. Aquí la comida típica es el Clam Cake, una especie de gran croqueta de almeja; hay también variaciones como el Lobster Cake (croquetas de langosta) o el Haddock Cake (croqueta de abadejo), y además se pueden comer el Haddock Sandwich y el Lobster Roll (sándwich de langosta).
Por encima de todo, nuestro plato favorito es la "Clam Chowder", una sopa espesa de almejas hecha con caldo, leche o crema, papas y cebollas. Se pueden encontrar variaciones de esta sopa maravillosa como la Lobster Cowder, la Seafood Chowder y la Haddock Cowder. Nos gusta tanto esta sopa que la probamos por todos los lados a los que vamos en Nueva Inglaterra. Hasta hacemos comparaciones para ver cuál es la mejor y pensamos algún día escribir una guía de viajes dedicada exclusivamente a esta sopa.
Las almejas son emblemáticas en estos pueblos de Maine. Una mañana, mientras caminábamos por la playa, comprendimos por qué. Una gran cantidad de gaviotas se hacían un festín de almejas que habían sido depositadas en la playa por una fuerte marea de fondo. Las almejas eran del tamaño de una mano humana abierta, francamente un bife marino. Con la cantidad que hay y el tamaño que tienen es comprensible que se hayan convertido en una base de la gastronomía en la región.
Los "fudge" es otra de las especialidades culinarias de la zona. El fudge un tipo de golosina por lo general muy dulce y muy rica en calorías. Se prepara mezclando azúcar, mantequilla y leche (o crema) y calentando. Cuando se enfría, adquiere una textura suave y cremosa. Existen un gran número de variaciones, sobre todo con chocolate negro, chocolate blanco, almendras, nueces, etc. Confieso que para Véronique y yo es muy difícil no sucumbir a la tentación de estas delicias.
En Ogunquit, los turistas pueden disfrutar de la pesca en alta mar, la observación de ballenas, navegar a vela, hacer kayak de mar, senderismo o jugar al golf en algunos de los mejores clubes de Nueva Inglaterra.
En particular, nos gusta caminar por "Marginal Way", un sendero de dos kilómetros que lleva desde Ogunquit a Perkins Cove por los acantilados de la costa. Un paseo agradable con muchos bancos para sentarse y disfrutar del paisaje. Perkins Cove es encantador, con sus barcos, restaurantes, boutiques y galerías de arte. Desde allí se puede tomar un paseo en barco de pescadores de langostas que le permitirá disfrutar de la belleza de la costa y ver cómo se izan las trampas de langosta. Y si usted es como nosotros, más romántico y prefiere el ruido del viento y de las olas en lugar del sonido del motor, puede hacer una excursión en un velero de madera de 42 pies.
El lema de Ogunquit es "A beautiful place by the sea", un hermoso lugar al borde del mar, un título merecido por este pueblo, que ganó nuestro corazón y que cada vez dejamos con ganas de volver lo más rápidamente posible...