Dejaba el artículo anterior sobre la especificidad de la especie humana en la comparación del genoma entre primates y humanos modernos. Básicamente ver qué diferencias genéticas hay entre el genoma de algunos primates, los primos más cercanos podríamos decir, y el humano. Ahora hablaré de los otros homininos con los que compartimos linaje, lo que serían hermanos si seguimos el símil de parentesco, y cuyo genoma ha podido ser descifrado. Por el momento, son dos: neandertales y denisovanos.
Diferencias con los neanderthalensis
Los neandertales son los parientes evolutivos más cercanos conocidos de los humanos modernos. Dentro del mundo neandertal, las tres áreas principales donde se han hallado tanto esqueletos como útiles líticos corresponden al suroeste de Francia, Asia Central y el Próximo Oriente. Pese a que el período neandertal engloba un marco cronológico superior a los 250.000 años, no es hasta a partir de hace unos 120.000 años que el registro fósil humano comienza a ser significativo. Contamos con esqueletos completos, o prácticamente, tanto de neandertales como de humanos modernos, ya que ambas especies convivieron durante algunos milenios y, por lo que aparece en el genoma, hubo cruces entre algunas poblaciones humanas modernas y neandertales.
El modelo sobre el orígen de los humanos modernos sugiere que todos los seres humanos actuales trazan su ascendencia a partir de una pequeña población africana que se expandió y reemplazó las formas arcaicas sin mezclarse. El análisis del genoma del neandertal, publicado en 2010, podría no ser compatible con este punto de vista, porque los neanderthalensis están, en promedio, más cerca de las poblaciones de Eurasia que de las africanas. Los individuos en Eurasia llevan regiones en su genoma que están estrechamente relacionadas con los de los neandertales y difieren de los otros humanos actuales. Los datos indican que entre el 1 y el 4% de los genomas de las personas en Eurasia deriva de los neandertales.
Lo que sugieren estos datos sobre el genoma de los neandertales es la existencia de flujos génicos de estos hacia poblaciones euroasiáticas, con lo que aunque el modelo Out of Africa sin hibridaciones sigue desempeñando un papel dominante, está claro también que existieron episodios de hibridación con neandertales en nuestra especie. Pero no solo en Asia. Publicaciones recientes en base a evidencias morfológicas y genéticas plantean un mestizaje reciente entre humanos modernos y arcaicos desconocidos en África, hace tan solo 35.000 años.
Los denisovanos
El término denisovanos se refiere a un conjunto de fósiles encontrados en una sola cueva siberiana e identificados recientemente que fue descrito en base a su ADN, extraído de fragmentos de hueso y que datan de hace alrededor de 30.000 a 50.000 años. Se publicó su genoma también en 2010. Antes se describió un genoma completo del ADN mitocondrial a partir del hueso de un dedo morfológicamente no atribuido a ninguna especie hallado en la cueva Denisova (de ahí el nombre de la especie), al sur de Siberia, que era más divergente que la diversidad conocida conjunta de los genomas mitocondriales de humanos y neandertales.
Antes de seguir, dos cosas. La primera es que los nombres de las especies suelen proceder o bien del investigador que las identifica, del patrocinador que paga la investigación o del lugar en el que han sido encontrados. Seguro que hay alguna opción más, pero estas son las principales. La segunda de las aclaraciones es que el material genético se encuentra en las células en dos lugares distintos, las mitocondrias (que son como las fábricas de energía de la célula) y el núcleo celular. El del núcleo es mucho más grande y es donde están las 23 parejas de cromosomas que tenemos. El mitocondrial tiene la particularidad de que solo se hereda por vía materna y ha dado lugar a toda una bibliografía que en su día trascendió a los medios sobre la Eva africana. Lo hablamos otro día.
De ese mismo hueso hallado en Denisova se realizó la secuenciación del ADN nuclear. El análisis de los datos genéticos planteó ideas interesantes. En primer lugar, mientras que las secuencias de ADN mitocondrial denisovano plantean la existencia de un nuevo hominino, el genoma nuclear parece menos divergente, formando un grupo hermano con los neandertales. Más interesante es el hecho de que los datos sugieren un flujo génico entre los denisovanos y los actuales melanesios: el 4,5 % de sus genomas parecen derivar de denisovanos o homininos relacionados. A este 4,5 % hay que añadir otro porcentaje de flujo génico neandertal, lo que hace que los melanesios tengan en total un 7,4 % de su genoma derivado de estos homininos extintos. A raíz de este hecho se identificaron variantes alélicas denisovanas en otras poblaciones: aborígenes australianos, polinesios, fijianos y del este de Indonesia.
Para concluir, vemos que entre las poblaciones humanas actuales hay divergencias, variabilidad. Estas vienen dadas en la proporción de ADN neandertal o de otros homininos al genoma de algunas poblaciones humanas actuales. No hay dos poblaciones humanas iguales ni tampoco dentro de una misma población hay dos individuos iguales. No hay una humanidad, sino muchas humanidades, tantas como poblaciones al menos.