Akber Batada no es un conductor de taxi como los otros. Viajar con él es una experiencia que cambiará su día y quedará grabada en su memoria para toda la vida, se lo puedo asegurar.
Hace poco fui a Toronto a una importante reunión de negocios. Mi encuentro estaba fijado por la mañana temprano y admito que no soy una persona madrugadora, me son necesarias dos tazas de buen café espresso para poder hacer arrancar mi motor cerebral y comenzar con las cosas del día. Así que encontrándome, en Toronto, la mañana de la cita, con el ritual de lcafé ya realizado, llamo por teléfono para pedir un taxi y salgo a la calle para esperarle. ¡Qué sorpresa cuando vi el coche que llegaba! No estaba seguro de estar aùn completamente despierto.
El coche tenía todo tipo de luces de neón, insignias brillantes de diferentes colores tanto en su exterior como en su interior. También dentro, en la cabina, estaba decorado con numerosas figuras de personajes de historietas y de dibujos animados, como Superman, Spiderman, Wonder Woman o Betty Boop sólo por nombrar algunos. ¡Eso es lo que percibí a primera vista y todavía no había entrado en el coche!
"Entre, suba, por favor", me dijo Akber Batada en inglés con una gran sonrisa y un encantador acento del subcontinente indio.
Después de haberle indicado la dirección de mi encuentro, el Sr. Batada me ofrece una barra de chocolate y goma de mascar. "¿Qué tipo de música le gustaría escuchar? Tengo todo tipo de música. ¿O prefiere usted ver una película? ¿Qué tipo de película quisiera ver?" Me dijo Akber Batada. "¿Tiene usted películas de Bollywood?", le respondí, puesto que ya me sentía en otra parte del mundo. Inmediatamente, una comedia musical hindú era proyectaba en las dos pantallas de los reposacabezas de los asientos delanteros. ¡Qué maravilla! Ya no estoy en Toronto, estoy en India: mi viaje cósmico acababa de comenzar.
Mi día había cambiado, yo también tenía una gran sonrisa dibujada en los labios y me sentía de buen humor.
Me tomo unos minutos para mirar alrededor. Veo las luces que adornan el coche, dos bastidores con revistas de actualidad, libros infantiles, juguetes, y una especie de altar entre los dos asientos delanteros con una estatuilla de Elvis Presley en el interior. En fin, una larga lista de objetos decorativos adornando todo el interior del coche. Intrigado por todo esto, me pongo a hacer preguntas al Sr. Batada sobre su vida y el por qué de su taxi tan excepcional.
Llegó a Canadá desde India en 1981. En su país, precisamente en Mumbay, tuvo una compañía de importación-exportación de marisco. Al visitar Canadá en viaje de negocios, decidió quedarse en este país y traer a su familia para darles una vida mejor. Después de emprender un negocio similar al que tenía en Bombay, Akber decidió abrir una tienda de frutas y jugos exóticos, pero este trabajo le llevaba todo su tiempo y siete días a la semana. Debido a eso, hace 28 años Akber Batada dejó su negocio de frutas exóticas y se decidió a conducir un taxi para organizar el tiempo a su manera y mejorar su vida cotidiana, pasando más tiempo con su familia. Desde entonces, Akber comienza a trabajar cada día a las 7 de la mañana y para al mediodía, para descansar y hacer una siesta; vuelve a trabajar alrededor desde las 16:00 y lo hace hasta las 22:00. ¡Akber Batada no trabaja nunca los domingos! Su nueva agenda le permite mantener una vida equilibrada, y ésta, con certeza, fue una apuesta ganada ya que alrededor de los 60 años Akber Batada parece 20 años más joven.
Batada es muy feliz desde que conduce su taxi. Un día, hace cinco años, decidió compartir su alegría de vivir haciendo que sus pasajeros también se sientan felices. Para lograr su cometido compró adornos por 4.000 dólares y decoró su taxi. Desde entonces, cada mes compra revistas de actualidad y periódicos para sus clientes, tiene cargadores para teléfonos móviles y tomas de corriente eléctrica para ordenadoress e incluso Wi-Fi. Para cada fiesta Akber cambia las decoraciones del taxi con un estilo correspondiente a cada celebración. Por supuesto, los Papá Noeles y los trineos llevados por renos pueblan su taxi a finales de año.
"Ver a mis pasajeros felices me hace feliz, yo quiero verles sonreír", me dice Akber Batada. Y si se me toma a mí como ejemplo, Akber tiene mucho éxito en su objetivo, no hay duda alguna.
Una vez llegado a mi destino, me bajo del taxi con cierta pena de abandonarlo y para remediar la misma le pido al Sr. Batada su tarjeta y decido que le llamaré en otro momento para escribir un artículo sobre él.
Durante mi segunda experiencia, créanlo, mi placer fue aun mayor. Nuestro viaje comienza en una noche cósmica de Toronto y una vez más acompañado por una película de Bollywood y su música de fondo. Akber me mostró su "Toronto". Así, gracias a él descubro otra ciudad, diferente de la que yo conocía. Me atrevo a decir que pocas personas conocen Toronto como Akber.
Akber Batada me llevó por los lugares más interesantes de la ciudad, siempre con una sonrisa y una conversación afable. En cada semáforo en rojo, los transeúntes se acercan a su taxi, atraídos por las luces y la música. La gente está feliz de verle, le sonríen, los saludan, le aplauden, le piden tarjetas de visita.
En un semáforo, un coche de policía se detiene al lado de nuestro Taxi Cósmico, el agente baja de su coche y me imagino que allí llegamos al fin de nuestra alegría y al principio de los problemas. Mientras me pregunto si los adornos del taxi de Akber son legales o no, para mi sorpresa el oficial de policia en lugar de darle una multa -como yo temía- le sonrió y le preguntó si podría hacerle una foto a él y a su taxi Cósmico. "Claro", responde, proque el Sr. Batada difunde felicidad a todos por todas las calles de Toronto.
"Con 5.000 taxis en Toronto, no he sido emulado todavía por nadie. Ningún taxista quiere invertir dinero para hacer feliz a la gente ", me dice sonriendo. Como Akber Batada sigue siendo el único entre miles de taxis, hoy es casi imposible encontrarle casualmente por las calles de Toronto. Entonces, ¿cómo vivir esta única e inolvidable experiencia?
Para que ustedes también puedan disfrutar de mi experiencia, le pedí al Sr Batada su número de teléfono en exclusividad para nuestros lectores de Wall Street International (+1 416 807 2949). Llámenle y díganle que es de mi parte. Ustedes no se arrepentirán...