Calida Rawles (n. 1976, Wilmington, Delaware; vive en Los Ángeles) considera el agua un espacio de sanación para las comunidades negras. En su trabajo reimagina la experiencia afroamericana más allá de las representaciones arraigadas en el imaginario colectivo y la historia escrita de la nación. Fundiendo el hiperrealismo, la abstracción poética y los simbolismos culturales e históricos del agua, la artista crea singulares retratos de cuerpos negros sumergidos e interactuando con el entorno acuático. Para ella tiene importancia particular la relación entre la persona negra y el agua, dado que en esta no solo ve sanación física y espiritual, sino la huella del trauma histórico.

Rawles utiliza esta compleja dualidad para visualizar un espacio restaurador para sus participantes negros, a fin de proyectarlos más allá de los tropos racializados. Realzando el aspecto seductor del agua, atempera temas de peso con la serenidad del entorno y evoca ambigüedades temporales y geográficas que invitan a múltiples lecturas. El título de la exposición y los mapas incluidos en las composiciones apuntan a la experiencia estadounidense de las comunidades desplazadas por la renovación urbana, como arrastradas por las mareas. No obstante, las obras de Rawles presentan una visión expansiva de fortaleza en medio de nuestra turbulenta actualidad, insistiendo en el triunfo de la humanidad.

En su primera exhibición individual en un museo, Rawles crea un puente entre su estilo personal y un momento de la historia de Miami que suele ser ignorado u ocultado. La artista indaga en la experiencia particular de los habitantes negros de Overtown, vecindario miamense que, de próspero centro cultural y comercial, pasó a ser objeto de la gentrificación, el racismo sistémico y los desplazamientos masivos. Las figuras que habitan sus pinturas son residentes de Overtown, desde niños hasta personas mayores.

Dando un paso nuevo en su práctica, Rawles retrata a varios de estos participantes en un cuerpo de agua natural: la histórica Virginia Key Beach, antes designada solamente para las personas negras. Al retratar gente negra en la costa, Rawles sondea también la historia del océano Atlántico como escenario del explotador comercio de esclavos ultramarino. En su conjunto, la exposición ilumina y celebra la historia, la resiliencia y la belleza de la comunidad de Overtown, vecina del Pérez Art Museum Miami, corporizando una experiencia estadounidense muchas veces relegada.

A menos que se indique lo contrario, todas las obras son cortesía de la artista y Lehmann Maupin, Nueva York, Seúl y Londres.