«¿Cuál es mi estilo?», me preguntaba el otro día mi hermana pequeña, que ya se preocupa por seguir las tendencias e ir siempre a la moda. ¿Dirías que es Coquette? ¿Clean girl? Bueno, está claro que Mobwife no es, pensé yo, haciendo un repaso por las tendencias más recientes de las redes sociales.
La búsqueda de ese concepto intangible como es el «estilo personal» (y que es tan difícil de materializar sin perderse en el intento) parece empezar ahora a edades todavía más tempranas. Y es que si de pequeños nos preocupábamos de qué riñonera llevar para que nos quepan más canicas (¿la verde? ¿la azul? ¿la multibolsillos?) o qué chándal ponernos para educación física (¡este, que se ensucia menos!), ahora la cosa se complica un pelín. El estilo depende de la ropa que llevas, sí. Pero sobre todo de cómo la llevas y con qué propósito. Y es algo tan de cada uno, tan propio, que no hay personas sin estilo, sino simplemente personas con historias diferentes que contar. Pero, entonces ¿cómo saber cuál es el tuyo?
Round 1: Tú versus toda tu ropa, ¡fight!
Todo empieza por abrir el armario y dejar que se te caiga una montaña de ropa encima que termine de aplastar del todo tus pensamientos en esa búsqueda de estilo (¡cuidado con el gato!). Y es que no vas a negar que tienes mucha (quizás demasiada) ropa, pero que es poca la que de verdad te pones o la que realmente habla de ti. Uno de los errores que cometemos es pensar que nos gustan o, mejor dicho, que nos pegan todas las tendencias del momento. Y no tiene por qué ser así. Que a una persona le quede bien llevar el pelo engominado y un maquillaje en tonos pastel, no significa que te quede bien a ti. O que te defina el abrigo de visón y los labios rojos, a lo «mujer del mafioso» sacada de The Sopranos, Scarface o cualquier otra película de gangsters.
Probarlo es importante porque así te das cuenta de si va contigo o no. Y es con ese fallo-error como irás desaprendiendo y aprendiendo sobre lo que es mejor (y peor) para tu estilo. Además, la moda no va solo de vestir. También es pensar. Es hacer los deberes. Es tener iconos de estilo, buscar inspiración e ir un poco más allá. Es, en parte, decidir quién quieres ser. O a lo mejor eres Andy de El diablo viste de Prada y crees que el cerúleo es «solo un color».
¿Has pensado alguna vez si te identificas con las tendencias a nivel estético o si además también te comportas en torno a ellas? ¿Acaso van de la mano con la personalidad? ¿Ser coquette es vestir de rosa y llevar lazos o conlleva algo más en cuanto a actitud? ¿Cada trend responde a un tipo de carácter? Si quieres encontrar tu estilo, tienes que hacerte estas preguntas. Pero lo primero que debes tener claro es que no tienes por qué ser solo una cosa. No tienes por qué ser Audrey Hepburn, Brigitte Bardot o Carrie Bradshaw. A lo mejor eres una mezcla de las tres. O de ninguna. Y para saberlo, enfréntate a cada una de tus prendas. De ahí, quédate con las que más te gusten, pero sobre todo con las que más comuniquen.
Round 2: ¡Dentro moodboard!
Atrévete a hacer una lista de tus mayores referentes. De música, cine, redes sociales y de tu día a día (sin ir más lejos, ¡tu abuela puede ser tu mayor inspiración!). Y observa qué te interesa de cada uno. A lo mejor es la selección de complementos. O la forma de combinar los colores. O quizás es una cuestión de confianza, elegancia y actitud que va más allá de la ropa que llevan. Como decía Marc Jacobs: «La ropa no significa nada hasta que alguien vive en ella». Por eso, fíjate bien en los detalles y determina todo aquello que tenga ese toque especial con el que te identificas.
Una vez definido, intenta incorporarlo adaptándolo a tu estilo de vida. A lo mejor te gusta lo que representan las prendas de cuero. Por su rebeldía, por su matiz confident y fuerte. O quizás te llama más la sofisticación de los tonos neutros y básicos que pegan con todo y que hacen de cualquier look una opción ideal para el día a día. O, tal vez, simplemente has descubierto que hay ciertas prendas que te sientan bien y eso te hace sentir mejor (de la misma forma que es igual de importante ver qué alternativas no te favorecen tanto). Ya sabes que no hay reglas y todo vale en esto de la moda. Por eso, solo cuestionándola, lograrás sacarle el verdadero partido.
Round 3: Los «fondos de armario» siempre ganan
Si aún estás ahí-ahí intentando encontrar tu estilo, utiliza las prendas básicas como cimientos para construir sobre ellos. Será mucho más fácil partir de una base sólida de prendas que pegan con todo y a partir de ella seguir esculpiendo, añadiendo complementos, colores, texturas, patrones, accesorios y calzado. Aquí, los colores neutros y las piezas más clásicas que nunca pasan de moda son el comodín seguro. Una vez tengas tu fondo de armario, lo demás será coser y cantar. Porque «solo» te faltará añadir tu toque.
Lo importante es que en este paso también intentes invertir en piezas únicas. Recuerda: calidad por encima de cantidad. Aunque te parezca que no, esto te permitirá hacer outfits mucho más elaborados y cuidados que si simplemente tienes el armario repleto de ropa que no va contigo y que además ni siquiera luce bien. Apuesta por prendas versátiles y atemporales. Camisetas básicas, unos vaqueros buenos. Unos pantalones formales, una camisa oversized. Zapatillas, zapatos. Una americana, un little black dress. Ese tipo de prendas que te puedes poner en cualquier ocasión y con las que siempre vas bien vestida. ¡Eso es lo que necesitas!
Final round: un golpe de estilo
El ring es tuyo. Lo tienes todo listo para ganar y para encontrar (por fin) eso que te diferencia de los demás y te hace ser más tú. Ahora que ya te has enfrentado a tu armario, has investigado las tendencias, te has inspirado en tus iconos de estilo, solo te falta encontrar esas prendas que serán tu marca personal. Tu sello.
¿Un animal print? ¿Una forma concreta de vestido? ¿Las faldas de tubo? ¿El corte oversized? A lo mejor es llevar americana con todo. O un pañuelo en el cuello. Quizás eres más de una gorra para todos los días de la semana. O unos zapatos especiales que solo tengas tú. O simplemente, es la manera de crear looks armónicos y coherentes. No todo debe ser extravagante y que llame muchísimo la atención. Mira el quiet luxury. No hay nada que destaque más y que a la vez sea menos ruidoso que eso. Encontrar tu estilo puede ser un camino largo. Todos cambiamos y nuestros gustos también. Pero cuando lo definas, siempre tendrá algo que lo haga muy tuyo y eso se mantendrá en el tiempo. Porque como decía Yves Saint Laurent: «Las tendencias desaparecen, el estilo es eterno».