Es muy fácil relacionar al poeta con temas como el amor, la existencia, y la cotidianidad. Pero la poesía no tiene un contenido definido y sí fuerza, voz y denuncia.
Nuestra necesidad de abanderarse por amor a lo que nos rodea, debía ser más que una mención, así que se transformó en un encuentro de poetas que pudiese educar y sensibilizar con el tema ambiental. Llamamos a la actividad «El poeta y el medio ambiente». Para ese tiempo, vivía en la zona de Monteverde donde abunda el bosque húmedo lluvioso y donde nace el mito del sapito dorado, ser mítico en la simbología de extinción en nuestro país, Costa Rica y su relación urgida que debemos proteger todo aquello que nos permite disfrutar, tener aire y oxigenación y una fauna inmensa por variedad y especie.
¿Y por qué el poeta? Porque detrás de su sensible luz de unir palabras y sensaciones, podemos conectarnos con la belleza, el mundo inanimado, solar, nocturno, océanos, elementos de la naturaleza y todo aquello que es un elogio o una metáfora. Si dijésemos que todo es inspiración, no es exacto, pero sí le debemos a la madre natura todo ese mundo conectado con el asombro, lo inexplicable y la osadía de existir donde menos pensamos como lo es un hongo debajo de un tronco insignificante.
También, nos cuestiona el origen de las cosas. Tanta magia no puede ser una simple explosión. Nos pregunta por qué están allí y el porqué de su grandeza. Si tenemos que convivir en medio de ella, lo único que me nace decir, es porque estamos conectados con lo inmenso, así en superlativo. Y no solo para contemplarlo, sino para dar gratitud y cuidado a su magnificencia.
El poeta, por lo tanto, puede asumirse parte de él y convertirlo en un poema, cuento, novela; o el artista, una pintura; o el músico, una pieza sinfónica hacia lo explicable o inexplicable.
Entonces, en medio de ese bosque donde pude vivir tres años de mi vida, donde pude ver la huella del puma, el pavón, el tapir, el quetzal, y hongos luminiscentes nace la idea de unificar el tema ambiental con la literatura o lo artístico y realizar el encuentro «El poeta y el medio ambiente».
La primera vez, unimos las voces de valiosos poetas y artistas plásticos como los costarricenses Julieta Dobles, Robinson Rodríguez, Elliette Ramírez, Leda García, Virginia Borloz, Gustavo Chávez, Faustino Desinach, Mauricio Ventanas, Elizabeth Guerrero, entre otras, y en la plástica a Sila Chanto y Dinorah Carballo, así como Blanca Emmi de Uruguay y las destacadas poetas mexicanas, Olimpia Badillo, Carmen Amato y Leticia Taboada.
A la vez, jóvenes poetas como Irene Arguedas. Y jornadas con ponencias de cada participante respecto a su posición como creativos ante la depredación del hombre y así subrayar, la importancia que Costa Rica le ha dado al tema.
Esa vez, se dieron charlas sobre las aguas por un funcionario de AYA y temas sobre preservación de fauna y flora de Monteverde por Edgardo Arévalo, Allison Deines y el exdirector de la Liga Conservacionista de Monteverde y su bosque eterno de los niños, Johnny Rosales.
A mi lado, estuvo la poeta mexicana Liz Durand ayudándome con el evento. Logramos la involucración de la comunidad cuáquera, educativa y comunal de la zona. El evento tuvo como inauguración a la señora directora de Cultura del Ministerio, Alegría Lares, en las Torres del Colegio de Costa Rica y cerramos, como clausura en el Centro Cultural de México.
No se puede olvidar a los comunicadores que también promovieron el acto como lo fue el periodista Camilo Rodríguez. Y al Centro Panamericano de idiomas (CPI) para que hubiese un libro memoria y así diera, con su luz, una fuerza dinámica, nocturna, libre y sedienta como un bosque.
Por inercia y pocos recursos, nuestro encuentro comenzó su vida durante los años 2020 y 2021, pero de forma virtual por el asunto de la pandemia. Sin embargo, se realizaron más de 50 entrevistas cada año, a autores y artistas, vía stream por 30 minutos, en un Facebook Live, donde se pueden escuchar aún en la página Encuentro «El poeta y el medio ambiente» y se pueden leer en un blog en Internet llamado también por el mismo nombre.
Este 2022, que hubo más apertura presencial, visitamos escuelas para dar talleres, y en centros de atención para personas adultas mayores, además de la presencia virtual de poetas de México, Argentina, Panamá, España, Perú, Uruguay, El Salvador, Guatemala, Estados Unidos, Puerto Rico, Nicaragua, Honduras, entre otros. Aportando ideas, modos de perspectiva sobre el tema, y obras poéticas, música y arte sobre el mismo. También se realizaron vía Zoom y Facebook Live entrevistas con los poetas a través de la Biblioteca Nacional de Costa Rica, con ejes temáticos como el poeta, migración y naturaleza, lo que agrademos profundamente a la bibliotecóloga Laura Rodríguez.
Para el próximo año, esperamos reactivar más poetas y artistas de diversos países, incluir para nuestro país la versión de sus siete provincias culturales y activas con el tema ambiental, y seguir motivando a toda la población del mundo a unirse a este canto de amor por la naturaleza y nuestra manera de tratarla, cuidarla. Deseamos dejar en claro que ella subsistirá por siempre, pero nosotros sin ella, no; dependemos de la misma para vivir, para ser plenos y felices con su entorno.