Cuando Sergio Luis apareció en la foto de los colombianos de la última etapa del Tour de Francia junto Egan Bernal —ganador de la competencia—, Nairo Quintana y Rigoberto Urán, se le hizo un homenaje justo e inesperado a uno de los escarabajos que más banderas de Colombia ha puesto en los podios de diferentes carreras de todo el mundo y menos ruido en la prensa ha hecho. Según el mismo Sergio Luis me comentó por teléfono, es porque en ese momento el ciclismo no era tan mediático como ahora, cuando la televisión transmite y cubre lo que acontece del otro lado del charco con sus propios enviados.
«Checho», como lo llaman muchos colegas y periodistas, ha sido segundo en Tour de Utah en 2011 —la mejor posición obtenida allí por un colombiano hasta ahora—; tercero en el Tour de Polonia —de nuevo, la mejor hasta ahora— y segundo en la Vuelta a Burgos en 2012; tercero en la Vuelta al País Vasco y segundo en la Flecha Valona —ibid— en 2013; tercero en el Tour de California y segundo en el País Vasco en 2015; tercero en el Tour Down Under y segundo en el País Vasco, para no perder la costumbre, en 2016; en el 2017 vino su victoria en la París-Niza y el primero de los dos campeonatos nacionales que obtuvo de manera consecutiva en la modalidad de ruta. Una trayectoria envidiable para un ganador de la Vuelta a Colombia —2010—, una competencia que en la última década no ha contado con varios de los mejores exponentes del ciclismo colombiano ni actuaciones destacadas de quienes asistieron, salvo Esteban Chaves que fue líder de los jóvenes en 2012.
Y hasta aquí no se han mencionado las victorias de etapa ni varios títulos conseguidos antes de firmar por un equipo World Tour, porque él empezó a hacerse nombre en los equipos de su tierra: el Orgullo Paisa —en su denominación propia o en asociación con Indeportes Antioquia— y el Colombia es Pasión —desde el 2007 hasta el 2009—. En el 2011, año en que culminó tercero en la clasificación UCI America Tour, corría con el Indeportes Antioquia de categoría profesional.
Con esta escuadra logró el podio en el Tour de Utah en una actuación que sorprendió a la prensa estadounidense, que en un principio creyó que el equipo colombiano comandado por Checho no tenía el nivel para competir y solo le quitaba espacio a un equipo local, tal como lo dijo en su momento la revista VeloNews. Dos victorias de Sergio Luis —en la primera y en la última etapa— y 23 segundos de diferencia con el ganador, el estadounidense Levi Leipheimer, demostraron que estaban equivocados.
En el 2012 se unió al todopoderoso Sky —ahora llamado Ineos— hasta el 2018. Allí fue escudero de Christopher Froome, Geraint Thomas y Rigoberto Urán —en aquel Giro de 2013 donde su coterráneo tuvo que tomar el puesto de líder que dejó Bradley Wiggins y logró un segundo lugar— y asistió a varias carreras como jefe de filas.
Todos estos éxitos han sucedido después de lesiones de consideración. En junio de 2014, mientras hacía el reconocimiento de la séptima etapa de la Vuelta a Suiza —una contrarreloj—, un auto lo atropelló y le fracturó la rodilla en ocho partes. No corrió más ese año. La lesión fue de tal gravedad que estuvo en entredicho su regreso a la competencia. Requirió nueve horas de cirugía y ocho meses para volver a montar su bicicleta.
Ya se había enfrentado a una situación similar en 2008. Sergio Luis era el candidato colombiano para luchar por la general del Tour de l’Avenir en esa temporada, la carrera de las estrellas del mañana. Una caída lo dejó fuera de la convocatoria. Aprovechó ese momento —sin proponérselo— para conocer a su esposa, Carolina Caicedo, la fisioterapeuta que lo ayudó en aquella recuperación.
La tercera vez que las lesiones lo alejaron de sus objetivos fue en 2016, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Sergio Luis iba en la cabeza de la carrera con el italiano Vincenzo Nibali —ganador de las tres grandes vueltas— y el polaco Rafał Majka. Todo parecía indicar que entre ellos tres estaba el oro olímpico. En una curva, los tres se fueron al piso, solo Majka logró continuar y luchar por un metal, el bronce. Todo el equipo colombiano —Pantano, López, Urán, Chaves— se lamentaron en las entrevistas posteriores a la competencia, porque sabían que «Checho» podía llegar primero, podía ser oro. Sergio Luis quedó con la cresta iliaca fracturada y un trauma en el tórax.
Sin embargo, Sergio Luis es «un colombiano que nunca se rinde», tal como lo dijo en una entrevista a El Espectador en 2018. Su regreso a la competencia fue triunfal, el 2017 ha sido hasta el momento su mejor año como profesional. Se consagró campeón nacional de ruta en Bogotá el 26 de febrero, por delante de Járlinson Pantano y Óscar Quiroz. Dos semanas después, en un final cerrado que le obligó a pedalear solo, sin gregarios de su equipo que le ayudaran a defender su primer lugar, y llevando a un grupo de ciclistas a sus espaldas, ganó la París-Niza ante un histórico: Alberto Contador. Hubo justicia para Sergio Luis, tal como lo dice Mauricio Silva en su libro, La leyenda de los escarabajos (2017). Solo dos segundos lo distanciaron del español, que lanzó un ataque temerario a más de 50 kilómetros. Fue casi una vendetta de Sergio Luis por la Vuelta al País Vasco de 2016, cuando Contador ganó por 12 segundos al antioqueño.
Los resultados de ese año, junto a toda su trayectoria, hicieron que el UAE Team Emirates lo contratara para la temporada 2019. El director de dicho equipo, Joxean Fernández —más conocido en el mundo del ciclismo como Matxín— tenía claro que Sergio Luis podía ser siempre una alternativa: «No quiero a Sergio Luis Henao de gregario, lo veo ganando carreras», dijo para El Espectador en 2018. Aunque su primera temporada no trajo triunfos, los directivos del equipo confían en él, por eso está confirmado para la plantilla 2020.
Confinan en él porque saben de su profesionalismo y compromiso. En pleno Tour del 2016, nació su hijo, Emmanuel. Sergio Luis estaba muy lejos y aún tenía cinco días de competencia por delante. Solo hasta que terminó de correr emprendió el regreso a casa. Este sacrificio y entrega fueron reconocidos por su líder de escuadra, Froome, quien le regaló a su hijo uno de los leones de peluche que se le dan al portador de la camiseta de líder —con autógrafo incluido, claro—. En Colombia solo tres ciclistas han recibido esos peluches: Bernal, Gaviria y Peña.
El equipo Sky no dejó solo a Sergio Luis cuando la Fundación Antidopaje de Ciclismo (CADF) hizo una revisión a su pasaporte biológico en el 2016 por un caso ocurrido en 2014. En aquella ocasión, un resultado anómalo en un control antidopaje hizo que el Sky lo apartara por tres meses y veinte días. Al final, en ambos casos se concluyó que jamás hubo dopaje y que los resultados en cuestión eran resultado de haber nacido en Rionegro en 1987, a 2000 metros del nivel del mar, donde empezó a pedalear más por invitación de su padre —quien compitió en su juventud—, que por convicción propia. Sergio prefería el fútbol.