Max Estrella tiene el placer de presentar la primera exposición individual en España del artista colombiano Miler Lagos (Bogotá 1973), cuya obra está presente en las colecciones del MUAC Museo de Arte de la Universidad Autónoma de México, la Harvard University, el Banco de la República de Colombia, la Rubell Family Collection y la CIFO Cisneros Fontanals Art Foundation entre otras. Su práctica se fundamenta en el diálogo y la experimentación con los materiales, quienes se manifiestan como agentes catalizadores de las cuestiones centrales en su discurso artístico.
La serie de obras de esta exposición se titula Lagos y es resultado de un proceso de trabajo con papel de acuarela y resina. El papel es el soporte protagonista de la exposición, como ya sucedía en otras de sus series anteriores (Anillos del Tiempo, Cimientos o Fragmentos del Tiempo). Testimonio del impacto de una industria que cada año sacrifica 4.000 millones de árboles, sirve al artista para articular un discurso de concienciación acerca de la conservación del medio ambiente, que es transversal en su práctica artística.
Aplicando tensiones sobre el papel de acuarela, Miler Lagos crea espacios escultóricos que son metáforas geográficas, abstracciones que evocan las formaciones del paisaje andino colombiano y sus lagos. Estas tensiones replican las fuerzas que actúan en la naturaleza, así como los conflictos sociales y políticos derivados del perjuicio ocasionado por las explotaciones mineras en muchos de los más de 1.800 lagos de la geografía colombiana. Derivada de esta intención de denuncia, abre igualmente una línea de discusión en torno a las tensiones motivadas por el abuso de poder y la impunidad con que las grandes corporaciones desarrollan sus prácticas sin importar el impacto negativo infligido al conjunto de la población.
Causadas bien por tensiones naturales o de la industria y el libre mercado, es la investigación de los procesos de transformación de los estados de la materia, lo que inspira la reflexión de Miler Lagos, y es aquí donde el agua le sirve al artista para escenificar una relación de tensión específica, la sucedida entre expansión y contención. Este conflicto de vectores de fuerza que afecta a un líquido y su contenedor en Lagos resulta en la solidificación del agua representada por la resina. Esta condición permite al artista cambiar la posición del eje del paisaje haciéndolo vertical, reflejo de como el ser humano altera, modifica y convierte la naturaleza en un recurso para habitarla, en materia prima, en sólo un vehículo.
Para las civilizaciones indígenas de la cordillera andina, el agua era un bien muy preciado, y con su crítica el artista anticipa el retorno a una coyuntura futura en la que esta sustancia sea un bien preciado por su escasez y la dificultad en el acceso a fuentes limpias para su consumo.