Parafraseando el poema Shades of Anger de la libanesa-palestina Rafeef Ziadah, Todos los tonos de la rabia. Poéticas y políticas antirracistas se propone como una exposición que reúne y activa prácticas artísticas, poéticas y políticas que realizan una crítica radical a la dimensión histórica y contemporánea del racismo. La rabia se asume aquí como lugar de enunciación que responde al maltrato producido por el consciente e inconsciente colonial en sus diferentes formas de exclusión, violencia y muerte.
La rabia permite no hablar desde el susurro, sino desde una pluralidad de voces racializadas que se rebelan sin tapujos o eufemismos ante los sistemas que perpetúan el racismo para abrir un espacio a visualidades y textualidades negras, moras, del este y sudakas que revelan, desde el antirracismo político, la pervivencia del orden colonial y ponen en evidencia la falsa neutralidad de la ideología euroblanca. La exposición presenta así a los cuerpos racializados como sujetos activos de enunciación que proponen formas disidentes a Occidente de entender la vida, la política, los afectos, la sexualidad, la ecología y la filosofía, entre otros asuntos, que se estructuran en torno a cuatro núcleos temáticos o secciones:
Crecer en un mundo blanco. En esta sección se aborda la construcción colonial de la familia occidental y la imposición, desde la infancia, del modelo de discriminación que perpetúa los pilares básicos de la supremacía blanca y la construcción del racismo occidental. Asimismo, la infancia se propone como momento clave para reconocerse en oposición a lo blanco y para construir herramientas tempranas de resistencia.
Zoológicos de monstruos. Este núcleo presenta parodias y críticas a la animalización, erotización y exotización del cuerpo no-blanco, tomando como punto de partida los zoológicos humanos que se crearon en el siglo XIX.
La vida erótica del racismo. El racismo no sólo opera en los ámbitos institucionales y públicos, sino también en la vida privada y las relaciones sexo-afectivas. Esta sección aborda la construcción racista del deseo, así como una crítica al feminismo y los estudios queer blancos.
No esperaban que sobreviviéramos. Esta sección de clausura de la muestra propone, por un lado, una crítica a las formas hegemónicas del conocimiento occidental así como un rescate de otras formas de saber que se han generado en el sur global. En este sentido, Todos los tonos de la rabia. Poéticas y políticas antirracistas deja una puerta abierta a la reconstrucción de otras epistemologías negadas por Occidente y así proponer posibilidades de un “futuro que ya fue”, como se establece en el pensamiento circular andino.
A partir de todos estos temas se articula uncomisariado que se entiende polifónico, rabioso y disidente, abiertamente antirracista e indignado con el malestar que han generado los procesos coloniales de la blanquitud occidental. Así también, la exposición se plantea propositiva en cuanto espacio para imaginar posibilidades de recrear historias, presentes y futuros donde se redistribuya la violencia, el placer y el poder racista.