El reloj marca las 2.30 de la madrugada y la luz natural sigue presente en el cielo –ya sea con sol, nubes o llueva; el conocido sol de medianoche es un claro elemento distintivo del círculo polar ártico, tanto en el norte o el sur, en verano. Alaska, Canadá, Groenlandia, Noruega, Finlandia, Suecia, Rusia y el extremo más septentrional de Islandia son las regiones pobladas donde se puede disfrutar de este fenómeno natural; todo lo contrario que ocurre en estos mismos lugares en invierno, donde las horas de luz solar escasean y, en función de la época del año, el sol ni se asoma, más conocido como noche polar. Dos fenómenos opuestos que hacen cada lugar especial en cada momento –ya se vea bajo los efectos del sol de medianoche o de la noche polar.
Una ocasión perfecta, sobre todo en verano, para hacer ruta y dejarse sorprender. Las atracciones turísticas, como museos, edificios, teleféricos, etc. tienen sus horarios (algunos más amplios para aprovechar las horas de luz), pero todo lo exterior está disponible las 24 horas del día y sólo el cuerpo dirá hasta dónde llegamos, ya que con la luz natural puede estar paseando y haciendo fotografías hasta tarde sin ningún problema ni necesidad del flash. No se dará cuanta y después de cenar empezará a disfrutar del exterior que cuando vuelva a mirar el reloj no se extrañe si marca más allá de medianoche.
Maletas listas, cámaras preparadas y a disfrutar de este fenómeno. Destino, los fiordos noruegos y sus increíbles paisajes.
Las rutas son numerosas y las paradas infinitas, pero iremos de sur a norte.
Bergen
Fundada en 1070 por el rey Olav Kyrre, Bergen está situada en el valle de las siete montañas y es considerada la puerta de entrada a los fiordos noruegos. Una ciudad con encanto y con numerosas cosas a ver.
Monte Floyen (302 m.) y Ulriken (643 m). Dos puntos en alto donde tener fantásticas vistas de la ciudad. Un funicular y un teleférico, respectivamente, le llevará a sus cimas, aunque si lo desea se puede realizar el ascenso a pie. El descenso del Monte Floyen, de apenas 3 km. es casi una obligación. En su camino de regreso al centro de la ciudad, podrá perderse y quedar cautivado por las calles y las casas del barrio de la colina.
El barrio de Bryggen. Quizá es la imagen más conocida de la ciudad con las casa de maderas y coloreadas, patrimonio de la Humanidad desde 1979. En ellas residieron y trabajaron los comerciantes de la Liga Hanseática. Entre estas casas podrá encontrar la famosa tienda de Navidad en Julehuset. Una parada obligada para acordarse del viaje mientras disfruta de estas fechas tranquilamente en su casa con la familia.
Mercado de pescado (Fisketorget). Parada obligada para contemplar la esencia de la ciudad y su principal actividad económica, después del turismo, la pesca. En él puede descubrir los pescados típicos de la zona, así como degustarlos. No puede irse de ella sin probar el salmón y la ballena.
Iglesia de Santa María. Es el edificio más antiguo de la ciudad. De estilo románico, tanto el exterior – con dos grandes torres- como el interior le sorprenderá.
Catedral de Bergen. De origen medieval, es una construcción austera, pero que le dejará con la boca abierta.
Además, Bergen también es el punto de partida para adentrarse y tener un primer contacto con los fiordos.
Norway in a Nutshell. Combinando autobús, barca y tren descubrirá la belleza paisajística que rodea Bergen. Primero el Ferrocarril de Bergen, y después desde el impresionante tren de Flam para descubrir la noruega más rural y profunda al lado de los fiordos.
Nærøyfjord. Es un fiordo interior con aguas del mar del Norte y forma parte de otro fiordo, el Sognefjord, nada más y nada menos que el más grande de Noruega y el segundo más grande del mundo. Relájese en un pequeño recorrido con barco de entre 3 y 4 horas para descubrir su belleza.
Sognefjord. El gran fiordo está a unas tres horas y media en coche desde Bergen y se extiende desde la costa norte de Bergen hasta las montañas del Parque Nacional Jotunheimen. Los brazos más populares de este fiordo son Lusterfjord, Fjærlandsfjord y Finnafjord, puntos que también podrá descubrir en coche.
Preikestolen. El fiordo más popular y representativo de lo que implica vivir entre fiordos. Es un largo trayecto, de Bergen debe dirigirse hacia Stavanger en él empieza el ascenso a la cima entre senderos de montaña y lagos glaciares. La subida, entre dos o tres horas, tiene su recompensa; en la cima Preikestolen podrá descubrir Lysefjord.
Hardangerfjord. Un viaje redondo desde Bergen que comienza con el Ferrocarril de Bergen hasta Voss y desde Voss en autobús hasta el pueblo de Ulvik. En él embarcaremos con destino a Hardangerfjord donde, además de un paisaje descomunal, contemplarás la cascada Vøringsfossen, la más grande de Noruega. De Eidfjord puedes volver en crucero por el fiordo hasta Norheimsund, donde un autobús te lleva de vuelta a Bergen.
Geiranger
Un pequeño pueblo situado al frente del fiordo Geirangerfjord. Los pocos más de 200 habitantes permanentes viven del turismo y la pesca del salmón y la merluza.
Desde el pueblo se puede llegar al lago Djupvatnet y a la cima del monte Dalsnibba. En él hay un mirador donde puede contemplar perfectamente el fiordo. Una carretera de curvas y de pago.
En dirección opuesta, en la carretera que va de Geiranger a Eidsdal, más conocida como la carretera de las Águilas (Ørneveien), y en concreto en su última curva con forma de horquilla y denominada curva del Águila (Ørnesvingen), ofrece una vista espectacular del fiordo de Geiranger; pasando un portón de madera, un camino escarpado sube hasta la cima. Una vez arriba, la vista resulta aún más grandiosa ya que se ven las magníficas cascadas de las Siete Hermanas desplegando su blanco velo por la sombría pared hasta sumergirse en las verdes profundidades de las aguas del fiordo.
Ya en el pueblo, puede coger un barco para contemplar las distintas cascadas, las Siete Hermanas, la Suitor y la Bridal Veil, desde el agua y así obtener una visión totalmente distinta de ellas.
Geiranger se encuentra bajo la constante amenaza de la montaña Åkerneset que podría erosionarse y caer al fiordo. Tal caída causaría un tsunami que podría destruir Geiranger.
Alesund
Está edificada sobre siete islas de la costa oeste de Noruega (Aspøy, Ellingsøy, Hessa, Humla, Nørvøy, Oksenøy y Tørla). Recibió estatus de ciudad en 1848 y es el centro administrativo, además de un importante nudo de transportes, del distrito de Sunnmøre.
La noche del 23 de enero de 1904, Ålesund sufrió uno de los incendios más devastadores ocurridos en Noruega; prácticamente toda el área central de la ciudad fue destruida y su población tuvo que abandonarla en apenas unos cuantos minutos. Si bien sólo una persona murió en el incendio, más de 10. 000 personas quedaron sin casa en el duro invierno noruego.
Tras un periodo de planificación, la ciudad fue reconstruida entre 1904 y 1907 en piedra y ladrillo siguiendo los lineamientos del Art Nouveau, el estilo arquitectónico de la época, famoso por sus torrecillas, agujas y ornamentación decorativa.
Para descubrir la fabulosa arquitectura nada más que subir al Monte Aksla y a su mirador Fjellstua. El ascenso puede ser en autobús, pero la bajada –si la climatología lo permite- debe realizarse por los 418 escalones que separan el mirador del centro de la ciudad. Una panorámica espectacular de la ciudad a lo largo de todo su descenso.
Una de sus paradas en su paseo por la ciudad debe ser el canal marino Alesundet. Este canal se abre entre la citada isla de Norvoya, donde se encuentra la ciudad nueva, y la isla de Aspoya, donde se asienta la ciudad antigua.
En esta última zona que da al canal es donde ya se concentran varios edificios art noveau, cuyas fachadas podrás ver en un agradable paseo por esta zona marítima.
Junto al puente que une las dos islas, encuentras el edificio de piedra conocido como Svaneapoteket, el cual distinguirás por su forma de fortaleza.
Desde Alesund no puede perder la oportunidad de acercarse hasta la carretera de los trolls. Ubicada en el municipio de Rauma, en la provincia de Møre og Romsdal, es una espectacular carretera compuesta por 18 horquillas de 180º. La conducción hasta la cima es exquisita, exigente y peligrosa, debido a las 18 horquillas, la visibilidad, el asfalto resbaladizo y la estrechez de la carretera.
La carretera Trollstigen se inauguró el 31 de julio de 1936 tras 8 años de construcción. Varios siglos atrás, y durante muchas generaciones, el camino fue una importante arteria de transporte entre Valldal y Åndalsnes, hasta que la construcción de la carretera Trollstigvegen comenzó en el año 1924. Partes de la pista original donde los caballos de carga pasaban antes de la construcción de la carretera son todavía visibles y se utilizan como senderos. Es una alternativa emocionante para todos los que quieran experimentar el camino como lo fue en días de antigüedad sin necesidad de subir en vehículo motorizado.
Respiramos, contemplamos el paisaje y tomamos fuerza... que la ruta continúa.