En mayo de 1968, estallaba la primavera cultural en París, los tanques se preparaban para entrar en Praga, los Beatles comenzaban a grabar su mítico álbum blanco, los españoles viajábamos en seiscientos… y aparecía por primera vez en el mercado juguetero un muñeco, pese a su nombre, de diseño y fabricación íntegramente nacionales que estaba llamado a transformar para siempre el modo de jugar de esos españoles, sobre todo de “ellos”: el Madelman. Sin duda, un mes histórico y que merece ser rememorado.
En efecto, en esas fechas, Industrias Plásticas Madel, de la mano de la empresa de diseño juguetero Exin, lanzó al mercado los muñecos de acción Madelman, abanderados por su lema: “Lo pueden todo”, una auténtica revolución en el concepto del juguete español de la época. Con cierto parecido a sus antecesores, los Gi Joe norteamericanos, llegaron a los hogares españoles para quedarse al menos hasta los años 80, aunque luego han aparecido varias ediciones con posterioridad.
El 31 de mayo de 2018, exactamente 50 años después, en el Museo Nacional de Antropología inauguramos una exposición temporal en la que los Madelman, junto con los niños a los que acompañaron durante su crecimiento, serán de nuevo los protagonistas.
Se trata probablemente –fecha tan redonda lo merece- de la muestra antológica más completa organizada hasta la fecha, gracias a que además servirá para presentar de forma íntegra y en exclusiva la colección privada de José Manuel Cortés, quien ha ido recopilando con mimo y enorme perseverancia todos los muñecos y complementos, equipos, “misiones” y conjuntos aparecidos a lo largo de las diferentes etapas de la producción de los Madelman ¡desde las pioneras “cajas rojas”! José Manuel se ha implicado de tal forma en el proyecto que va a coordinar a los alumnos de la escuela de Arte10 que se van a encargar del diseño gráfico de la exposición.
Y también se trata probablemente de la mirada expositiva más analítica realizada hasta ahora sobre el mundo de los Madelman, no solo sobre los aspectos industriales y técnicos de los muñecos sino también sobre todas sus implicaciones en la vida diaria y en la sociedad de su época: desde el cambio de rol que supuso que los chicos jugasen “con muñecos” hasta la actualización de diferentes estereotipos culturales que trajeron de la mano los Madelman.
¡Sin duda una ocasión única para que los que ahora, como los Madelman, rondan los cincuenta rememoren cómo fue su infancia o se la muestren en todo su detalle a sus hijos e incluso nietos…! ¡Seguro que encuentran en la exposición ese Madelman que recuerdan con cariño, el pirata, el policía montado del Canadá, el astronauta…!