Hace cosa de un mes el mundo de la moda quedaba desolado tras la triste noticia del fallecimiento del empresario y mecenas francés Pierre Bergé. Tras su muerte a los 86 años en el sureste de Francia, y después de sufrir una larga enfermedad, Bergé deja un legado muy especial al mundo de la moda y de la cultura que lloran la pérdida de una de las personalidades francesas con mayor visión empresarial del sector de la moda.
Uno de los mayores éxitos de Bergé y de los que, sin lugar a dudas, siempre se sintió más orgulloso, fue la creación de la firma Yves Saint Laurent. No cabe duda de que sin el talento del modisto francés su creación no habría sido posible, pero Bergé supo ver en Saint Laurent un futuro prometedor que siempre quedará asociado al surgimiento del prêt-à-porter. La relación empresarial entre ambos que surgiría en la maison Dior, y que con el tiempo llegaría a convertirse en relación sentimental, ha sido una de las historias más conocidas en el mundo de la moda, ya que siempre formaron un tándem perfecto que supo compenetrarse en cuestiones empresariales y de diseño para dejarnos un amplio legado en forma de prendas icónicas que traspasan la barrera del tiempo para seguir vivas décadas más tarde.
Bergé supo que debía apostar por Saint Laurent después de una exitosa etapa en la que el modisto se había hecho cargo de la dirección creativa de Dior, pero de la que, por decisiones empresariales, Yves Saint Laurent sería despedido en los años 60. Pierre Bergé tendría que darle la noticia en un momento en el que el diseñador se encontraba ingresado en un hospital por culpa de una crisis nerviosa producida por los constantes ataques de sus compañeros mientras cumplía el servicio militar. Bergé buscó una solución ante la crítica situación de Saint Laurent y, después de darle la nefasta noticia, le ofreció fundar su propia firma de moda. Para ello tuvo que vender su piso y se encargó de conseguir maniquíes y tejidos para emprender el proyecto. Consiguió un inversor americano y, sin su visión empresarial, quizá jamás hubiera existido la firma Yves Saint Laurent tal como la conocemos.
Pero su visión empresarial en cuanto a la firma Yves Saint Laurent no queda sólo en la creación de una pequeña casa de alta costura. Bergé supo cómo dar el giro perfecto para que esa pequeña firma se convirtiera en los años 60 en un emporio del prêt-à-porter, pasando de ser una marca local con sede en París, a una firma global con boutiques en las principales ciudades del mundo.
A la vez que expandía el negocio por el mundo fue consciente de la importancia de preservar el trabajo de Yves Saint Laurent por lo que creó la Fundación Pierre Bergè-YvesSaint Laurent, que conserva más de 5.000 piezas de alta costura, 15.000 accesorios, fotografías, bocetos y objetos realizados en los 40 años de trabajo del diseñador y que, a través de exposiciones y eventos culturales, pretende aportar valor cultural al mundo de la moda.
Aunque la relación de Pierre Bergé con la moda y la cultura está inevitablemente unida al nombre de Yves Saint Laurent, su espíritu luchador incansable y su amor a la cultura y al arte hicieron de él un gran coleccionista y mecenas. Bergé, que también dirigió la Ópera de París, creó junto a Yves Saint Laurent un inconmensurable patrimonio artístico del que quiso desprenderse tras la muerte del modisto. En 2009 se deshizo de su impresionante colección de arte en la denominada «subasta del siglo», que batió récords con una recaudación de 373,9 millones de euros, tal y como recogía El País. En octubre de 2015 vendió sus piezas de arte islámico y unos meses después decía adiós a su biblioteca compuesta por 1.600 volúmenes de entre los siglos XV y XX valorados en 42 millones de euros. Sin duda fue un gran amante del arte y la belleza.
Otros de los hitos que se le atribuyen son el descubrimiento del diseñador Hedi Slimane, que dirigió la firma de 2012 a 2016, así como salvar la vida del diario Le Monde, del que fue presidente del Consejo de Vigilancia, invirtiendo su fortuna.
Sin lugar a dudas, Pierre Bergé fue uno de los personajes más queridos del mundo de la moda. Supo ganarse su cariño demostrando su profunda pasión por este sector de tal forma que, como resumió Bernard Arnault, presidente ejecutivo del grupo LVMH, en un comunicado tras la muerte de Bergé: «Estoy profundamente entristecido por la muerte de Pierre Bergé. Su vasta cultura y su refinado gusto hicieron de él un gran pionero. Él ha hecho una gran contribución para reforzar la buena imagen de Francia en el mundo, tanto a través de la gran firma que fundó y dirigió como a través de las múltiples instituciones culturales que presidió. El hombre que nos acaba de dejar era una gran figura cultural y un luchador por sus convicciones incansable».