El Monte Athos constituye la última teocracia occidental. Athos es la subpenínsula ubicada más a oriente de las tres lenguas de tierra de la península Calcídica que se adentran en el mar Egeo. Constituye un territorio autónomo bajo soberanía griega que en realidad es una república monástica dependiente del patriarca ecuménico de Constantinopla en cuanto a jurisdicción religiosa y del gobierno griego en cuanto al político, pero disfrutando de un estatuto que le otorga una consideración especial.
La concentración tan elevada de los edificios religiosos que alberga solamente es superada por la extraordinaria abundancia y riqueza de reliquias que custodia. Veinte monasterios organizados de una manera jerárquica, son propietarios del territorio peninsular en el que se enclava otra gran cantidad de construcciones religiosas de distintas categorías que representan distintas formas de vida monacal o eremítica. La importancia del patrimonio cultural armoniza con la riqueza y el interés del paisaje y del patrimonio forestal. Por todos estos valores el Monte Athos está incluido en el listado de Bienes Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Este importante enclave ortodoxo en el que el culto mariano adquiere una gran relevancia, viene funcionando desde la Edad Media como meta de peregrinación que atrae la fieles ansiosos de se acercar a un mundo especial en el que el tiempo se detuvo hace mucho tiempo.
La exposición pretende acercar el significado del Monte Athos y la peregrinación que tiene lugar a alguno de los múltiples monasterios que se esparcen por todo este territorio santo.
Fernando Moleres documentó estas tradiciones centenarias en varios viajes. Se trata de un fotógrafo y fotoperiodista nacido en Bilbao. En Nicaragua en el año 1987, en el período sandinista, comenzó a valorar la importancia de la fotografía y a realizar proyectos fotográficos de sus frecuentes viajes por muchos países del mundo. Su fotografía conlleva un posicionamiento y un compromiso social.
Ha realizado múltiples exposiciones. Una de ellas, "Peregrinación a la Jerusalén negra", también en el Museo de las Peregrinaciones y de Santiago, fue vista por cerca de 17.000 visitantes durante el año 2002. Ha recibido múltiples premios y galardones y sus fotografías aparecen en tropel de publicaciones nacionales y extranjeras.