-Vayan a Isla Barú, es bien bonito.
-¿Cómo llegamos hasta allí?
-En lancha o en taxi.
-¿En taxi?
-Sí. Llegan en 40 minutos.

Si bien es cierto que hay que cruzar un canal (Canal del Dique) para llegar, Isla Barú no es una isla, es una península situada al sur de Cartagena de Indias. Es el puro paraíso de arenas blancas y aguas turquesas y tranquilas que atrae a miles de turistas al año, quienes, ajenos a la importancia histórica que se batalló en sus aguas en 1708, broncean sus pieles durante el día y abandonan la “isla” o se la beben durante las noches de fin de semana al son de los generadores de electricidad por gasolina.

Gracias al Puente de Barú hoy en día se puede llegar también por tierra, pero hasta el año 2014, cuando fue inaugurado, la única forma de pisar estas tierras era cruzando el Canal del Dique en lancha. Por ello su nombre. El destino turístico es una larga playa llamada Playa Blanca donde se amontonan los alojamientos y restaurantes a modo de cabañas. Mirando hacia el mar, a mano izquierda se sitúa el Parque Nacional Natural Corales del Rosario, dentro del cual se encuentra la nada turística localidad de Barú que no se ve desde Playa Blanca. A la derecha está la zona de acampada hippie, la laguna dulce y el Hotel Decameron con sus playas privadas.

Dónde alojarse

Si se decide pasar una o varias noches en Playa Blanca, existe una grandísima oferta para todos los gustos y bolsillos, por lo que es recomendable ir visitando varias cabañas y negociar siempre el precio. Hay habitaciones compartidas con y sin literas desde 30.000 COP (pesos colombianos: al cambio actual, unos 10 € / persona aprox.), o privadas de una cama matrimonial por 70.000 - 50.000 COP en total (22 – 16 € aprox.). Normalmente, las que dan al mar son las privadas. Sólo se puede pagar en efectivo y no hay cajeros.

En la búsqueda de hospedaje en la playa es importante tener en cuenta que en ninguno hay agua corriente ni electricidad durante el día y pocos de ellos cuentan con wifi. Todos conectan los generadores por la noche, que se alimentan con gasolina, por lo que desprenden un fuerte olor y meten ruido. Hay que fijarse bien en que la habitación elegida no esté muy cerca del generador de nuestro hostal o del de al lado. Los baños siempre son comunes y a ducha se lleva a cabo con el tradicional sistema de cubos o baldes.

Si se quiere mayor comodidad, limpieza, agua corriente y electricidad 24 horas, aire acondicionado, TV, playas privadas y clases de aquagym, también existe la posibilidad de alojarse en el Hotel Decameron que cuesta mucho más y se llega por otro lado. En Booking una semana sale por unos 1.800 €.

Dónde comer

En Playa Blanca las opciones son muy parecidas. Durante el día son muchos los restaurantes abiertos sobre la arena que ofrecen almuerzos, ceviches, hamburguesas, arepas o platos de pescados fritos. También hay un vegetariano. Por la noche las posibilidades se limitan, están abiertos el vegetariano, el Cholo’s burguer y alguno más. Este último es regentado por personas maravillosas; aunque la comida no es nada especial, merece la pena ir a pasar un buen rato.

Los precios son para turistas pero siguen siendo bastante asequibles. Los zumos naturales, 5.000 COP (menos de 2€), la hamburguesa con patatas, 15.000 COP (5 €) y platos combinados unos 18.000 COP (6 €)

Qué hacer

Durante el día lo mejor es disfrutar de la eterna playa. Hacia el lado derecho hay menos gente y hay un momento en el que se llega a una de las playas privadas del Decameron. El de seguridad de la “puerta” no tiene ningún problema en dejar entrar siempre y cuando uno no vaya a acampar y quedarse a pasar la noche. A las 3 de la tarde todos vuelven al hotel y la playa queda vacía. Cuidado porque los empleados y los de seguridad son bastante mirones y puede resultar incómodo.

Antes de que caiga el sol, es recomendable sentarse en la playa a mirar el atardecer, que es una maravilla. Y ya cuando está oscuro, el mejor plan es ir en una lancha a la laguna dulce a ver cómo brilla el “plancton” mientras uno se baña. Se puede contratar en cualquier hostal o en el puesto de la playa y cuesta unos 20.000 – 25.000 COP por persona (6-8 € aprox.) los 30 minutos de baño. La mejor opción es salir en la lancha de las 19:00 para que esté realmente oscuro.

Cómo llegar e irse

Desde el puerto de Cartagena salen lanchas hasta las 3-4 de la tarde y más tarde sólo se puede ir en taxi, que puede partir de cualquier punto de la ciudad. Desde el barrio San Diego y negociando se pueden pagar unos 75.000 COP sólo ida (25 € aprox.). Por lo general el taxi deja a los pasajeros en los aparcamientos (parqueaderos 1 y 2) y de allí hay que andar unos 7 minutos hasta la playa.

Una vez en Playa Blanca, si tu hostal está lejos, puedes coger una lancha por unos 5.000 COP (1,6 €) que te acerque un poco. Lleva pantalón corto y chanclas o ve descalzo porque te toca meterte en el agua si eliges esta opción.

Para salir de Isla Barú las lanchas son limitadas. Salen a las 6 y 11 de la mañana, y a las 3 de la tarde, y llegan a la playa 30 minutos después de su salida de la localidad de Barú. Hacen parada en cualquier lugar de la playa donde no haya rocas, es mejor preguntar a los lugareños para que nos indiquen un buen punto o ir directamente al Parador Playa Blanca, donde para seguro.

En la lancha de las 6 de la mañana rara vez se ven extranjeros por lo que es una experiencia mucho más auténtica. Cuesta 20.000 COP (poco menos de 7 €) por persona no negociables y tarda unos 30 minutos en llegar a un puerto apartado de Cartagena. Una vez allí es mejor estar el menor tiempo posible porque no es una zona muy amigable. Se puede coger taxi (unos 15.000 COP) o autobús por 2.000 COP.

Si quieres salir de Barú en otro horario, siempre puedes caminar hasta la salida de la playa, recorrer el corto camino de arena y buscar un taxi. Una vez se haya ido el sol es muy poco probable que encuentres ninguno.

Resumen

Isla Barú se encuentra un enclave precioso que merece la pena ir a ver. La experiencia de pasar alguna noche en sus alojamientos rudimentarios hace sentirse como un aventurero, pero la falta de actividades en la zona puede hacer de la estancia algo aburrida si dura más de dos días.