A pesar de que la capital francesa ha estado y sigue estando en el principal punto de mira de los noticieros por los actos y atentados terroristas del ISIS que empezaron a sucederse desde el asalto a la revista satírica Charlie Hebdo, lo cierto es que, aunque con más seguridad, la ciudad parisina sigue sin perder ese encanto especial que a todos enamora. Cada rincón, cada bulevar, cada café… a cada paso, el visitante se da cuenta de que la ciudad sigue conservando ese glamour y exquisitez que, según muchos, hace que sea, ahora, y por siempre, la capital europea por excelencia.
Desde el Montmartre hasta el barrio latino, paseando por los Jardines de Luxemburgo y Campos Elíseos hasta llegar al Arco del Triunfo, París es atractiva, no sólo a la vista, sino también a los sonidos, olores y sensaciones que deleitan todos los sentidos a medida que se va caminando. Desde las suaves y delicadas notas de La vie en rose hasta el dulce aroma del chocolate, que se percibe entre las finas láminas de un crepe, París tiene todos los ingredientes que hacen que miles de turistas elijan este destino para sus vacaciones.
Además, el ajetreo de la vida diaria se compagina de manera perfecta con el ocio. Esto se detecta fácilmente en la cantidad de parisinos, y no autóctonos, que se pueden encontrar cada día en los cafés o terrazas, disfrutando de un buen vino y la mejor compañía. Todo eso, como no, siendo testigo de lo que sigue aconteciendo en la ciudad. Y es que la disposición de las mesas y las sillas, que tanto llama la atención a los turistas en las terrazas, hace que se pueda disfrutar del mejor de los cafés, al tiempo que ves la vida pasar.
Igualmente, y al ser considerada la capital mundial del amor, París atrae cada año a miles de parejas que no elijen este destino por casualidad. Y es que, con la idea de que ‘el amor vende’, cientos de miles de recién casados, o a punto de hacerlo, se trasladan a París para tener una preboda o postboda (tan de moda en los últimos tiempos) para sus reportajes fotográficos. Un bonito recuerdo con una de las estampas más bellas de fondo, la archiconocida Torre Eiffel.
Puede que París siga siendo un objetivo claro para algunos, puede que aún no hayan cesado los ataques e incluso puede que lo peor esté aún por llegar; pero lo que está claro es que la magia y el amor que envuelven a la ciudad de París siempre estarán con ella y seguirán siendo, por y para siempre, su seña de identidad.