El mercado del lujo, pese a la crisis, no deja de crecer y cada vez más población satisface el anhelo de adquirir productos de grandes y tradicionales marcas de moda. Y es que el casi el 20% de las 50 marcas más buscadas en el comercio electrónico de segunda mano corresponde a productos de alta gama: Carolina Herrera, Gucci, Louis Vuitton, Ray-Ban, Guess, Chanel, Rolex, Michael Kors y Loewe (por orden de preferencia).
El auge de plataformas de venta de ocasión (segunda mano) ha facilitado la accesibilidad de un público más homogéneo y numeroso a estas firmas. Teniendo en cuenta las marcas mencionadas anteriormente, las categorías de productos que más buscan y adquieren los españoles son bolsos, en primer lugar, seguidos de relojes y zapatos.
Teniendo en cuenta el contexto económico actual, un gran número de poseedoras de artículos de lujo ha decidido que es el momento de venderlos para conseguir un dinero extra. Por otro lado, tenemos a las personas que, aprovechando las ventajas de Internet, buscan chollos. Paloma-Méndez Castrillón, una de las socias fundadoras de It&Vip, portal de venta de segunda mano, asegura que “hemos llegado a vender bolsos de Prada más baratos que los de Zara”. Es aquí, en este medio, donde surge con más fuerza que nunca el término “chollo”.
Según datos del portal segundamano.es, se estima que solo en España la compraventa de objetos usados mueve 2.300 millones de euros anuales (de los que la ropa supone la fuente principal de ingresos). Algunos de estos portales, como Buy My Wardrobe, ha superado en solo un año, los 30.000 registros. Su fundadora, Kal Di Paola, define esta comunidad online como “el sitio de reventa para expertos en moda”. Pero Buy My Wardrobe es solo uno de los muchos espacios digitales que basan su estrategia en la venta de segunda mano. Una apuesta muy rentable que los medios especializados han bautizado con el nombre de re-commerce. Pero hay que tener en cuenta que este concepto de segunda mano poco tiene que ver con las denominadas “tiendas vintage”. Estas tiendas poco tienen que ver con las de vintage. Su oferta está formada, básicamente, por piezas que (casi) acaban de salir al mercado, utilizadas en contadas ocasiones, y de las que, sin embargo, sus dueñas quieren desprenderse. Es decir, las nuevas generaciones quieren lucir las últimas tendencias, pero ya no creen que la propiedad permanente sea un valor. No lo ven como una inversión de futuro.
Lo que diferencia a este tipo de portales a webs como eBay es que las prendas se someten a un riguroso proceso de certificación de calidad. Si un producto es una imitación o está en mal estado, se devuelve a su dueño. Este “simple” proceso otorga a los usuarios la confianza necesaria. Además, portales como Vaunte, una tienda que funciona por invitación, ofrecen los armarios de editoras de revistas, diseñadoras y algunas de las blogueras más famosas. Más allá de poder hacernos con un bolso Vuitton, muchos buscan objetos que hayan pertenecido a sus iconos de estilo.
Los descuentos, que ofrecen oscilan entre un 40% y un 70%, son el porqué de la búsqueda y la proliferación de este tipo de mercado. Si a ello se le suma la atención al cliente, la personalización de la experiencia y, por supuesto, el packaging final, el éxito está asegurado.