Escuchar que es una de las diseñadoras que más ha revitalizado la moda española en los últimos años le agrada. Es más, lo sabe. Su firma prêt-à-porter Ana Locking, fundada en Madrid en 2008, suena con fuerza desde que ese mismo año se hiciese con la máxima distinción de los premios Mercedes-Benz Fashion Week Madrid por su primera colección. “He recibido premios en momentos emotivos, dos L'Oréal París por mis primeras colecciones, el primero nada mas aterrizar en Cibeles con mi anterior firma Locking Shocking”, recuerda. Desde entonces, con algunos premios más, (Maire Claire y Cosmopolitan al mejor diseñador nacional e internacional), Ana González (Toledo, 1970) ha demostrado capacidad creativa y visión de negocio afinada para colocar creaciones, tan camaleónicas como delicadas, en Estados Unidos, China o Kuwait. Es allí donde se encuentran sus clientes potenciales y donde busca proyección internacional, más que tener una tienda en cierto lugar.
La entrevista se realiza en su taller de la emblemática calle Hortaleza de Madrid. El sol de las doce de la mañana de un miércoles cualquiera ilumina algunos de los diseños de sus últimas colecciones. En dos salas contiguas: siluetas, una reliquia de cámara Hasselblad y varias cajas con los tejidos de su próxima colección. Nos recibe vestida de negro, pero pronto se cambia para “dar color a las fotos”. Una pigmentación y luminosidad tan frecuente como imprescindible en sus estilismos, también presente, en su propuesta Primavera-Verano 2016, “Foreva”. Inspirada en la serie televisiva Six Feet Under fue uno de los desfiles más ovacionados en la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, por su colorido y espiritualidad. Mostró en la pasarela looks ponibles, algunos de ellos con un toque retro y futurista: encajes de neopreno, antelina, crêpe y plisados. Con color, mucho color. “Me pase cuatro meses viendo esa serie. De ahí vino la inspiración”, aduce.
Diseñadora autobiográfica, conceptual, “cerebral y pasional”, en sus propias palabras, se inspira en todo lo que sucede a su alrededor: a veces una película, “otras parto de un libro o mi propia vida”. En alusión a su anterior colección dopplegänger y “la era de las falsas identidades”, hablamos de Coco Chanel. “Ahí tenemos un buen ejemplo de dopplegänger. Inventó toda su vida para integrarse en un estatus social aristocrático al que no pertenecía. Me encanta la gente que cuenta historias, siempre y cuando no generen daños colaterales”. Vinculada al mundo del arte contemporáneo, debido a su formación en Bellas Artes, concibe la moda como una mezcla sin prejuicios, de lo clásico con lo moderno, los tejidos más nobles con los más vanguardistas. Diseña para personas valientes, liberales, porque le gusta la gente atrevida: “si no arriesgas, siempre te quedas en el mismo lugar. Con mi trabajo intento arriesgar en cada colección, si no me aburriría”.
Como diseñadora, vinculas el diseño al arte. ¿Es el diseño arte, cómo asocias arte y moda?
Afortunadamente, desde hace unos 10 años existen muchas colaboraciones entre arte y moda. Antes los círculos de arte, muy cerrados y elitistas, impedían que la moda se metiera dentro de ellos. La moda, un diseño o una prenda no es arte. Pero diseñadores como Hussein Chalayan o Martin Margiela sí eran artistas. El primero diseñaba vestidos controlados por control remoto que aparecían como piezas escultóricas, que tenían vida propia y se movían solas. Todos esos trabajos parten del mundo de la moda pero desde el mundo del arte también. Puede ser arte un desfile, tomándolo como elemento performático. La música, escenografía, maquillaje, actitud de los modelos, ropa en sí misma y la historia que estás contando en un desfile es muy performance. Muchos desfiles sí pueden ser piezas de arte.
¿Alguno de tus desfiles han podido llegar a ser piezas de arte. Por ejemplo, el último “Foreva”, en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid?
Soy diseñadora de moda, no me considero artista. Pero sí creo que ha habido algunos desfiles en los que todo el concepto ha salido redondo y ha tenido un espíritu casi tan conmovedor, como una pieza de arte. Muchas veces, la gente me lo ha dicho. Mi último desfile “Foreva” fue muy emotivo. Lo voy a definir con el título de una película: Sentido y Sensibilidad, unido a pasión. La colección partía de una serie de televisión: Six Feet Under (A dos metros bajo tierra), que habla de la muerte a través de una familia que tiene una funeraria. En cada capítulo muere alguien y eso da pie para hablar de la vida, el amor, el deseo, el sexo, familia, amigos... Cuando se habla de la vida, se habla de que todo es caduco, nada es foreva, todo tiene un final. Cuando eres consciente de esto, empiezas a disfrutar más de los pequeños momentos cotidianos que te rodean. Foreva es una oda a la vida y al amor. Eso se transmitió con una colección romántica...música y escenografía emotivas. El desfile resultó muy performance. Con otras colecciones también ocurrió lo mismo.
Decías que todo tiene un final. En la moda, el final supone un principio.
La moda tiene ese punto de caducidad, que es muy bonito. Esto no significa que yo haga apología del “usar y tirar”. Hay prendas de moda que permanecen foreva: ciertos vestidos de Cristóbal Balenciaga, Christian Dior, Chanel o los plisados de Fortuny que inspiraron más tarde a Issey Miyake. Pero la moda es caduca y esa es la esencia. Cada año hay que renovarse, cada temporada es una propuesta con nuevas colecciones para que puedas enriquecer tu armario.
Considerada como uno de los principales exponentes de la moda española, con proyección internacional, ¿cómo situarías nuestra industrial a nivel mundial?
Los que tenemos intereses en el extranjero hacemos lo imposible por sobrevivir fuera. Vamos a ferias internacionales a vender, llevar la colección y atender a nuestros clientes internacionales. Hay firmas que tienen un poder adquisitivo más fuerte porque proceden de familias mejor posicionadas o tienen un socio capitalista, que invierte dinero en ellos y pueden ir a New York o desfilar en París. Si allí tu propuesta es aceptada, te haces internacional y son los clientes los que te llaman a ti. Nosotros no podemos hacer ese esfuerzo económico porque estaríamos hablando de unos 400.000 euros al año. En el circuito de la moda internacional, España es un país periférico.
¿Cómo se puede mejorar?
Es complicado, pero se puede mejorar. La dirección de la Semana de la Moda de Madrid debería promover más la moda española en el exterior, para atraer a compradores internacionales que vinieran a comprar moda española. Deberían asistir a todas las demás semanas de la moda importantes: Londres, París, Milán y New York. Como se hace con otras ferias y en otros países. Hay mucha promoción en España pero no salen fuera.
“La época de rivalidad entre diseñadores ha acabado”
Las grandes plataformas, como ya lo hace H&M, ¿podrían convertirse también en una alternativa más para promocionar a los diseñadores internacionales?
Precisamente, a estas colaboraciones entre empresas, firmas y diseñadores se refirió Anna Wintour, gurú de la moda internacional, cuando estuvo aquí hace algunas semanas: la época de la rivalidad entre los diseñadores ha acabado, ahora se unen y apoyan para generar de manera conjunta nuevas propuestas de trabajo. H&M ya lo hace con diseñadores internacionales. Clama al cielo que una empresa española como Zara no lo haga con nadie, ni siquiera con el diseño español, promocionando pequeñas colecciones cápsulas. Mi ropa se vende a nivel internacional pero no en España, porque el público español prêt-à-porter está acostumbrado a no gastarse más de 50 euros por un vestido. El prêt-à-porter se lo ha comido todo Inditex. En España hay cultura de moda para la noche, fiestas y bodas. Para mí, la esencia de la moda se expresa a través del prêt-à-porter, no en la red carpet, aunque también la hago. Me encantaría trabajar con Zara. He hecho colecciones cápsula con gente importante como Yoox y han funcionado muy bien.
También en la actualidad existen otros debates en las pasarelas, relacionados con algunos diseñadores que proponen looks imposibles o poco ponibles para la opinión pública y críticos expertos. ¿Qué opinas de esto?
En mi caso, en el momento que decido hacer prêt-à-porter significa una cosa: moda para llevar en la calle. Apuesto siempre por ropa ponible. A veces presento en colección algunas prendas que lo son menos, creadas para editoriales de moda. Lo que saco en pasarela se vende. Entiendo muy bien la idea de provocación en los jóvenes diseñadores porque tienen que capturar la atención de los medios. Me gusta la provocación con inteligencia, que no es obvia y chabacana. Es muy fácil provocar con ciertas cosas para que todo el mundo hable de ellas. Diseñadores más posicionados, que llevan ya muchos años, como son los japoneses Issey Miyake y Rei Kawakubo con Comme des Garçons, no buscan provocación porque ya han provocado en su momento y no tienen necesidad de notoriedad. Sus desfiles son resultado de una investigación, de una mentalidad diseñadora que extrapola los límites del diseño normal. Investigan más allá porque tienen un concepto de la moda más artístico.
Dejamos paso a preguntas obligadas. Haciendo referencia a la última Fashion Week, ¿cuáles son las tendencias para el próximo verano?
No voy a hablar de tendencias porque hoy no existen, sino de falta de prejuicios. La moda de hombre se está revolucionando mucho. Incorpora elementos femeninos que antes estaban circunscritos a la mujer. La moda femenina también está quitándose prejuicios, en cuanto al romanticismo. Ese prejuicio de no vestir de forma femenina porque entonces eres una mujer objeto, afortunadamente, ha desaparecido. A las mujeres con estilos más fuertes y carácter les gusta ser femeninas, sexys y atrevidas. Están desapareciendo convencionalismos estúpidos y me parece genial.
Combinación perfecta para este otoño-invierno, una silueta. Por ejemplo para mí, ¿qué me recomendarías?
Un abrigo con mucho color: rojo, naranja o verde esmeralda para mezclarlos con tonos grises azulados y negros. Fuera los abrigos negros, marrones o grises. Me gustan mucho los opuestos, mezclar un denim con una camisa de satén, una falda lápiz con camiseta o sudadera o un jersey de punto con falda larga plisada.
Tus diseños también se basan mucho en la yuxtaposición de detalles.
Me gusta mucho el layering, la superposición de prendas, aunque últimamente estoy más depurada. En mi trabajo hay una mezcla de texturas muy interesante, algunas más rugosas con otras más ásperas o suaves. Mezclo tejidos más nobles como los algodones, las sedas o las gasas con tejidos tecnológicos, neoprenos con acabados más experimentales y tintes especiales para crear texturas distintas. Ana Locking es la mezcla sin prejuicios: un traje de chaqueta de caballero con una abrigo de pelo sintético o un traje esmoquin de mujer con una camiseta rota o deshilachada por todos los sitios.
“Me gustaría vestir a Julianne Moore. Cambiaría por completo a la actriz Helen Bonham-Carter”
¿A qué personaje público internacional te gustaría vestir y a cuál cambiarías de arriba a abajo?
Julianne Moore y Jessica Chastain son dos actrices que me flipan. Como intérpretes son mujeres valientes, se entregan en todos los papeles y cambian constantemente de registro y eso es un riesgo muy importante para un actor. Visten fenomenal y son muy elegantes. En hombres me gustan mucho dos actores: Cristopher Walken y Matthew McConaughey. Cambiaría por completo a Helena Bonham-Carter. Me gusta como actriz, pero es terrible, intenta ser siniestra y viste muy mal.
Sientes debilidad por los actores. Has vestido a muchos nacionales.
Como me encanta el mundo del cine y me dedico mucho a él, me fascina vestir a los actores. Marta Nieto y Natalia Tena fueron vestidas de Ana Locking en los últimos premios Goya. La última, con gran proyección internacional, estaba nominada. Fue un honor para mí. Los actores Antonio de la Torre, Juan Acosta, Marta Hazas y Paco León también suelen vestir de mi firma. Diseñé vestuario para Aiser Etxeandía, en su última película Ma ma. La celebrity mexicana Adriana Abascal también viste mucho de Ana Locking
Hemos visto que ya has recibido cajas con los tejidos de tu próxima colección. ¿Puedes adelantarnos algo?
La idea de la nueva colección la tenía antes de acabar la anterior, pero no puedo adelantar nada porque todavía no está definida. Ya tengo el título, no puedo empezar a diseñar una colección si no tiene nombre. Primero pienso en el concepto, investigo, reúno ideas y entonces lo resumo en una frase o palabra. A partir de ahí, empiezo a trabajar con los diseños de la colección. Habrá mucho color como siempre. Fundamentalmente voy a dar mucha importancia a los acabados de confección.