Marc by Marc Jacobs tiene (o tenía) la misma fuerza que su nombre y su marca: Marc Jacobs. Pero su irrupción en el mundo de la moda significó mucho más. El diseñador americano rompió los cánones establecidos y decidió que quería hacer la moda accesible para todo el mundo. Por eso, bajo su segunda línea, Marc by Marc Jacobs, diseñó de todo y para todos. En sus tiendas de Nueva York, Los Ángeles, Milán, París o Londres, podíamos encontrar llaveros, bolígrafos, paraguas, mochilas e, incluso, preservativos cuyos precios empezaban en el dólar. Míticas son ya sus camisetas con grandes iconos de la moda como Naomi Campbell o Victoria Beckham desnudas en apoyo al cáncer de piel bajo el eslogan “Protect the skin you are in”. La línea, con los diseños propios de Jacobs y con precios así de asequibles, logró conquistar un público muy fiel que se agolpaba y hacía cola en sus tiendas para conseguir los productos de las nuevas colecciones.
Pero parece ser que esto se ha acabado. Hace unos meses el CEO de la marca, Sebastian Suhl, confirmaba a la revista especializada Women’s Wears Daily (WWD) lo que desde hace unos meses era un secreto a voces: Marc by Marc Jacobs, la línea con más de 200 tiendas en todo el mundo, se disuelve para integrarse en Marc Jacobs, la marca principal de la compañía que cuenta con productos más caros y estéticamente menos arriesgados.
Ya ha pasado más de un año desde que Marc Jacobs abandonara la dirección artística de Louis Vuitton. Y desde entonces su marca homónima ha sufrido una serie de cambios. Todos ellos, según el propio diseñador, se deben a que quiere darle un nuevo rumbo a la firma. Una semana después de su salida de LV, Jacobs nombró a Luella Bartley y Katie Hillier directoras creativas de Marc by Marc. Juntas firmaron las últimas colecciones de la casa, caracterizadas por el colorido y una proliferación de estampados y mensajes muy cercanos a la cultura pop. Pero el imperio Jacobs no queda ahí. También posee una línea de maquillaje y perfumería (gestadas por Coty y Sephora, respectivamente) y una librería, BookMarc, presente en ciudades como Londres o Nueva York en la que se organizan presentaciones y firmas de libros.
Al parecer el cierre se debe a que Jacobs pretende aunar esfuerzos y acrecentar el valor de su marca homónima. Desde su marcha de Vuitton los rumores de una supuesta salida a bolsa van ganando fuerza y, según Bloomberg, LVMH, dueño del 90% de Marc Jacobs, habría apartado a Jacobs de su labor en la famosa casa de bolsos para preparar esta estrategia. De ser así, este sería el paso definitivo para multiplicar los beneficios de una compañía que factura anualmente cerca de 1.000 millones de euros.
Pero, a la vez, supone el fin de una etapa; esa en la que los diversos locales de las distintas líneas de la firma poblaban las calles comerciales de las capitales y en la que los bolígrafos con forma de pintalabios o las pulseras de goma, cuyo valor era inferior a los 5 dólares, adquirían la misma condición que un bolso de lujo. Atrás van a quedar los bolsos de lona multicolor que hasta hace poco complementaban los estilismos de las aficionadas a la moda y llenaban los street styles de medio mundo, así como todos los accesorios para los gadgets tecnológicos. Y ahora surge la pregunta del millón: ¿veremos cómo sube el precio de estos productos en sitios como eBay? El tiempo lo dirá.